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Pujol, entrando en meta.
“Buf, tercera línea”, maldecía. Cuando alguien está en tercera línea de algo, generalmente nunca saca provecho alguno. Si además empiezan a poderte los nervios, peor aún. Sin embargo, a él le ha valido. Ha remontado como nunca hasta conseguir la cuarta posición final y el tercer puesto en el cajón de categoría élite que le sabe a gloria. Lo firmaba ayer en Valencia en la última prueba de la Copa de la Federación Española un radiante Óscar Pujol (MMR Mallatalud).
El infatigable corredor catalán relataba así su carrera: “Verme tan lejos en la línea de salida me ha generado muchos nervios, pero de pito he conseguido ir remontando hasta llegar al séptimo puesto”, comenta con orgullo. Sin embargo, una cinta de las que marcan el recorrido se interpuso en su primer asalto al podio: “La enganché con el manillar y volé literalmente hasta caer en los brazos de un árbol, que amablemente me devolvió al suelo”, comentaba entre risas mientras chequeaba su pierna, aún enrojecida por el raspón.
Posteriormente, tuvo que volver a empezar de nuevo: “El árbol fue como cuando jugando a la oca caes en el puente y te lleva la corriente, pero al revés… me caí hasta el puesto 15”, bromeaba, pero la guerra a la mala suerte estaba declarada: “Yo ya estaba en modo gas, así que de nuevo a saco hasta que me quedé a 8 segundos de Larrinaga y Lastra, pero a falta de dos vueltas pagué los excesos y tuve que conformarme con mantener la posición”, finalizaba con una pizca de resignación.
Pero tras la conclusión de la prueba, Pujol no dejaba de sonreír, no era para menos: “Saco muchas cosas positivas de mi primer año en cyclo-cross: he subido unos puestos en el ránking de la Federación, he mejorado mucho sin tomármelo demasiado en serio, algo que realmente ni imaginaba a principios de temporada, pero sobre todo me quedo con el cariño del público en cada carrera. El de hoy parecía sacado de una etapa de la ´Itzulia´, ha sido un subidón”, concluía a través de una sonrisa que prácticamente tocaba los dos lóbulos de sus orejas. Además, Óscar también tiene palabras de agradecimiento hacia su equipo, el MMR, por todo el apoyo que ha recibido a nivel de material además de por el buen ambiente reinante dentro del equipo: “Es una gozada estar con ellos”, señalaba.
A partir de ahora, Óscar levantará el pie: “Me relajaré un poco, que ya ni me acuerdo que fin de semana no me he puesto un dorsal y también pensando en disfrutar las navidades, pero mirando de soslayo el Campeonato Nacional de enero”. Que así sea. Aunque seguro que pronto volverá a la rutina. Es raro verle dejar una bicicleta en tercera línea.
Fuente: Rafa Simón. Entorno Óscar Pujol
