La cada vez mayor popularidad del ciclismo femenino, impulsado ya no sólo por la propia UCI sino, también y sobre todo, por las propias escuadras del World Tour, que cada vez en mayor número han abierto sus puertas a una aventura en el campo de las mujeres, ha hecho que la esperanza de ver renacer el Tour de Francia femenino haya pasado de ser una quimera a una realidad más que probable, habida cuenta del, también, cada vez mayor interés de muchas marcas comerciales de posicionarse como patrocinadores de eventos dirigidos a la mujer, pero lejos de los tópicos que hasta ahora han movido al mercado.
Sin embargo, ha sido el propio director general del Tour de Francia, Christian Prudhomme el que se ha encargado de enfriar los ánimos al asegurar que “un Tour de Francia femenino en el mes de julio es imposible” en declaraciones al programa Bistrot Vélo, de Eurosport Francia.
El máximo responsable de la Grande Boucle sale así al paso de las manifestaciones en sentido contrario hechas por el presidente de la UCI, el también francés David Lappartient, que aseguró que “el ciclismo femenino está creciendo tanto que merece un Tour de Francia con una gran atracción mediática”, algo que se une a su no tan lejano deseo de ver una París-Roubaix femenina en 2020.
Prudhomme, que en ningún momento hace referencia a la posibilidad o no de organizar un Tour de Francia femenino, sí explica que “no sabría cómo organizar un evento así en el mes de julio. Nunca conseguiríamos los permisos necesarios mientras, de forma paralela, se está disputando el Tour. Es, sencillamente, imposible hacerlo”.
Prudhomme, consciente del daño que estas manifestaciones pueden hacer a la imagen de ASO, se defendió rápidamente asegurando que “organizamos un gran número de carreras femeninas y queremos que el ciclismo femenino se desarrolle, pero un Tour femenino en julio es un no rotundo. Sencillamente, no se puede hacer durante el Tour”.
Cabe recordar que el Tour de Francia obliga a la movilización de un enorme número de personas, y no sólo de la caravana ciclista en sí (equipos, corredores, prensa, organización…). El pasado año, el Tour obligó a la movilización de 23.000 agentes de policía y 6.000 bomberos a lo largo de sus 21 días de competición.