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El colombiano confía en brillar en la Vuelta a Portugal
Nicolás Sáenz, corredor colombiano de 22 años del equipo Efapel, describe su vuelta a los entrenamientos al aire libre. «Los veinte primeros metros se me hicieron muy raros. La sensación de que se moviese la bicicleta me resultó hasta extraña, era como volver a aprender a montar de nuevo». El aire en la cara vuelve a ser un privilegio para él. Tras el decreto de apertura de horarios para los ciclistas profesionales, puede por fin rodar por las carreteras que rodean Abadiño, la localidad vizcaína donde reside.
Lejos de su Colombia natal, el joven escalador del Efapel portugués, de categoría continental confiesa sentirse «como en casa. Puedo decir que he crecido como ciclista en el País Vasco, así que vivir en Abadiño no me ha costado nada. Estoy muy a gusto». El espíritu positivo impera en la sonrisa de un corredor al que el ciclismo nunca se lo ha puesto fácil: «Este iba a ser mi primer año completo como profesional tras la desaparición del Postobón el año pasado, pero desgraciadamente esta pandemia a vuelto a trastocar todos mis planes», describe.
Y es que su temporada, inaugurada con una gran actuación en el Tour Colombia donde estuvo peleando cerca de la clasificación de los mejores jóvenes, tenía un objetivo claro: «Quería dejarme ver. Posteriormente tuve una dura caída en Algarve que no me permitió hacer la carrera que hubiese querido, pero ya estaba recuperado para seguir peleando. Quería aprovechar mis oportunidades e intentar hacer buenos resultados, quería demostrar mi potencial. Pero con el parón no ha sido posible», explica.
Por eso, Nico quiere confiar en que la Volta a Portugal se pueda disputar: «Me encantaría que finalmente se pueda organizar siempre y cuando las condiciones sean las favorables para hacerlo, por supuesto. Sin duda era uno de los objetivos de la temporada para el equipo y para mi«. En caso contrario, el plan «B» sería extenso: «Si finalmente no se diputa, trataré de dejarme ver en toda aquella carrera que pueda correr de aquí al final de la temporada», concluye con firmeza.
De momento, Nico ha superado la primera fase. La «tiranía del rodillo». Aunque aun se sorprenda cada vez que su bicicleta comience a desplazarse al inicio de cada entrenamiento: «Estoy mejor de lo que me esperaba, me encuentro en general con buenas sensaciones. Me he notado con fuerzas y con muchas ganas, creo que estoy entrenando bastante bien», reitera. Suficiente. El ciclismo le sigue debiendo una oportunidad.
