Un fin de semana épico, de esos en los que un corredor se lleva los recuerdos tatuados para siempre. Dos días de intensa lluvia y frío traicionero de un invierno cántabro que siempre apura hasta las últimas fechas para mostrarse, pero a cambio, el resultado fue casi perfecto para Noel Martín: Ganó el domingo en Santander y el sábado fue segundo en Camargo.
El rocoso corredor de El Arenal (Ávila), presa ya de una inquietante ronquera, asimila frente a un abundante desayuno lo vivido el fin de semana: “La verdad es que ha sido épico, de esas carreras que hacen afición, con lluvia y frío tan intenso que acuchilla”, describe.
Noel considera que la meteorología influyó decisivamente en el resultado: “El sábado en Camargo yo no conseguía entrar en calor. En el pelotón veía que me arriesgaba a caer en una hipotermia, así que me dediqué a gastar todas mis balas en entrar en todas las escapadas que pude, prácticamente estuve en todas, pues quería entrar en calor a toda costa”, recuerda con resignación. Así, la fuga decisiva también contaría con su presencia: “Acabamos por delante Mitxelena y yo, y la verdad es que nos entendimos bien, pero yo había gastado ya todo lo que tenía, y aunque resistí todos sus ataques, en el sprint final ya no fui rival”, asume entre suspiros.
Sin embargo, el discurso del domingo iba a ser totalmente diferente: “Venía con mucha rabia de la victoria perdida, así que esta vez fui más selectivo, pero sobre todo comí bien, que el sábado iba tan aterido que los brazos sólo querían ir agarrados al manillar, sólo el impulso de llevarte la mano al maillot se hace difícil en esos casos”, explica con todo el hilo de voz que permite su ya más que evidente ronquera.
Por eso, el incombustible corredor de Telco’m sabía que esta vez la victoria no se le escaparía: “Sé que soy rápido en un sprint, pero con el cabreo del día anterior no quería jugármela a llegar con alguien, así que en los últimos repechos de la carrera me dediqué a arrancar, sobre todo en el último, donde la renta que conseguí arriba me sirvió para llegar con unos pocos segundos a meta, los justos para disfrutar a gusto de la victoria y resarcirme del segundo puesto de Camargo”, señalaba con una sonrisa cómplice de su gesta. Sin embargo, su victoria tuvo un punto de pírrica: “No sabes la rabia que da que se te pierda el GPS durante la carrera, en el kilómetro 40 lo vi caer”, confiesa con resignación, aunque luego admite: “Quizás eso me dio un punto de rabia extra para seguir probando la fuga”, confiesa a través de una resignada sonrisa.
No obstante, para Noel nada ha cambiado respecto al año anterior, cuando corría en Froiz: “Sigo siendo el mismo, y este equipo está lleno de buenos compañeros, como los que había en Froiz, lo único que me sorprende es haber ganado tan pronto, porque no estoy al 100% ni mucho menos”, explica. Pero una cosa quiere dejar clara: “Yo no gano si no siento apoyo por detrás, y desde luego lo ha habido en todo momento. Me siento muy arropado y a todos mis compañeros quiero agradecer la victoria”, señala elevando un tono que ya comienza a apagarse como una efímera vela olvidada al anochecer.
Pero ahora su objetivo cambia, como su montura, que recibirá la de un visitante muy especial: “En apenas dos semanas tenemos los Campeonatos nacionales de ciclismo adaptado en la modalidad de tándem y yo participaré de piloto para Carlos González, que ya lo tengo que echa humo”, bromea. No es para menos, llevan mucho tiempo preparando este momento y para Noel la presión es muy grande: “Su ansiedad es ahora la mía, quiero que sea feliz en la bici y sin duda, si logramos buenos resultados, yo estaré encantado por él”. Noel vuelve a sonreir sin darse cuenta. Ya sólo falta que aparezca el GPS.
Rafa Simón. Prensa Noel Martín