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Quintana buscará alguna victoria de etapa / ©PhotoGomez
La relación de Nairo Quintana con el Tour de Francia es compleja. El colombiano fue segundo en su debut en la Grande Boucle en el mismo año en el que se enfundó el maillot de la montaña en París. Desde entonces, han pasado ya ocho años en los que subió dos veces más al podio y consiguió otros dos top10; pero en los que nunca ha conseguido ese gran objetivo, que parecía tan a su alcance en el principio de su historia, que era hoyar el escalón más alto de los Campos Elíseos.
Entre tanto, Egan Bernal le ha robado la gloria de ser el primer colombiano en imponerse en la Grande Boucle. Ha ganado, eso sí, una Vuelta y un Giro; pero también ha conocido la parte más amarga de este deporte. Las expectativas no cumplidas, con aquel sueño amarillo que se tornó en pesadilla, hizo descarrilar su relación con Movistar, equipo que le debe algo más que los meros resultados deportivos.
Su marcha a Arkéa-Samisc el pasado año fue considerada por muchos un paso atrás en su carrera habida cuenta de que el conjunto francés no ostenta la condición de World Tour y, por lo tanto, no puede garantizarle un calendario como el que merece un corredor de su nivel. Además, una caída en las primeras etapas del Tour de 2020 lastró su rendimiento en la carrera y, como él mismo explica, sigue provocándole molestias.
Tanto es así que a dos días del Grand Départ, Quintana ha ofrecido una rueda de prensa en la que, aunque sonriente y animado, no se ha mostrado muy optimista. Naironman explica que este “ha sido un año diferente para mi. Hace un año me caí en el Tour de Francia y sigo arrastrando las consecuencias de esa caída y no estoy en condiciones de disputar la general del Tour. Además, el equipo ha querido diversificar un poco más y ha traído a gente para disputar el sprint con Nacer [Bouhanni]. Así pues, mi objetivo en este Tour de Francia va a ser pelear por las victorias de etapa”.
Así las cosas, sin querer desvelar demasiado sus planes, Quintana adelanta que “tenemos varias etapas que, aunque no terminen en alto, son importantes estratégicamente. No las podemos decir ahora porque nuestra estrategia se basa en ellas. En este Tour vamos a intentar divertirnos; pasarlo muy, muy bien e intentar coger las fugas en aquellas etapas en las que pueda haber opciones de llegar”.
Su última prueba antes de viajar a Brest fue el Dauphiné, una carrera en la que “yo sabía que no iba a estar bien. Después de haber acabado el primer ciclo de competición, era muy pronto para estar bien en el Dauphiné”.
El corredor colombiano asegura que “este año he tenido muchos problemas de alergia. Además, es una carrera que nunca me ha ido muy bien por todo el polen que hay siempre en esa carrera. Siempre es así, pero este año, el tema de las alergias ha sido terrorífico para mi. Mi rendimiento no ha sido el acostumbrado o el normal. Yo sabía que no iba a estar bien, pero cuando estamos acostumbrados a estar siempre luchando, cuando no estamos ahí nos fastidia y nos incomoda a todos. Es normal que no nos guste esa situación”.
En cuanto a la forma en la que ha preparado su desembarco en Brest, el ciclista de Arkéa-Samsic explica que “mi preparación, como no voy a por la general, es totalmente diferente a otros años. Ahora todo está enfocado prácticamente en un día. Si me ven un día quedarme a 15 o 20 minutos, ya saben que lo vamos a hacer prácticamente a posta para que nos dejen meternos en las fugas. Es parte de la estrategia para poder estar presente en las etapas que tenemos marcadas”.
Para Quintana, este pesimismo en cuanto a la general no debería ser una sorpresa para nadie. “Desde el principio del año, y se puede comprobar en las entrevistas que he ido dando, siempre dije que iba a costar más de seis meses recuperarme. Sobre todo, debido a la cirugía. Sigo trabajando para tener siempre en buena condición la musculatura y evitar los dolores. De momento, estoy bien; pero eso no quiere decir que en cualquier momento no pueda reaparecer el dolor”.
Eso sí, siempre queda en él ese gen competitivo que le empuja a marcarse metas que, según lo dicho anteriormente, parecen fuera de su alcance actual. Pese a ello, asegura que “en 2013 gané el maillot de la montaña. Sigo siendo el último colombiano y sería una alegría poderla volver a tener y no se descarta para nada. Es parte de la lucha”.
Aunque durante la rueda de prensa se mostraba animado, Quintana reconoce que “mi mayor incomodidad está en empezar el Tour y no estar para disputarlo, pero no voy a ser mentiroso e ilusionar a la gente diciendo que voy a ir a por la general y perder tiempo al segundo día. Eso es lo que me produce la mayor tristeza. No estoy acostumbrado a esto. Me gustaría estar en condiciones de disputar la general y tener un equipo potentísimo liderando en la montaña y en todos los terrenos, como ya tuve alguna vez. Eso nos gusta a todos, pero, como en todo en la vida, tenemos altibajos y decisiones que tomamos de forma acertada y otras no. La vida sigue y debemos seguir adelante y volver al buen nivel. Espero terminar este año y hacer una buena preparación para 2022”.
Pese a todo, El Cóndor no contempla la posibilidad de no llegar a los Campos Elíseos. Si lo consiguió el pasado año, cuando disputó la práctica totalidad de la carrera arrastrando las consecuencias de su caída, este año no debería ser distinto. “Estoy convencido de que podré llegar a París. Es un reto ilusionante siempre y no creo que me tenga que retirar antes del final”.
Eso no hay necesidad que lo diga, con el nivel mostrado los últimos años ya se sabia, lo del último año no es disculpa, mal venia, ya él tocó techo hace rato.