Philippe Gilbert: “Hacen falta más ciclistas como Valverde”

Gilbert empezó el año ganando en el Tour de la Provenza / © Deceuninck-QST

Nicolás Van Looy – Ciclo21

Roger De Vlaeminck, Rik Van Looy y, por supuesto, el hombre que aparece en todos los listados, Eddy Merckx. Ellos son, por el momento, los únicos tres corredores que en la historia del ciclismo han sido capaces de subirse a lo más alto del podio en los cinco Monumentos. El Caníbal, además, es el único que lo ha hecho en más de una ocasión en todos ellos. La Vuelta a Flandes e Il Lombardía son, con dos victorias, las pruebas que menos veces le vieron ganar en ese quinteto de clásicas elegidas. Las grandes entre las grandes.

En la clasificación ficticia de los hombres que han sido capaces de ganar dos o más Monumentos distintos a lo largo de su carrera, club al que el pasado año se unieron Vincenzo Nibali, Niki Terpstra y Peter Sagan y en el que aparecen un total de 73 nombres –ninguno de ellos español– nuestro protagonista de hoy aparece en la zona media, con cuatro triunfos totales y tres Monumentos en su haber. Una De Ronde, una Lieja-Bastoña-Lieja y dos Lombardías le colocan a sólo dos triunfos –Milán-Sanremo y París-Roubaix– de convertirse en el cuarto hombre y primer no flamenco en hacerse con ese grand slam del ciclismo clasicómano. Para ello, Philippe Gilbert se unió a Patrick Lefevere tras una negociación que el veterano mánager calificó como “la más corta y sincera de mi vida”. Cuando llegó, Flandes era un sueño que se convirtió en realidad a la primera. El año pasado, falló el Proyecto Roubaix. Este año, vuelve a intentarlo. Son ya 17 temporadas en la elite –piénsenlo: Remco Evenepoel, su prometedor compañero de equipo, sólo tiene 19 años–, pero él asegura que sigue con la misma ilusión, compromiso y fuerza que el primer día.

-Arranca una nueva temporada en la que imagino que ese sueño de alcanzar los cinco Monumentos se mantiene como el gran objetivo.

-Sí, pero mi motivación no es únicamente ese gran objetivo. Me gusta correr y ganar carreras y esa es mi motivación principal. Intentaré ganar esas carreras de un día que tanto me gustan, pero si es Sanremo, Flandes, Roubaix… cualquier de ellas me haría feliz.

-El equipo se ha reducido en cantidad y sólo el paso de los meses dirá si también en calidad. ¿Le supone un extra de presión no contar con algunos de los pesos pesados de 2018?

-Nuestro problema, si es que se puede llamar así, es que siempre nos ponen y nos ponemos el listón muy alto. La gente siempre espera de nosotros que hagamos lo mismo o que mejoremos nuestras cifras, pero, como has dicho, tenemos menos corredores y eso hará que afrontemos menos carreras. Matemáticamente será muy difícil repetir la temporada pasada, pero a nivel cualitativo seguimos teniendo grandísimos corredores y estoy seguro que tendremos éxitos. Decir ahora que vamos a ganar aquí o allá es imposible, pero daremos lo mejor de nosotros mismos para conseguirlo.

-Ya ha dicho que sus principales objetivos del año serán las clásicas, pero ¿se plantea algún reto en la campaña de grandes vueltas?

– Estoy en la preselección del equipo para el Tour de Francia. Ahora mismo somos 12 ó 13 nombres en esa lista. Claro que será una gran motivación tratar de estar en el Tour de Francia. Especialmente, este año con el Grand Départ celebrando los 50 años del primer triunfo de Eddy Merckx en Bruselas. Como belga, en un equipo belga, es todo un gran símbolo, así que me gustaría mucho estar ahí.

-Es usted de la misma generación que Alejandro Valverde y ambos siguen siendo claros referentes y favoritos en un sinfín de carreras, pero, a la vez, comparte usted equipo con el profesional más joven del pelotón internacional. ¿Cómo le hace sentir el empuje de los Evenepoel, Van Aert, Van der Poel…?

-Es cierto… Mira, el ciclismo está cambiando mucho en los últimos años y creo que es porque todo está volviéndose más sencillo. El control de los entrenamientos, los equipos se han profesionalizado muchísimo, todo está mucho más controlado. Creo que esa es la razón por la que tenemos más corredores viejos obteniendo buenos resultados. No hace tanto, 35 años era la edad máxima. Ahora, vemos a Valverde ganando el Mundial a los 38 y otros corredores, como yo mismo, tener grandes éxitos realmente tarde. Creo que, en ese sentido, todo es algo más sencillo.

-El campeón del mundo me dijo no hace mucho que, a partir de cierta edad, la motivación le llegaba más de pasarlo bien en con la bicicleta que del hecho de ganar carreras. ¿Le sucede a usted algo parecido después de tantos años?

-¡Desde luego! Es lo que me gusta. Me encanta correr de manera agresiva, imaginativa. Ese es el motivo por el que estoy contento en este equipo. Siempre tratamos de ser agresivos, de atacar, de sorprender a nuestros rivales. Es bonito correr así.

-Cada año le pregunto más o menos lo mismo: con tantos ganadores potenciales en un mismo equipo, ¿cómo consiguen mantener ese espíritu de familia que les caracteriza y que ustedes resumen con el término wolfpack?

