A sus 20 años, Nekane Gómez acumula un palmarés al alcance de muy pocas en las modalidades de pista y carretera. Y no vamos a entrar mucho en detalle, ya que ha sido capaz de ganar incluso en pruebas de BTT y de ciclocross en edad Escolar. Posee nada menos que 23 medallas en Campeonatos de España de pista y ruta, varias victorias parciales en Copas de España cadete y juvenil, aparte de ser campeona de Madrid en todas las ocasiones en las que lo corrió y de Euskadi en categoría junior y cadete.
En 2020 regresa al ciclismo vasco, a “su otro jardín”, buscando nuevas motivaciones y retos en el Laboral Kutxa-Fundación Euskadi. En esta retrospectiva repasamos su trayectoria:
Hasta ahora las entrevistas que hemos hecho con tus compañeros de la FMC han comenzado por el final. Contigo lo hacemos desde tus inicios encima de la bici. ¿Qué recuerdos tienes de tu título de campeona de España de ruta infantil en León? Ese final emocionante con la andaluza Salomé Mazuela y con un equipazo como el que tenía Terciado…
Buff… fueron unos Campeonatos muy especiales para mí. De hecho, a día de hoy veo la carrera que está colgada en internet y se me remueve todo por dentro. Recuerdo que cuando empecé a competir siempre me ponía muy nerviosa antes de las carreras y vomitaba, y aquella temporada conseguí controlarlo hasta aquel día que estaban todas en línea de salida y yo vomitando. Era la última carrera del año y la marcada en el calendario, venía de ganar todo lo que había corrido con el peso que eso conlleva. En línea de salida me pusieron a Isabel Martín al lado, que ganó el año anterior y que corría en su Comunidad, lo que me hizo sentirme más insegura aún.
Recuerdo que eran dos vueltas a un circuito largo y que nada más salir había que estar delante porque había una rotonda. Yo tardé en encalar y mis nervios iban en aumento, justo antes de llegar a la rotonda hubo caída y yo atrás, para cuando conseguí pasar delante Isabel Martín ya se había escapado con un poco ventaja. No me lo podía creer, iba a pasar lo mismo del año pasado porque no nos poníamos de acuerdo… hasta que Carla Puig una, catalana que ya no corre, puso un poco de orden y empezamos a entrar muchas al relevo. El pelotón se redujo un montón y quedábamos unas 10. Restaba el último repecho y ya era bajar y recta de meta.
En ese repecho alguien atacó, no recuerdo bien quién, y yo solo podía pensar que se acababa la carrera y que no sabía quién me podía ganar al sprint porque no las conocía. Así que nada más llegar arriba había un poco de llano y luego la bajada y dije, ¡ostras, que somos muchas para el sprint!, así que arranqué a tope sin mirar atrás hasta la recta de meta que vi que solo iba con Salomé y calculé mi distancia hasta meta. Eché a llorar y a darme golpes en las piernas gritándome ¡Claro que si campeona, claro que sí! Como dándome la enhorabuena a mi misma (ríe).
Terciado echó a correr detrás de mí y yo solo buscaba a mi padre que es quien me enseñó todo este mundillo de la bici. El pobre corrió un poco de más porque yo no sabía que me perseguía y seguía rodando (sigue riendo). Hasta que llegué a mi padre la gente me paraba para darme la enhorabuena, los padres y amigos del CC Coslada, donde, a pesar de pertenecer a la PC Cedena, entrenaba porque mi hermano era cadete y yo iba al velódromo a entrenar con las Escuelas, lloraban todos como magdalenas, mi madre, mi hermano y mi padre también. Recuerdo esos abrazos con tanta felicidad y buena energía. Y ya cuando me dijeron que habíamos ganado por equipos fue como una explosión de felicidad. Sin duda fue de los mejores días de mi vida.
