La tardanza pone en evidencia, limita la capacidad de reacción, molesta. Sin embargo, en su caso le ha regalado una doble carambola que no olvidará. “Es que no he podido llegar antes”. Fue toda la excusa que supo esbozar entre tímidos jadeos en la zona de inscripciones de la Cronoescalada de Cuéllar el sábado pasado. Sin duda la primera de las improvisaciones de un fin de semana lleno de sorpresas cuanto menos, inesperadas. Así es la vida de Noel Martín (Telco’m ), un chico a contracorriente.
Tras conseguir parar el sorteo de salida, Noel apenas tuvo tiempo de asentar la cornamenta de su bicicleta y calentar una subida de dos kilómetros que se le daría de maravilla, consiguiendo ser el último en llegar y el primero en acabar la prueba: “Fue una cronoescalada muy corta y explosiva con el último kilómetro muy duro por las calles de Cuéllar hasta el Castillo”, explica, para añadir que “nunca la había corrido y me apetecía porque me quedaba cerca de casa y así podía hacer un entrenamiento de calidad, desde luego me salió redondo”, remata, dejando entrever, quizás, la razón de su tardanza.
El domingo la demora volvió a cruzarse en su camino: “Quería haber corrido con el tándem, pero no llegó el permiso”, explicaba. El cambio de planes le llevó de nuevo a Cuéllar, salida de la Clásica La Chuleta marcada por un inesperado día de frío. Su equipo no participaba en la prueba, así que se aferró a la inspiración en soledad: “Salí yo solo, sin equipo, pero con ganas de pelea y empecé a entrar en los cortes ya que estaba helado del frío que hacía… ¡De hecho salí con perneras y doble camiseta interior larga y todo, fíjate tú!”, exclama con estupefacción, mientras se recrea con el recuerdo “contadas las veces en mi vida que he salido así”, finaliza.
Sin embargo Noel supo sacarle partido a la prueba, sobre todo al viento, aspecto que como buen rodador, domina bastante bien: “La carrera fue muy rápida, la media final de 44 por hora lo dice todo, y la constante fue el aire, así que yo estaba en mi salsa, casi todo el día por la cuneta, intentando arrancar con Rodrigo Araque (Diputación de León) alguna vez pero nada, me tenían vigilado”, relata, aunque reconoce las razones: “Era normal tras la victoria del día anterior. Además, había equipos fuertes y numerosos que querían llegar todos juntos para De segovia (Froiz) o Jonathan González (Construcciones Paulino), los que me ganaron”, asume.
En todo caso, Noel hace buen balance de su tercer puesto final: “Era la primera vez que la corría, pero me gustó, y aunque me faltó un puntito de chispa al final, a lo que no ayudó que fuese helado todo el día y sin apenas sudar, me vi bien y todo va por el buen camino para dar guerra con el tándem”, exclama.
En efecto, el fin de semana le tenía deparada otra sorpresa más, otra que, aunque quizás haya llegado de nuevo por la vía de la tardanza, él sabe agradecer igualmente; la convocatoria para participar con la Selección de Ciclismo Adaptado en la Copa de Mundo en Castiglione de la Pescaia (Italia) en la modalidad de carretera, del 9 al 11 de mayo, junto a “su niño”: “Carlos (González) y yo estamos felices por la convocatoria y sabemos que si hacemos bien las cosas, iremos a más, que yo creo que sí, que con la ilusión que tenemos y lo que hemos trabajado sólo vamos a ir hacia arriba, tenemos mucho margen…”, reitera, con el tono de voz cada vez más elevado, producto de una euforia que no detecta, pero que se le dispara por momentos.
Entre tanto, Noel Martín seguirá debatiéndose con su “compañera inseparable”, la tardanza, esta vez en otra contrarreloj, la de la lucha por ganar el tiempo perdido en conocer a fondo la disciplina del ciclismo adaptado, aunque no le importe ese handicap: “Cometeremos errores, porque somos novatos, pero aprenderemos de ellos y ahora mismo no nos veo ningún techo, sólo queremos salir a la carretera y disfrutar”, exclama de nuevo. Razón no le falta, con esas armas es más fácil robarle tiempo al reloj.
Fuente: Rafa Simón. Prensa Noel Martín