La situación contractual del actual campeón del mundo de fondo en carretera, Peter Sagan, podría calificarse como de única. Incluso, como de lío único. Sobre el papel, el portador del maillot arcoíris tiene su futuro a corto plazo más que asegurado ya que es de los pocos corredores de su actual equipo (junto a su hermano Jurag, su compatriota Erik Baska, el polaco Rafal Majka y el austríaco Michael Gogl) que tiene firmado un contrato más allá del final de la presente temporada. Pero esto, que no deja de ser lago muy normal, se tornó en una situación bizarra cuando y en un posible foco de problemas cuando el pasado mes de diciembre Oleg Tinkov anunció que la de 2016 sería su última campaña en el pelotón internacional.
Llegados a este punto, la situación de Peter Sagan tiene únicamente tres salidas posibles: la concesión de la carta de libertad al corredor de mutuo acuerdo, la indemnización por parte de Tinkov al corredor por incumplimiento de contrato o la venta del equipo, y sus actuales contratos vigentes, por parte del empresario ruso a un tercero. Sea como fuere, Peter Sagan asegura, preguntado al respecto, que no es una cuestión que ahora mismo le preocupe en absoluto.
El campeón del Mundo rompe una lanza a favor del que todavía es su jefe diciendo que “no puedo decir nada malo sobre Oleg ni sobre el desarrollo de los acontecimientos. Ha invertido muchísimo en el ciclismo e intentó cambiar las cosas, pero no fue posible”.
En cuanto a la situación en la que se pueden quedar tanto él como el resto de los corredores con contrato vigente, Sagan comentó que “Oleg ha dejado el tiempo suficiente entre su anuncio y su marcha efectiva como para encontrar la mejor solución posible tanto para mí como para el resto del equipo”. Frente a aquellos que piensan que esta puede ser una más de las amenazas que finalmente quedan en nada por parte del banquero ruso, Sagan es menos optimista. “No creo que vaya a reconsiderar su decisión”. En cuanto a su futuro, Peter Sagan es sincero y, por motivos que a nadie se le escapan, dice que “no me preocupa nada sobre mi futuro”.