Tus dos años como cadete y como junior compites con los colores del Caja Rural-Bide Bide y el Gipuzkoa Ogiberri. Creo que por motivos de trabajo de tus padres. ¿Fue clave el correr en Euskadi para seguir tu progresión? Cualquiera diría que echabas de menos Madrid por los buenos resultados que obtuviste allí…
Si, sin duda el ciclismo vasco es muy distinto, se vive de otra forma, tienes que estar allí para poder experimentarlo. Yo estuve allí tres años en los que aprendí muchísimo y disfruté mucho también. Nos mudamos porque cambiaron a mi padre a trabajar allí. Yo entrenaba dos días a la semana en el velódromo con el equipo y un montón de gente, y un día del fin de semana con el equipo en la carretera. Además, en invierno se corre la liga de pista de Guipúzcoa y como se ve hoy en las copas de España, eso da un punto extra a los vascos que participan, porque ya llevan alguna competición de más. Además, que yo corría con chicos porque allí había carrera cada fin de semana prácticamente, y así no perdía mucho la forma en los periodos en los que no teníamos pruebas las chicas. A mí competir es lo que más me motiva, no perdía la motivación en todo el año y podía mantenerme en buena forma.
En tus dos años de cadete, si no me equivoco, terminas 2ª en la general del Torneo Euskaldún, logrando victorias en Zenauri, Zalla, Sopela o Villamediana. ¿En cuál de las dos temporadas estuviste más cerca de ganar? ¿Qué faltó?
Yo creo que siempre me quedé a las puertas de ganarlo porque tiendo a correr peor cuando tengo cosas que perder. Fui líder mucho tiempo, lo perdía y lo recuperaba, siempre iban muy justas las clasificaciones, pero cuando sé que voy bien me centro en los puntos que podría sumar, hago mis cálculos en vez de concentrarme en la carrera. Soy muy ambiciosa a veces y me juega malas pasadas (ríe).
En tu primer año como junior compaginas mucho más pista y carretera. De hecho, en el anillo te cuelgas en los Nacionales de Valencia el bronce en keirin y la plata en la velocidad por equipos junto con tu compañera Rosalía Ortiz. ¿Cómo te aficionaste al velódromo? ¿Quién te animó a ello?
Empecé a compaginarlo ya en cadetes en realidad, no me apasionaba la idea de ir sin frenos y con pendiente. Empecé porque para poder estar en el Caja Rural era obligatorio correr la Copa de Guipúzcoa de Pista. De hecho, el primer día no tardé ni una recta en caerme, pero si tardé un mes en subirme al peralte, iba a entrenar y rodaba por la banda azul que no tenía peralte (ríe), un poco penoso pero el miedo me podía. Sí recuerdo cuando preparábamos los Campeonatos de España que yo quería hacer velocidad, y me dijo el seleccionador que o me subía arriba del todo o no los corría, y me mandó a rueda de Jon Irisarri que tiene un máster en ir despacio por el peralte, y ahí fue cuando acabé con mi miedo de rodar en la pista.
Tu segunda temporada como juvenil es la de tu explosión deportiva. Siguiendo con la pista, el año fue para enmarcar. Eres 2ª en la Copa de España y te cuelgas en los Nacionales de Tafalla cinco medallas, 3 de oro (keirin, velocidad y velocidad equipos, ésta última formando pareja con Sofía Barriguete), 1 de plata (madison, también con Sofía) y 1 de bronce (kilómetro). ¿Fue inolvidable, no? ¿Cómo lo viviste? ¿Te esperabas semejante cosecha?
Fue muy guay, porque Laura Rodríguez y yo habíamos estado peleando la Copa de España hasta la última prueba y la perdí por un punto. Lo que hizo que me motivase para los Nacionales porque sabía que no iba a ser fácil. La verdad que el ambiente con la Selección fue muy bueno, nos teñimos el pelo de rojo y todo (ríe). Además fuimos los mejores de los Campeonatos, y ganar individualmente mola, pero en equipo es mejor. La verdad que destaqué en las pruebas de velocidad cosa que no iba buscando, siempre me he considerado una fondista con un punto de velocidad. Siempre digo que soy rápida cuando las rápidas no están. Y desafortunadamente hice cuarta en las pruebas que corrí de fondo, iba contenta porque me traje muchas medallas a casa, pero me faltaron las del fondo (ríe)… soy muy inconformista a veces.
