Abraham Olano (Anoeta, Guipúzcoa, 22 de enero de 1970) será uno de los grandes protagonistas el domingo en el 5º Ridley-Memorial Pascual Momparler, prueba puntuable para la Copa de España elite y sub-23 que se celebra cada año en la localidad valenciana de Villanueva de Castellón. La organización, a través de Momparler hijo -seleccionador nacional sub-23- pensó en él para realizarle un homenaje y el vasco aceptó gustosamente por lo que estará presente en la prueba.
«Momparler y yo coincidimos en Asteasu. Me lo comentó y le dije que contara conmigo siempre que tuviera libre. Así que allí estaremos» confirma el doble excampeón del mundo. «Lo bonito de estos homenajes es disfrutarlo en vida. Es una forma de agradecer a toda esa gente que te he animado en la cuneta. He tenido casa en Benidorm y en Dénia y siempre he tenido apoyo de los buenos aficionados valencianos al ciclismo, así que toca también agradecérselo. Me siento reconocido por mi carrera. Otra cosa es si me comparas con los monstruos del ciclismo como Indurain. Es como Messi y Maradona. Ya puede hacer lo que sea Messi que Maradona es intocable. Cada uno hace su palmarés y estaré siempre agradecido a la gente. Es un sentimiento mutuo».
Un Olano en «paro» después de haber dejado su puesto como seleccionador de Gabón donde estuvo trabajando la campaña pasada con los jóvenes del país centroafricano. «Todo el proyecto que había está parado ahora mismo. Quieren hacer cosas, pero no hay ni dan dinero para hacerlas efectivas, así que me he venido a casa. Tenía un año de contrato y si ellos quieren seguir, adelante, pero aportando algo. Lo que no se podía hacer era no ir a competiciones, ni entrenar en Europa y así no se puede evolucionar. No solo en el ciclismo gabonés sino en todos sus deportes en general. Para la Tropicale Amissa Bongo no estaban preparados y por eso no compitieron. El año pasado entrenando conmigo, acabaron todos la carrera. Han dado un paso atrás».
Así que ahora Olano vuelve a sus orígenes sin dejar de sondear el mercado actual. «Siempre echo una mano a mi club, el Oriako Txirrindulari Eskola de Tolosa, con las expectativas de que pueda salir algo a nivel amateur o profesional, me da lo mismo. Tengo ganas de hacer cosas con la gente que viene por detrás como hicieron en su día con nosotros. Me gusta ayudar a la gente joven de cara al futuro».
Y habla de ese futuro del ciclismo español. «La gente se alarma muy fácil cuando dicen a ver qué pasa cuando se vayan los de ahora, Contador y Valverde y ahora después del adiós de Purito.Tenemos una grandísima línea de combate. Unos gregarios de alto nivel que ahora están al servicio de sus líderes al ciento por ciento como, por ejemplo los hermanos Herrada o los Izagirre. Ya son más veteranos pero mira Luisle o Nieve cuando trabajan para ellos mismos. Landa habrá que ver su evolución. Por su parte, a los sub-23 se les empieza a exigir demasiado pronto y quieren pasar directamente a world tour. Los pasos es mejor darlos pequeños y que el cuerpo lo asimile. Hay muchos que no están preparados. El cuerpo humano tiene sus pautas y cada uno tiene su momento y sus entrenamientos».
Coincide en que uno de los problemas sigue siendo la falta de equipos world tour o profesionales en España. «Es una pena que con todo el ciclismo que tuvimos ahora la gente tiene que salir fuera y se estén haciendo en el extranjero. Y si luego triunfan diremos que son nuestros. Al final es el problema del World Tour y sus exigencias. Las empresas no son de primer nivel y en cierto modo es de entender. Quizás Movistar sea la excepción, pero le interesa a nivel internacional. Habrá que ver el tiempo que dura y esperemos que sean mas años más allá de 2019 porque también están invirtiendo en fútbol como patrocinador de la selección española, por ejemplo. Quien mucho abarca, poco aprieta. Y ya pasó con Banesto e Indurain, que cuando lo ganó todo ya no aspiras a más».
Mientras Olano seguirá pedaleando y participando en marchas cicloturistas para seguir matando el gusanillo. «Estaré en mi marcha, echando una mano al club y luego como siempre en la Quebrantahuesos, disfrutando del ambientillo y después ya veremos. A sufrir disfrutando».