No pudo haber terminado peor el Giro de Italia para el francés Thibaut Pinot, al que se le atragantó sobremanera la penúltima etapa, donde perdió algo más que un podio que parecía tener bastante bien encarrilado después de codearse durante tres semanas con los mejores de la prueba.
Ingresado esa misma noche en un centro hospitalario, los médicos decidieron prohibirle expresamente tomar la salida en la última etapa de la carrera en Roma, y ello pese al carácter más lúdico que competitivo de ese día. El motivo inicial, el alarmante estado de deshidratación y fiebre con la que llegó al hospital y que, aunque mejoró a lo largo de la noche, no recomendaba que Pinot se sometiese a una nueva sesión de tortura en la bicicleta.
Ahora, mientras el corredor “se encuentra mejor”, tal y como explica al rotativo L’Equipe el médico de Gorupama-FDJ, es el momento de comenzar a pensar en lo que resta de temporada y, en concreto, en un Tour de Francia que ahora mismo está muy en duda para él.
Tal y como explica el galeno del conjunto francés, Pinot “tendrá que tomar antibióticos durante los próximos doce días y estar de baja por un periodo indefinido. En este momento no podemos aventurarnos a dar plazos de dos o tres semanas. Mientras no esté recuperado de esta neumonía, no podemos hacer nada”.
Y es, precisamente, esa indefinición en el periodo de recuperación la que hace peligrar la presencia de Thibaut Pinot en el próximo Tour de Francia, carrera en la que, como Froome y Dumoulin, tenía previsto hacer doblete tras la Corsa Rosa.