Nibali y Astana, furiosos, amenazan con no ir al Giro

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Imagen del estado del Monte San Vicino hoy / ©Twitter

Nicolás Van Looy / Ciclo21

La decisión de RCS (empresa organizadora de la carrera) de anular la etapa reina de la Tirreno-Adriático debido a las malas condiciones climatológicas que, según ellos, ponían en peligro la seguridad de los corredores en su camino hacia la cima del Monte San Vicino, no ha traído, como era de esperar en un colectivo que no ha sido capaz jamás de mostrarse unido, una fuerte división de opiniones entre los propios ciclistas, los mismos cuya seguridad pretende salvaguardar el Protocolo de Tiempo Extremo, herramienta utilizada para tomar la decisión.

Los más beligerantes con la decisión adoptada por RCS han sido el equipo kazajo Astana y, más preocupante para la empresa italiana, su jefe de filas Vincenzo Nibali, el mejor corredor italiano del momento. Como suele ocurrir en este tipo de situaciones desde hace algunos años, la guerra dialéctica se ha trasladado a las redes sociales, donde Nibali y su equipo han llegado a amenazar a RCS con renunciar a tomar parte en el próximo Giro de Italia.

Nadie sabía cómo llevar hasta la cima [del Monte San Vicino, N.d.A.] toda la infraestructura de la carrera. Ese ha sido el verdadero motivo por el que se ha suspendido la etapa. Nada que ver con la seguridad de los corredores”. Así de claro y contundente se ha mostrado el director deportivo del equipo Astana, Paolo Slongo, a la hora de analizar los motivos que hay detrás de la suspensión de la jornada.

El último corredor que ha sido capaz de ganar la Triple Corona, Vincenzo Nibali, también se mostró tremendamente disgustado con la situación. El Tiburón, acompañado por Slongo, quiso comprobar por sí mismo la situación en el Monte San Vicino y publicó un vídeo en twitter en el que se veía el estado de la carretera. “Esto es inaceptable. La carretera es transitable y a dos kilómetros de la meta la temperatura es de 7ºC”, decía el ciclista.

La indignación de Slongo aumentó al comprobar que tampoco en la cima del puerto de montaña, donde se debería de haber situado la meta, había nieve acumulada y calificó la toda la situación como una “carrera falseada en su resultado” en una clara alusión al enorme perjuicio que la eliminación de esta –única– etapa de montaña supone para corredores como Nibali. En este sentido, apuntó sus dardos hacia BMC y Etixx-Quick Step que “van a recibir un buen puñado de importante puntos UCI World Tour extra cuando acabe la carrera”.

Si lo siguiente que aseguró Slongo es o no fruto del calentón del momento, lo veremos durante las próximas semanas, pero el director italiano no dudó en amenazar a RCS con retirar a su equipo de la próxima edición del Giro de Italia, al que está previsto que Nibali acuda como jefe de filas.

Slongo dijo que “si la organización [RCS organiza ambas carreras, N.d.A.] va a reaccionar así cada vez que haya un poco de mal tiempo, vamos a tener que replantearnos nuestros planes de futuro. Hay tres llegadas en alto cruciales en el próximo Giro y nosotros no podemos permitirnos el lujo de que Nibali no se prepare para ellos minuciosamente”.

Pero, evidentemente, hay otro bando. Cada uno será libre de decidir si aquellos corredores y equipos partidarios de la decisión tomada por RCS lo son por una legítima y honesta preocupación por la seguridad o, sin embargo, están movidos por sus propios intereses deportivos.

BMC y Etixx-Quick Step, con el siempre incontinente verbal Patrick Lefevre al frente, son los dos bloques que con mejores ojos han visto esta anulación. Taylor Phinney contestó al Tiburón en Twitter, la misma red social usada por Nibali para lanzar sus críticas, que “todo esto es un poco exagerado. Como grupo, debemos de permanecer unidos. Seguir lamentándote no te ayuda a ti, ni a los aficionados, ni al deporte”.

Lefevere, por su parte, fue bastante más contundente que el corredor de BMC y, a la posibilidad de no tomar parte en el Giro de Italia apuntada por Slongo, respondió con un “menudos perdedores, quizás también deban de abandonar la AIGCP”. En cualquier caso, resulta muy curioso ver a Lefevere defendiendo a una RCS a la que siempre ha hecho responsable por el hecho de que Rigoberto Urán perdiera el Giro de 2014 ante Nairo Quintana en el Stelvio.

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