La cruz fue la carretera. Venías de dominar el año anterior en el calendario madrileño y esta temporada buscaste brillar más en la Copa de España y buscar la medalla en los Nacionales de Valladolid. Terminaste 8º en la general de la Copa, llevándote la victoria en la puntuable de Caspe. ¿Esperabas ser más regular en esta competición? ¿Crees que debías haber quedado más arriba?
Ese año en la primera Copa de España de Noja hice segunda y, como he dicho antes, cuando voy mejor peor corro, hasta que no di por perdida la general no gané en Caspe. No suelo ser muy regular en las Copas porque me presiono de más y focalizo la atención en otras cosas que me desvían del objetivo principal.
En Valladolid, la decepción. Terminaste 6ª en el sprint del grupo principal que se jugó las medallas. ¿Qué crees que te faltó para haber subido al cajón? ¿Qué te dijo la seleccionadora Gema Pascual minutos después de terminar la carrera?
El Campeonato de España también fue una desilusión para mí porque tenía como objetivo remendar la Copa de España, y en el sprint por el tercer puesto siendo la más rápida lo hice fatal, Gema Pascual, la entonces seleccionadora, me intentó animar y se lo agradezco mucho porque fue duro para mí. Con la temporada tan buena que hice en la pista, ese año decidieron no llevar a ninguna fémina junior a los Europeos ni mundiales y tenía una esperanza de que, si lo hacía bien, tendría plaza para ir a los de carretera, pero con la carrera que hice era imposible. No estoy muy orgullosa de esa temporada, pero me enseñó mucho a trabajar la cabeza.
Con tu paso a sub23 regresaste a Madrid, en este caso al Tricrazy Madrid Team. ¿Notaste mucho el cambio de categoría? ¿Qué tal el ambiente que viviste dentro del equipo?
La temporada anterior fue tan dura a nivel psicológico que noté que empezaba a entrenar sin ganas y que necesitaba un cambio. No noté el cambio de categoría porque no me tomé la temporada como un objetivo sino como una adaptación, necesitaba recuperarme y volver a confiar en mí y en mis potenciales. La verdad que las cadetillas (ya juveniles) del equipo hicieron de todas las competiciones una diversión constante, y aunque ellas no fueran conscientes, ayudaba mucho el ir a correr sabiendo que te lo ibas a pasar genial. Y en el staff estuvieron súper cercanos, aún siguen preocupándose en las carreras. Aunque ya no estemos en el mismo equipo te echan una mano cuando lo necesitas.
El año pasado surge la oportunidad de correr en un equipo UCI como es el Massi Tactic. Lo positivo fue verte de nuevo vestida de rojigualda en pista, con el oro en velocidad sub23 o ganar con autoridad en la carrera de Torrejón de Ardoz. Sin embargo, tu periplo en las carreras UCI o en Copa de España no es satisfactorio. ¿Cómo valoras la temporada en general?
La categoría UCI es otro nivel, son las mejores del mundo y yo no estaba a la altura. Aún así, el Massi Tactic apostó por mi y estaré siempre muy agradecida. Más allá de la dificultad de la categoría en sí, parecía que me había maldecido alguien, tuve un montón de percances, entre caídas, pinchazos y averías fue la temporada que peor suerte he tenido. Sólo en la primera etapa de China me caí dos veces y reventé la rueda de atrás, estuve toda la vuelta sobreviviendo. Nunca había roto un radio en mi vida y en la Copa de España de Eibar pinché y radio roto justo antes de empezar a subir. Y bueno, en la Copa de España de Almería estuve en la fuga, de la cual se cayó la de delante y fui yo detrás (ríe). Si partimos de que antes de esa temporada me había caído una vez corriendo con chicos y había pinchado en una carrera de Euskaldun, nada más en toda mi vida.
