Los efectos inmediatos se suceden al conocer la decisión que el mundo del ciclismo estaba esperando desde hace semanas ante la crisis por el coronavirus que está cambiando a marchas forzadas la citas más importantes del calendario deportivo internacional: La reubicación del Tour de Francia al mes de septiembre, con inicio el 29 de agosto, y que ha provocado un terremoto en la organización del resto de eventos.
De la reunión mantenida este miércoles entre los agentes principales: UCI, ASO y RCS para recomponer el rompecabezas de fechas hasta el mes de noviembre inclusive, se destacó que las tres grandes tendrán cabida casi de forma consecutiva, septiembre, octubre y el propio mes de noviembre estarán ubicadas las tres grandes rondas respectivamente: Tour, Giro y Vuelta. Se salvan los monumentos que ya luchan por su parcela en una temporada que volverá, por fin y si las circunstancias lo permiten, tener su arranque en el mes de agosto.
Pues bien, las consecuencias de la decisión no se han hecho esperar. Cada una de las tres vueltas tienen ahora que solucionar sus problemas domésticos y la Vuelta a España es la más perjudicada en ese aspecto. La ronda española tenía proyectado el paso por hasta por 4 países: Países Bajos, Francia, Portugal y obviamente el terreno nacional concentrado en la franja cantábrica desde Pirineos hasta Galicia, de este a oeste. Esta peculiaridad del recorrido estaba orientado a fechas que coincidían al 14 de agosto, con el verano y las altas temperaturas y condicionado por las fechas de los JJOO y el Mundial Unipublic prefirió elegir destinos más indulgentes climáticamente y ser un lucido escaparate de las zonas por las que debía atravesar. Y a lo que hay que añadir el riesgo inherente de que la pandemia del Covid19 se mantenga latente durante ese periodo.
En ese aspecto, el responsable de trasladar la Gran Salida de la Vuelta a Utrecht (Países Bajos), Cor Jansen -asesor en asuntos de marketing-, quiere proteger el proyecto y la inversión hasta el 2022. «Toca llorar y volver a empezar», como ha señalado en una entrevista a RTV Utrech reproducida por Wielerflits.nl.
Jansen es de la opinión, además, de que no se deberían organizar grandes eventos mientras no haya una vacuna que paliara los efectos del virus y asegurar la integridad de los actores de la competición. «Mi propuesta: Por lo que a mí respecta, no habrá Vuelta en Utrecht en noviembre. Traer la Vuelta a España a Utrecht fue y es un festival folclórico y un evento público abierto a todos. Digamos que un evento es como una cereza en un pastel con un fondo delicioso. Ahora va a ser un evento forzado en otoño e invierno».
Gastar dinero en la Vuelta como un evento de noviembre es un desperdicio de inversión, según Jansen. «Daría muy mala imagen con el público en general y también con aquellos que están sufriendo la incertidumbre y el aumento de la presión laboral mientras las empresas e instituciones caen a diestro y siniestro».
Moverse a un año visto no es una opción, ya que el comienzo para el 2021 ya ha sido asignado a Burgos. Así que Jansen propone apostar por agosto de 2022, y vincular el evento a los 900 años de Utrecht. «Junto con las provincias de Brabante y Utrecht y las ciudades de Den Bosch y Breda, haremos una fiesta ciclista muy accesible, soleada y relajada. Eso será tanto una cereza como un delicioso pastel».
Javier Guillén, presidente de Unipublic-Vuelta, también señaló, en la Cadena Ser -audio-, como acertado no empezar en Utrecht este otoño, debido al incierto clima otoñal, quien aboga por un comienzo en Irún, en el País Vasco. Lo cual confirmaría los primeros bocetos de la Vuelta con 18 etapas, tal y como se baraja en estos momentos con fecha de partida del 1 de noviembre.