La irrupción de grandes estrellas cada vez más jóvenes ha provocado un profundo cambio de paradigma en el ciclismo mundial. Si hasta no hace tanto tiempo era normal convenir que un corredor alcanzaba su plenitud alrededor de los 30 años –incluso más en el caso de los clasicómanos–, esa misma edad puede ser considerada ahora casi como la de un veterano.
Salvo contadísimas excepciones, con la figura de Alejandro Valverde a la cabeza, la edad media de los ganadores de la principales pruebas del calendario internacional no hace más que bajar y eso, unido a la lógica del deporte, está provocando un cambio generacional acelerado en el pelotón.
Otro de esos vetustos campeones que se ha puesto fecha de caducidad ha sido el belga Philippe Gilbert, que se ha marcado 2022 como el año de su retirada. En una entrevista concedida al programa radiofónico de RTBF VivaCité, el ahora ciclista de Lotto-Soudal explica que no tiene intención de seguir en activo una vez que finalice su actual contrato.
No es la primera vez que Gilbert se ha marcado ese mismo horizonte públicamente. Para entonces, el ganador de cuatro de los cinco Monumentos del ciclismo tendrá 40 años, la misma edad que El Bala ahora. Profesional desde 2002, cuando dio el salto con La Française des Jeux, cuando llegue el momento, “mi carrera habrá durado veinte años. En algún momento hay que parar. Además, hay vida más allá del ciclismo”.
El corredor belga, que recientemente protagonizó una, en su caso, breve pausa por agotamiento mental, explica que “en mi vida he hecho muchos sacrificios y ahora es el momento de disfrutar, por ejemplo, de mi familia”.
En relación a ese alejamiento de la competición, Gilbert explica que “necesitaba un descanso físico y mental, pero ahora estoy bien de nuevo. Pude entrenar bien y estoy feliz de poder volver en la Flecha Valona. También me hubiera gustado participar en la Amstel Gold Race, pero llegaba demasiado pronto para mi”.
Además de ese agotamiento mental que ya lleva acumulado el que fuera campeón del mundo en Valkenburg (2012), Gilbert reconoció que su cuerpo comienza a mostrar los síntomas lógicos de tantos años exigiéndose al máximo. “A lo largo de mi carrera he tenido dos lesiones graves en la rodilla y subestimé su efecto en mi cuerpo. Pagué el peaje por los muchos kilómetros que he acumulado pedaleando a pesar del dolor. Tuve mucho dolor durante meses y llegó un momento en el que mi cuerpo dijo basta. La decisión de tomar un descanso fue la correcta y ahora espero volver con mejores sensaciones”, aseguró el valón al respecto.