Para este 2020 hay un “regreso a los orígenes”, con tu fichaje por el Laboral Kutxa-Fundación Euskadi. ¿Qué esperas de esta temporada? ¿Qué te han pedido desde el equipo?
Pues antes de la situación actual que tenemos con la pandemia tenía unos objetivos, pero ahora otros muy distintos. Antes me esperaba recuperar ese espíritu competitivo que me motivaba a entrenar, y ver un poco cómo se iba dando la temporada mejorando poco a poco. Pero hoy en día y tras muchas horas de rodillo juro a mi entrenador Javier Sola que no volveré jamás a protestar por un entreno (jajaja es broma). Veo mis metas más claras, que lo que me ha mantenido cuerda estas semanas ha sido el rodillo y me han entrado muchas ganas de hacerlo bien. Soy consciente que no se mejora de un día para otro, pero algo dentro de mí me dice que luche por lo que quiero y ese es mi objetivo de la temporada: Dar el máximo en cada entrenamiento y en cada competición sin importar el resultado.
Centrándonos en la FMC. ¿Qué te parece el trabajo que hace Cristina Arconada como responsable de la Comisión de Féminas? ¿Qué destacarías de cada uno de los seleccionadores que has tenido hasta ahora? (Terciado, Castaño, Gema Pascual, Antonio Pérez y Pablo Galán)
De momento poco hemos hecho con Cristina, un entrenamiento solo, pero es muy complicado cuadrarnos a todas porque cada una vive en una punta de Madrid. Pero ella es muy amable y se preocupa por nosotras, y siempre tiene algo en mente que hacer y lo termina elaborando. Terciado me hacía sufrir con los chicos en los entrenos de la Federación, pero confió en mí y en mis compañeras para llevarnos a lo más alto del cajón. Recuerdo que era muy cercano y nos sigue teniendo mucho cariño a tod@s. Castaño sabía mucho de la pista y era un crack haciéndonos entrenos tras moto. Gema Pascual siempre se pone en nuestra piel y nos ha ayudado, guiado y enseñado todo lo que ella aprendió en su vida de profesional. Además de cercana, te lo pasas bien con ella. Antonio Pérez y Pablo Galán se alegran tanto de nuestras victorias porque estuvieron en el proceso, y son tan claros y sinceros que también viene bien para ponernos en nuestro sitio y hacer que sigamos trabajando.
Estado del Ciclismo Femenino en la Comunidad de Madrid. ¿Cómo ves a las chicas de la región en relación al pelotón nacional? ¿A quiénes ves como más opciones de ser profesionales?
El estado de las féminas en la Comunidad de Madrid deja bastante que desear. Las carreras se asemejan más a los circuitos de infantiles que a las Copas de España de féminas y así es muy difícil destacar. O te vas al norte a correr o el nivel cuesta cogerlo y mantenerlo sin carreras. Aunque también lo entiendo porque apenas hay chicas que compitan, creo que habría que motivarlas más ya que vienen muchas de Escuelas y no tienen equipo al que ir, se ven solas y sin saber cómo funciona la categoría cadete. Aun así, la tanda de juveniles que tenemos ahora en Madrid es de mucha calidad, creo que las que tienen más opciones de pasar a profesionales en un futuro son Eva Anguela y Ania Horcajada. Eva tiene mentalidad de ganadora a parte de físico para ello y eso es lo que le hace destacar. Y Ania tiene constancia y pasión por lo que hace, además de hacerlo todo con ganas y una sonrisa eso le llevará lejos.
Última. Debido a la pandemia que vivimos, ¿cómo estás llevando el encierro y cómo estás trabajando para seguir en forma?
Pues yo bastante bien. Entre semana estoy entretenida con los entrenamientos y los estudios, y los fines de semana me pongo un horario más flexible, para así diferenciarlo del resto de días y disfrutar del tiempo con mi familia. Los días que entreno doble sesión hago ayunas, los días que solo tengo una sesión de bici complemento con trabajo compensatorio o de core, y la comida la intento regular y no pasarme para no subir de peso.
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