San Remo abre un periodo decisivo para Iván García Cortina. A unas horas de la Milán-Sanremo, el español hace cábalas sobre cómo le irá en esta primavera ciclista.
Para el gijonés llega la época más bonita de la campaña, un ciclo de carreras que entra en terreno serio a partir de San Remo y empalma con los adoquines belgas hasta Roubaix. En este trance, con 25 años, y capitaneando el Movistar más clasicómano de la historia, se ve preparado para dar el nivel que lleva tiempo prometiendo. No será sencillo, lo sabe, en un pelotón que corre más que nunca, con favoritos muy marcados y un equipo que no está rindiendo al nivel de otros.
Iván García Cortina, por eso, es consciente que le están mirando con lupa, sin embargo sobrelleva esa presión, inherente al deporte de alto nivel, con la certeza, a su juicio, de que están haciendo las cosas bien y hay que «tener paciencia». Y no sólo con él, también con su equipo, el Movistar, quien, según nos cuenta, está trabajando a conciencia para estar delante en las clásicas, con un equipo más o menos definido y los medios necesarios.
Sea como fuere para Iván García Cortina, San Remo es el punto de inflexión de la campaña en la que, con 25 primaveras, debe marcar de lo que es capaz y no en un ciclismo en el que se rueda a mil por hora.
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