El director general del Tour de Francia, Christian Prudhomme, ha realizado una visita a la París-Niza, carrera que también organiza ASO, y en la que ha hablado, entre otras cuestiones, sobre la próxima edición de la Grande Boucle.
Visiblemente más delgado, Prudhomme reconoció que ha perdido seis kilos como consecuencia de la infección de coronavirus que sufrió durante el pasado Tour de Francia. Una carrera que estuvo marcada, como todas desde el pasado mes de marzo, por las medidas sanitarias y las restricciones, algo que el máximo responsable de la carrera por etapas más importante del mundo analizó explicando que “es notable la rapidez con la que las personas se adaptan a diferentes circunstancias. Es bueno que la temporada del año pasado, incluso de forma abreviada, pudiera continuar. Todos trabajaron juntos. No me refiero solo al mundo del ciclismo, sino también a los responsables políticos y los distintos servicios gubernamentales”.
Esas autoridades, a juicio de Prudhomme, “son el eslabón más importante. Lo hicieron posible en varios países. En general, el ciclismo no ha salido tan mal. Mejor que otras disciplinas. En la televisión, el deporte parecía menos distorsionado que otros. Nos castigan menos en comparación con el fútbol, el baloncesto, el rugby o el tenis. Por supuesto que es importante que el público vuelva a tener ese contacto con las estrellas. Anhelan ese momento, pero nosotros también”.
En cuanto a la Grande Boucle, su máximo responsable adelanta que “no hay razón para creer que el Tour no comenzará en Brest en la fecha programada para el 26 de junio. ¿Con o sin público? Eso depende del gobierno, pero no se nos olvida. El año pasado demostramos que también lo estábamos haciendo de manera seria y responsable en medio de la pandemia. Lo vamos a solucionar”.