Proyecto SOUL, para mejorar la vida a través del deporte

El proyecto #SOUL (Sport Our Union Link) acaba de nacer y con él un decidido propósito de ayudar a mejorar la vida de las personas a través del deporte amateur y su conciliación con la vida familiar y laboral.

La práctica del deporte tiene beneficios que son obvios para los que con cierta regularidad se calzan unas zapatillas, se montan en una bici o se tiran al agua a nadar; no obstante el día a día de nuestro trabajo, la situación familiar o simplemente el hecho de no encontrar la motivación necesaria nos pueden apartar de poder disfrutar de dichos beneficios.

¿Conoces a alguien al que un poco de ejercicio le haya sentado mal? Nosotros tampoco. Sin embargo, ¿cuántas veces has escuchado eso de “es que no tengo tiempo” o “¡qué pereza me da!”? Ayúdanos a empujar a esas personas y familias para que el deporte forme parte de sus vidas de una manera regular.

El proyecto #Soul nace sin ningún ánimo de lucro y con el principio de “Presupuesto Cero”, donde ninguno de los miembros (individuos, organizaciones o empresas) deberá hacer aportación económica alguna. Esta comunidad llevará a cabo su propósito mediante el ejemplo, el fomento o  la concienciación de los beneficios de combinar el deporte con la vida personal.

Y es por ello que consideramos fundamental tu participación; el proyecto #Soul comienza por ti. Tú eres el espejo donde tu entorno, tus amigos y familiares verán los beneficios de una vida en la que deporte juega un papel importante.

¡Únete a nuestra comunidad y ayúdanos con tu experiencia personal a extender la práctica del deporte a ritmo de Soul!

Facebook (https://www.facebook.com/SoulComunidad) y Twitter (https://twitter.com/SoulComunidad).

EXPERIENCIA PERSONAL DE JAVIER ESGUEVA

Javier Esgueva, promotor del proyecto SOUL, con sus dos hijos.

Javier Esgueva, promotor del proyecto SOUL, con sus dos hijos.

Haute Route Alps, a ritmo de Soul

911 kms.; 21.000 m. de desnivel positivo; 19 míticos puertos alpinos; 6 etapas en línea; 1 cronoescalada a Alpe d’Huez. Son datos que asustan y motivan por partes iguales a cualquier aficionado al ciclismo y mi caso no es una excepción. A partir del próximo 24 de agosto participaré en la Haute Route Alps, la prueba ciclista para amateurs conocida como “la más alta y más dura del mundo”; y lo haré con la ilusión y los nervios de ese neo-profesional que afronta su primer Tour de Francia pero con la carga de entrenamientos propia de un padre de 2 niños pequeños (Markel y Lucía) que trabaja en el departamento comercial de una multinacional.

Tuve la fortuna de descubrir el ciclismo a través de las escuelas de Punta Galea (Bizkaia), un paso breve pero que me dejó aprendizajes que van mucho más allá de los pedales. Después, la bicicleta ha formado parte de mi equipaje a través de las distintas ciudades donde el trabajo me ha llevado: Barcelona, Madrid y actualmente Ginebra.

Si bien he participado con anterioridad en pruebas cicloturistas como QH o La Marmotte, una prueba de una semana con Mont Ventoux, Col du Glandon, Courchevel o el ya mencionado Alpe d’Huez de por medio son palabras mayores. Prepararse para ello requiere tiempo, esfuerzo y determinación, cosa que en nuestro deporte se traduce en muchas horas encima del sillín.

Conseguir el balance adecuado entre familia, trabajo y deporte suele ser más difícil que encontrar la excusa perfecta para no salir a entrenar regularmente y entregarse a los placeres de la Fondue suiza. Afortunadamente, veo a mi alrededor numerosos casos de gente que compagina su vida laboral y personal con la práctica del deporte amateur. Los veo, de manera más cercana, a través de mis amigos de la cuadrilla de Bilbao, de mi hermano Álvaro, reciente finisher de la Maratón de Roma, o de mi mujer Laura, con quien me comprometí en la cima de L’Angliru tras la etapa de La Vuelta’08 (¿se os ocurre una manera más romántica?). Son esos ejemplos reales, de gente apasionada del deporte pero que no se dedican a ello de manera profesional, los que suponen para mí una fuente de inspiración y motivación en la preparación de la Haute Route Alps.

Del mismo modo que ellos son los que me ayudan a calzarme el culotte y echar a rodar tras una jornada de reuniones y conferencias, estoy convencido de que muchas de vuestras experiencias personales pueden convertirse en un argumento para empujar a vuestros familiares y amigos a conseguir nuevas metas deportivas o bien a introducirles en el mundo del deporte desterrando célebres tópicos como los “es que no tengo tiempo” o  “¡Que pereza!”

Por ello, y coincidiendo con la participación en la Haute Route Alps, hemos creado una comunidad a través de Internet, totalmente sin ánimo de lucro y presupuesto cero, con el nombre de #SOUL (Sport Our Union Link), en la que a través del ejemplo queremos conseguir que más gente pueda compatibilizar su vida personal y laboral con el ejercicio y el deporte.

Javier Esgueva

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