Puntos UCI de carretera, aliciente en la Liga de Campeones

Hayter y Viviani, rivales en los Juegos, pero posibles compañeros en un nuevo formato de la Champions © INEOS

TrackPiste / Ciclo 21

Hace algunos días, hablábamos de la demanda cada vez más unánime por parte de los seleccionadores nacionales de pista para que las competiciones en velódromo tuvieran puntos UCI… de carretera. Todo ello, con el objetivo de que los equipos profesionales fueran más proclives a la hora de ceder a sus especialistas para los grandes eventos de la temporada, caso de Mundiales y Juegos Olímpicos, y sobre todo a los cada vez más necesarios periodos de entrenamiento previos a estos eventos, en especial para una prueba como la persecución por equipos, lo que les supone dejar de sumar con algunos de sus mejores ciclistas.

Un artículo que terminábamos diciendo que esta puntuación debería hacerse, sobre todo, para la UCI Track Champions League, que, pese a tener un formato de competición tremendamente atractivo para el público, no termina de calar entre los mejores fondistas mundiales, que difícilmente pueden renunciar a varias semanas en un periodo que, de cara a la competición, no es relevante, aunque sí lo es por el descanso de los ruteros y, sobre todo, por otras actividades de preparación de la temporada siguiente que deben realizar en estos meses otoñales. Otra cosa distinta, y en la que no entramos, son los velocistas, donde sí encontramos en la Champions a los mejores del mundo, salvo algunas puntuales excepciones de Japón y Alemania.

En un ciclismo en el que la lucha por los puntos UCI es cada vez más importante, poderlos conseguir en las cinco citas de la Champions League, mejor que tener que ir por los cinco continentes a la caza y captura, sería un aliciente para los equipos. Pero si, además, no se obliga a los corredores a tener que participar en todas las mangas, se habría dado posiblemente con la fórmula ideal. Está claro que el ADN de la competición es mantener la continuidad de sus protagonistas, pero podría trasladase de los corredores… a los propios equipos.

Antes de seguir con este argumento, que a muchos les parecerá utópico pero pienso que es perfectamente asumible, vamos a dar un vistazo a las plantillas de los World Tour y vemos que la mayoría reúnen a varios pistards en activo o que se prodigaron en los velódromos no hace muchos añosAlpecin (Robbe Ghys, Fabio Van den Bossche), Arkea (Donavan Grondin, Milles Scotson), Astana (Mark Cavendish, Michael Mørkøv, Gleb Syritsa), Bahrain (Fred Wright), Cofidis (Bryan Coquard, Benjamin Thomas), EF Education (Stefan Bisseger, Owain Doull), Groupama (Stefan Küng, Matthew Walls, Eddy Le Huitouze), Ineos Grenadiers (Filippo Ganna, Ethan Hayter, Joshua Tarling, Elia Viviani, Theodor Storm), Intermarche-Wanty (Gerben Thijssen), Lidl-Trek (Simone Consonni, Jonathan Milan), Movistar Team (Fernando Gaviria, Albert Torres, Manlio Moro), Red Bull Bora (Frederik Wandahl, Sam Welsford), DSM-Firmenich PostNL (Alexander Edmondson), JaycoAlula (Mauro Schmid, Kellend O’Brien, Luke Plapp, Campbell Stewart) y UAE Team-Emirates (Ivo Oliveira, Rui Oliveira, Mikkel Berg, Finn Fisher-Black).

Una presencia que también encontramos en la segunda categoría, como vemos en Burgos BH (Aaron Gate, Sebastián Mora, George Jackson), Caja Rural (Iuri leitao, Daniel Babor, Tomas Barta), Corratec (Mark Stewart, Attilio Viviani), Euskadi (Enekoitz Azparren, Iker Bonillo), Israel (Itamar Einhorn, Ethan Vernon, Corbin Strong), Lotto (Jasper De Buyst, Victor Campenaerts), Q36.5 (Xabier Mikel Azparren, Szymon Sajnok), Flanders-Baloise (Lindsay De Vylder, Tuur Dens, Jules Hesters), Tudor (Robin Froidevaux, Michael Storer) o UNO-X (Niklas Larsen, Carl-Frederik Bévort).

Y por supuesto en las escuadras femeninas como AG Insurance (Ally Wollaston), Canyon-SRAM (Chloe Dygert, Maike Van der Duin, Justina Czapla), Ceratizit-WNT (Sandra Alonso, Katie Archibald, Franziska Brausse, Mylene De Zoete, Martina Fidanza, Lea-Lin Teutenberg), FDJ Suez (Marta Cavalli, Vittoria Guazzini, Marie Le Net), Human Powered Health (Daria y Wiktoria Pikulik, Marit Raaijmakers, Silvia Zanardi), Lidl-Trek (Elinor Bakstedt, Elisa Balsamo, Clara Copponi, Lisa Klein, Isabel Sharp), Liv-Alula-Jayco (Georgia Baker, Alex Manly, Letizia Paternoster), Roland (Maggie Coles-Lyster, Tamara Dronova), DSM-Firmenich (Rachele Barbieri, Maeve Plouffe, Daniek Hengeveld), SD-Worx (Lotte Kopecky, Lorena Wiebes), UAE Team ADQ (Chiara Consonni, Elena Gasparrini) o Uno-X (Elinor Barker, Amalie Didericksen, Maria Giulia Confalonieri, Julie Norman Leth). Incluso el Movistar tendría el año que viene a dos grandes especialistas como Cat Fergusson e Isobel Carys Lloyd, junto con una Sheyla Gutiérrez, que también hizo sus pinitos en el pasado.