-Cada uno de nosotros tiene sus propias ambiciones, pero cuando llega el momento de decidir las tácticas, las cosas salen de forma casi natural. No le damos tantas vueltas a las cosas. No hace falta hablar tanto. El orden natural de las cosas surge por sí mismo. Creo que tenemos un enorme espíritu de equipo. Como he dicho, todos tenemos ambiciones personales, pero lo que queremos es ganar como un equipo.

-Si supiera a ciencia cierta que el reto de los cinco Monumentos ya no fuera posible, ¿qué carrera, de las que no contempla en su palmarés, le gustaría ganar antes de colgar la bicicleta?

– Sin duda alguna, Roubaix. Creo que para mí es más accesible el triunfo en la París-Roubaix que en la Milán-Sanremo. Creo que para mí es una carrera más fácil.

-Mire, creo que debe usted ser el único corredor de todo el pelotón internacional capaz de colocar los términos París-Roubaix y fácil en la misma frase.

-(Ríe) Bueno… digo que es más fácil en el sentido de que, si te encuentras realmente bien, es una carrera en la que es más sencillo marcar las diferencias en comparación, por ejemplo, con la Milán-Sanremo. Es como la Lieja. Si empiezas con buenas piernas, sabes que vas a poder ganar. Si empiezas Sanremo con buenas piernas, no estás seguro de que puedas ganar. Fíjate en el caso de Peter Sagan. En las últimas ediciones, era el mejor con mucha diferencia, pero no ha conseguido ganar. En Lieja, Roubaix, Flandes… si eres el mejor y no te pasa nada, no tienes un pinchazo, una avería o una caída, ganarás.

-Este año, si nada se tuerce al final, Alejandro Valverde estará en la Vuelta a Flandes. Usted ha corrido allí muchas veces y ha ganado hace sólo dos años. Son ustedes dos corredores a los que se les ha comparado en más de una ocasión. ¿Cree que, pese a su falta de experiencia en De Ronde, Valverde tiene opciones reales al triunfo?

-Es un tío muy listo. Es realmente inteligente en carrera. Además, tiene un gran director con García Acosta. Creo que él será su GPS. Sé que Valverde es muy profesional y ya he visto que en su programa de carreras vuelve a aparecer la Gante-Wevelgem. Eso es porque quiere reconocer el terreno. Valverde siempre es peligroso porque cada vez que se pone un dorsal lo hace para estar al cien por cien. Es un profesional y seguro que va a ir a reconocer el recorrido y si lo haces dos o tres veces sabes perfectamente cómo es. Estoy convencido de que estará con los mejores. Lo malo para él, quizás, es que los últimos 20 kilómetros no son todo lo duros que un corredor como él necesita.

-No me resisto a preguntarle, desde el punto de vista de un rival contra el que ha peleado tantísimas veces, – y como excampeón del mundo– cómo le sentó el oro mundialista de Valverde.

-Después de tantas medallas, se merecía ese triunfo. Creo que es un gran campeón porque es un corredor que siempre está ahí, brillando desde febrero hasta octubre. Algunos años le ves en el podio en el Down Under y en Il Lombardía. ¿Sabes? Necesitamos más corredores como él. No sólo como esa gente que parece que sólo corren tres semanas en julio. Necesitamos corredores como Valverde.

-¿Se está convirtiendo el ciclismo en un deporte excesivamente especializado? Se lo pregunto por esa afirmación que acaba de hacer sobre las tres semanas de julio.

-Creo que la importancia que ha adquirido el Tour es excesiva en comparación con otras carreras. Pero las cosas son así. Todos los patrocinadores quieren estar en el Tour de Francia y eso hace que los corredores tengan que estar ahí también. También influyen mucho las fechas. Es el mes de las vacaciones y eso hace que siempre haya mucha gente.

-Sólo Iljo Keisse es mayor que usted en este equipo [cinco meses de diferencia, N.d.A.]. Tienen ambos 17 años más que Remco Evenepoel. ¿Qué opina del hombre de moda del ciclismo?

-Es muy joven, pero es un tipo muy centrado. Sabe mantener la calma y está entrenando muy bien, así que estoy seguro de que alcanzará buenos resultados. El equipo le va a dar la oportunidad para crecer a su ritmo. No veo ningún motivo por el que no pueda aspirar a tener buenos resultados. En los primeros años tendrá que encontrar su camino. Tendrá que aprender a correr al más alto nivel. Disputar un final de carrera entre los profesionales es muy diferente. Nadie te va a dar el más mínimo espacio. Siempre vas a tener que ir al límite y pelear tu hueco. Va a tener que ganarse el respeto de los demás. Va a tener que aprenderlo rápido.

-Si le hubieran dado la oportunidad de hacerlo a los 18 años, ¿habría dado el salto de la categoría juvenil al World Tour sin pasar por la etapa de Sub23?

– (Ríe) ¡Claro, porque habría empezado a ganar dinero antes! Mira, si tienes un accidente o una lesión siendo ya profesional, es mejor porque ya tienes un pie dentro de este mundillo. Si te pasa algo similar siendo Sub23, te pueden olvidar muy rápido y nunca te darán la oportunidad de dar el salto. Soy de la opinión que, si tienes la oportunidad, tienes que aprovecharla, tienes que firmar.

Philippe Gilbert y los 5 Monumentos