Ángel Olmedo Jiménez / Ciclo 21
Si este año cuelga la bicicleta, Joaquim Rodríguez (Parets del Vallés, 1979) contará con un palmarés lo suficientemente amplio como para formar parte de la memoria internacional del ciclismo.
Cierto es, como ya detallábamos aquí, que el catalán no ha conseguido el liderato definitivo en ninguna de las tres grandes, aunque ha podido mirar el cielo de las ciudades donde acaban en el pódium. Asimismo, Purito no ha conseguido el maillot arcoíris, pero conoce el resto de las aleaciones entregadas en la competición mundialista. Con todo, y a pesar de que, en ocasiones, la victoria le ha sido más esquiva, lo que nadie podrá poner en tela de juicio es el increíble afán de pelea y disputa que el escalador ha demostrado a lo largo y ancho del panorama deportivo y, especialmente, en la clásica de las hojas caídas.
Su despedida del concierto internacional podría ser –si Bahrain no le cambia de opinón– en Il Lombardia, que este año se disputa el próximo sábado 1 de octubre de 2016, sobre un total de 240 kilómetros y con final en la localidad transalpina de Bérgamo.
Por el camino, los ciclistas habrán de superar cotas como la mítica de Madonna de Ghisallo (un auténtico santuario de la práctica), Colle Brianza, Berbenno, Sant´Antonio Abbandonato, Miragolo San Salvatore, Selvino y Bergamo Alta.
El actual vencedor de la prueba es el italiano Vincenzo Nibali que, el año pasado, se impuso al español Dani Moreno (que mantenía la tradición española de pisar podio, de modo ininterrumpido, desde el año 2009) y al francés Thibaut Pinot.
Como siempre, la competición que finaliza el calendario de los Monumentos, se presenta como una ocasión inmejorable para aquéllos que vienen con buen pico de forma de la Vuelta y para los que se encuentran en fase de preparación del Mundial (que este año será acogido por Doha, en lo que a la prueba elite en ruta concierne, el próximo 16 de octubre).
Rodríguez, como ya adelantábamos siempre ha sido un gran competidor en territorio italiano. Ya en 2011, consiguió su primer pódium en la carrera, por detrás del suizo Oliver Zaugg y del irlandés Daniel Martin (otro gran especialista de la prueba, como demuestra su victoria en 2014 por delante de Alejandro Valverde, en un día que se recuerda más por la infortunada carrera a su lado de un sujeto disfrazado con la cabeza de un oso panda).
En el día de hoy vamos a recordar su victoria en la edición de 2013, en la que adelantó a Valverde y al polaco Rafal Majka (el año anterior, Purito también había compartido pódium con un español, Samuel Sánchez, quedando la tercera plaza para el colombiano Rigoberto Urán).
Hay que contextualizar la edición de 2013 por lo ocurrido, apenas unos días antes en Florencia, en el que el Mundial se escapó de las manos españolas, en favor de Rui Costa, cuando la situación de carrera, con Valverde, Purito, