En su comparecencia como invitado de honor de la vigésimo novena edición de la Gran Gala Internacional de Ciclismo, celebrada en el Teatro Accademia de Conegliano, Vincenzo Nibali hizo balance de su gran temporada. El corredor de Astana, en el escenario junto con su compañero Fabio Aru, ve la conquista del Giro de Italia como su mayor satisfacción en 2013: «El podio final del Giro en Brescia ha sido el momento más bello de la temporada, inmerso en un clima y una atmósfera increíble. Deseaba ganar el Giro con todas mis fuerzas y conseguirlo me llena de orgullo”.
Tras los triunfos en la Corsa Rosa y la Vuelta a España del 2010, toda su atención está concentrada en el Tour de Francia, que falta en Italia desde el triunfo en 1998 de Marco Pantani. A partir de este invierno ya comenzará la preparación en vista a la Grande Boucle, que será presentada el próximo 23 de octubre: “El Tour de Francia es la única gran vuelta que me falta y hace dos años ya conseguí formar parte del podio sobre un recorrido que no me favorecía: este año quiero tomar la salida para intentar ganarlo, se lo debo a todos los tifosi italianos que apoyan me con su fervor”.
Agraciado con el premio especial «Atena d’Argento»-GP Barnabò Pietro y Premio Italia Profesionales-GP Banca della Marca, el corredor de Messina recuerda su desafortunado final de temporada, que le ha visto fallar en el Mundial y Lombardía. Precisamente la cita irisada de Toscana en 2013 ha sido para él una gran decepción, mayor que el segundo lugar en una Vuelta que algunos pensaban que ya había ganado: «Estoy más decepcionado con el cuarto lugar en Florencia que del segundo en la Vuelta», admite. «En el final intenté jugar mis cartas, sabiendo que nos soy tan veloz como Valverde y no respondí al salto de Rui Costa pensando que lo haría el español. Dijo que no le iban las piernas, pero en subida no lo parecía. Este año España ha desperdiciado el Mundial, pero si tuviesen que organizar otro en Verona, casi casi vuelvo a subirme al sillín”, como refleja spaziociclismo.
El corredor siciliano de veintinueve años cita sobre las carreteras francesas a todos los tifosi azurri que esperan ver un italiano en el podio de los Campos Elíseos. Por lo tanto, su participación en el próximo Giro, es cada vez más difícil