Los equipos ciclistas no triunfan sólo con presupuestos altos
En la resaca de la temporada ciclista, dulce resaca tras una buena Vuelta, nos quedan algunos tweets sobre los presupuestos de los equipos ciclistas que no queríamos pasar por alto…
So, in terms of efficiency… 👇 https://t.co/Nh9XliMA28 pic.twitter.com/v664cJpgmB
— Javier Gilabert C. (@tourdegila) November 10, 2020
Los dos gráficos que Javier dejó hace unos días muestran una cosa que hace tiempo que pensamos y a veces repetimos: fiar el éxito de un equipo al presupuesto que maneja es injusto e incompleto.
Y la clave la vemos ahí, en una foto en la que todos los equipos se mueven en ciertas franjas salvo Ineos Grenadier, que con su obsesión por acaparar talento demuestra que doblar con holgura el presupuesto de los rivales no le sale a cuenta, al menos en el cómputo de puntos UCI.
Por que otra cosa es lo que logran a través, por ejemplo, de ser el equipo de referencia del Tour y todo lo que pueden montar alrededor de ello.
Sin embargo su coste puro y duro es, a la vista está en el primer gráfico el más ineficiente de todo el pelotón.
Una ineficiencia que vimos en la Vuelta de Richard Carapaz, muy desasistido en los momentos que, por ejemplo, Primoz Roglic estaba acompañado.
En todo caso, Ineos nació con una misión y la lleva cumpliendo desde su inicio con una colección histórica de triunfos en la mejor carrera que parece complacerles por todo el año, con excepciones de alguna grande, la obsesión de Froome por tener las tres, la sorpresa de Tao en este Giro y de aquellas primaveras a las que acudían para ganar alguna «major», tipo Lieja con Poels o las Roubaix que coparon en los instantes clave pero nunca dominaron.
El Tour es el inicio y final de este equipo, y para ello fichan a placer, a unos niveles tales que si son ocho los que deben ir, puedan escoger entre veinte.
Los ratios de cordura y eficiencia los tenemos en Jumbo y Deceuninck
Los primeros han armado un equipo admirable, con unas nóminas racionales y un rendimiento que a la vista está.
De hecho cuando valoramos la derrota de Roglic en el Tour, pensamos en la dificultad de mantener a Dumoulin, Van Aert, Kuss, Gesink y otros bajo el mismo paraguas con ese presupuesto.
Deceuninck es un ejemplo de motivar el grupo a tal nivel que cualquiera que vista ese maillot es capaz de lo mejor en el momento más insospechado.
Y no sólo eso, a los cabeza de cartel se le añade una continua renovación que demuestra que los rastreadores hacen su trabajo con una pulcritud extrema.
Ambos equipos tienen menos de la mitad de dinero que Ineos.
La gestión del colectivo, «el hoy por ti mañana por mí», se lleva en otros equipos y el resultado lo vemos.
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