París-Roubaix: Empeñada en castigar a sus dominadores

Roger De Vlaeminck sigue siendo el mejor corredor de la historia de la París-Roubaix

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Si el próximo domingo un corredor belga no levanta los brazos en el velódromo de Roubaix se habrá cumplido un lustro desde que Tom Boonen (Quick Step) lo hiciera por última vez para aquel país en 2012. Cinco años de sequía en una carrera que, aunque se dispute en el norte de Francia, sus vecinos belgas sienten casi como propia. Cinco añazos en blanco que supondrían la segunda peor racha histórica en el ciclismo moderno (después de la II Guerra Mundial) y la cuarta peor desde la creación del Infierno del Norte en el ya lejanísimo 1896.

Tuvieron que pasar doce ediciones entre el triunfo del alemán Josef Fischer en la carrera inaugural de 1896, a la que siguieron once triunfos galos, para que Cyrille Van Hauwaert, que un año antes había acabado segundo e inaugurado a Bélgica en el podio de Roubaix, se llevara el primer adoquín al otro lado de la frontera.

Paul Deman, ganador en 1920, fue el siguiente corredor belga en subir a lo más alto del podio. Entre uno y otro pasaron siete ediciones (la carrera no se disputó entre 1915 y 1918 a causa de la Gran Guerra), la que a día de hoy es la tercera peor racha histórica para el país que, con el tiempo, ha dominado la carrera.

Si nos ceñimos a lo que podría llamarse ciclismo moderno, es decir, aquel que surge después de la II Guerra Mundial con un nivel de profesionalización mucho más acusado, los nueve años que transcurren desde el triunfo en 1977 de Eddy Planckaert y el de Eric Vanderaerden de 1987 son la peor cosecha belga en el Infierno del Norte.

Ahora parece que la globalización del ciclismo ha afectado enormemente a un país que no ha sido capaz de subir a ninguno de sus representantes a lo más alto del podio desde ese ya lejano 2012 con Tom Boonen, una racha que iguala a la acumulada entre 1949 y 1951, aunque también es cierto que todos los años, salvo en 2015, ha habido un belga en el podio.

Francia, 20 años de sequía

Guesdon es el último ganador francés

Pero si la racha belga es preocupante y llamativa, la de los anfitriones es, sencillamente, demoledora. Frédéric Guesdon fue, hace exactamente 20 años, el último francés en subir a lo más alto del podio, una marca que comienza a aproximarse muy peligrosamente a los 24 años que transcurrieron entre el triunfo de Louison Bobet de 1956 y el de Bernard Hinault en 1981. Sin duda, una herida dolorosa y sangrante para un país que tiene en esta carrera su segundo motivo de orgullo ciclista después, evidentemente del Tour de Francia, una prueba que, por cierto, lleva 33 años sin quedarse en casa tras el último triunfo de Bernard Hinault en 1985.

Italia todavía recuerda a Taffi

Y aunque estén lejos de los 56 triunfos belgas y los 30 franceses, tampoco se debe menospreciar la sequía italiana en una prueba en la que Francesco Moser, con tres adoquines, ha sido su mejor hombre histórico y que no ve a un transalpino en lo más alto del podio desde que Andrea Tafi encabezara, en 1997, uno de aquellos míticos tripletes de Mapei.

Mientras, España, undécima en el medallero de la carrera gracias a los tres podios obtenidos por Juan Antonio Flecha y los dos alcanzados por Miguel Poblet, sigue esperando, seis años después de aquella última tercera plaza del catalán, un primer triunfo en la que sería, junto a las grandes citas del ciclocross, la última gran frontera del ciclismo español.

Medallero histórico París-Roubaix

* En negrita, corredores en activo