Y si alguna escuadra no tiene suficientes especialistas… pues una oportunidad para hacer hueco en su plantel a algún pistard, que seguro que también le da juego en carretera.

De esta forma, se seleccionarían hasta 24 formaciones masculinas y otras tantas femeninas -no entro en los criterios para seleccionarlas, pero seguro que habría fórmulas interesantes-, que presentarían a uno o dos corredores en cada manga para afrontar las dos pruebas del programa, eliminación y scratch, pudiendo cambiar estos protagonistas en las distintas citas de la Liga, según intereses deportivos, comerciales o simplemente de planificación general.

La clasificación se realizaría por equipos, con la suma de las puntuaciones de los corredores que intervienen en cada prueba/manga. Y tanto los puntos de los ciclistas, como los de la general final, se trasladarían al obligatoriamente sobrevalorado Ranking UCI de carretera. Seguro que, a partir de ese momento, ya no se vería la pista con tantas reticencias.

Nota: La relación de corredores corresponde a la temporada terminada, por lo que muchas de las formaciones no podrían plasmarse el próximo año.

29 octubre

© UCI Track

Más de una vez nos hemos referido a las bondades que conlleva la pista para mejorar en la carretera, y de lo positivo que resulta compatibilizar las dos disciplinas. Sin embargo, la realidad del día a día es otra, y no tan de color de rosa. No hablamos de esas mentes obtusas que todavía pululan por el ciclismo que consideran perjudicial toda practica deportiva ajena a la carretera, sino al hecho de que los calendarios son cada día más largos y que hay muy poco tiempo disponible para otras actividades. Y esto es algo que afecta no sólo a nuestro país, sino al ciclismo internacional. Y claro, si hay coincidencias, la incompatibilidad es para la pista, ya que normalmente el ‘patrón’, el que paga, es el equipo de carretera.

No hablamos del corredor que se toma un par de días libres autorizado por el equipo para participar en un ómnium o incluso una madison en un evento internacional. Nos referimos, sobre todo, a aquellos ciclistas miembros de una cuarteta, que tienen que estar muchas semanas al año disponibles para su selección, de cara a un gran evento como unos Juegos Olímpicos o un Mundial, sobre todo en los años de clasificación. Y no solo en la competición principal, sino en las clasificatorias y, sobre todo, en concentraciones

Es cierto que hay países que tienen una dinámica de trabajo desde categorías inferiores, con sesiones periódicas a lo largo del año, caso de Italia, que logran esta adaptación de forma más rápida que otros que optan por un trabajo más intensivo. También hay naciones en las que hay una sinergia con sus equipos de carretera, para ‘ceder’ a estos ciclistas en esos momentos determinados, como Alemania, con el rad-net oßwald, o Francia, con la mayoría de sus escuadras. O incluso que están fuera de los equipos comerciales, como son las féminas de Gran Bretaña. Pero también encontramos casos como el de Países Bajos en donde han tenido que renunciar al proyecto de la persecución por equipos, por no poder contar con los ciclistas el tiempo necesario, aunque quieren retomar el proyecto para 2028.

Una de las claves del triunfo de Australia en París fue tener más tiempo de preparación que otras selecciones que difícilmente pudieron completar lese trabajo de alto nivel para los Juegos por los compromisos de sus corredores, con sus equipos de carretera, los que les pagan todo el año. Entonces oímos el descontento de varios técnicos que se lamentaban de no haber podido disponer del tiempo necesario para que sus cuartetas dieran lo mejor. Algo que he vuelto a escuchar después del Mundial.

Y de la misma forma, escuché repetidamente una solución para que los equipos profesionales pudieran ceder a sus corredores: que las competiciones de pista también dieran puntos UCI de carretera. Y es que, de esta forma, no sólo no serían tan reacios a cesiones más periódicas y más largas, sino que podrían sumarlos de forma mucho más fácil (y económica) que teniendo que acudir de forma precipitada y a deshora a competiciones en Asia para intentar ‘salvar’ la campaña. 

¿Y la UCI que dice de esto? Desgraciadamente aún no se ha pronunciado de forma genérica, porque me temo que es algo que no se ha planteado seriamente… y que podría ser extensible a otras disciplinas complementarias, en especial el ciclocross e incluso el BTT.  Algo que ya reflejamos en su momento. Pero a la hora de la verdad, las excepciones del máximo organismo internacional están a la orden del día cuando hay que facilitar la participación de ruteros en otras disciplinas. Léase los casos de Tom Pidcock y Matthew Van der Poel en el mountain bike o de Lorena Wiebes en el último Mundial de pista, donde se le brindó una eximente para que pudiera correr sin los puntos necesarios.

Tampoco pretendemos que el calendario de pista sea un reguero de puntos UCI de carretera. Dichas puntuaciones deberían ceñirse a las principales competiciones, es decir, Juegos Olímpicos, Mundiales, quizá Copa de las Naciones, y, por supuesto, la Champions League, que incluso podría tener un formato más atractivo, no sólo para los ciclistas, sino para los propios equipos comerciales (continuará).

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