Se ríe cuando le preguntan si lleva una estadística de kilómetros en fuga en la temporada “porque ya me lo han preguntado varias veces, pero no, no la llevo”, aunque nadie duda que ha sido uno de los ciclistas protagonista en más escapadas. Pese a la combatividad mostrada, Pablo Torres no seguirá en el Burgos-BH en 2019 y aunque no se lo esperaba, no tiene ni una sola mala palabra hacia el equipo de Julio Andrés Izquierdo, ni siquiera por haberle comunicado tan tarde una decisión que compromete su continuidad en la máxima categoría.
“Me dijeron que querían renovar el equipo –valora el gallego-, que prefieren apostar por la gente joven, por lo que intentaré buscar otra cosa, aunque ya es un poco tarde porque casi todos los equipos tienen las plantillas completas. Pero estoy agradecido ya que me dieron la oportunidad de ser profesional, de correr la Vuelta a España, y en estos siete años he podido disfrutar de muchas experiencias. Me quedo con todo lo bueno que he vivido en estas temporadas”. En todo caso no deja de ser una triste paradoja que, en 2010, cuando logró ser ‘stagiaire’ con el Xacobeo, el equipo desapareciese y se viese abocado a seguir como aficionado, y que ocho años más tarde, tras llegar el Burgos a la categoría profesional, tenga difícil su continuidad en el pelotón.
Torres no está seguro si 2018 ha sido su mejor campaña, “porque llevo dos o tres temporadas a un nivel muy bueno, y espero que me pueda servir. Pero a nivel mediático sí lo ha sido, por estar en una categoría superior y por haber tenido la oportunidad de disputar por primera vez la Vuelta. El equipo quería tener presencia en carrera, me pidieron que estuviera en esas fugas y creo que hemos cumplido el objetivo”.
A pesar de que lo suyo sea “la combatividad”, el gallego también sabe lo que es ganar, ya que en 2017 se llevó el Tour de Gironde, en Francia. “El año pasado tenía más libertad, y más responsabilidad, al ser un equipo más modesto. Apostaron por mí y gané. Esta temporada íbamos a estar más centrados en trabajar por los líderes, donde teníamos una baza clara con Mamykin, pero no pudo correr este año y tuvimos que plantearnos otro tipo de presencia”.
Reconoce que ahora mismo no tiene opciones de seguir en España y cuando se le pregunta si en Portugal simplemente responde “igual más lejos. Estamos en noviembre y hay pocas opciones ya”, aunque al mismo tiempo añade que “no me planteo la retirada, pero cada vez lo pienso más según van pasando los días. Hasta que no se agoten todas las opciones, hasta que no me digan no en todos los sitios, no quiero rendirme”. De hecho, ha comenzado a entrenar ya esta semana pensando en esa incierta próxima campaña.
Sabe también que la edad –cumplirá 31 años el próximo 28- juega en su contra. “Se apuesta por los jóvenes, y no está mal porque das oportunidades a la cantera. Pero la gente que ha rendido siempre es una garantía y cada vez puedes hacerlo hasta una mayor edad. Te diría que ahí está Valverde, aunque no sea el mejor ejemplo por su indudable clase. Pero tenemos muchos profesionales de más de 30 años que están en su mejor momento”.
Y como despedida, Pablo Torres nos deja una confesión, que al mismo tiempo puede ser su mejor carta de presentación. “Me queda la espinita de no haber hecho ese trabajo de gregario para un líder. Porque no es diferente estar en una fuga o tirar de un pelotón. Soy un ciclista que lo da todo por el equipo y pienso que puedo ser un corredor muy útil como gregario”.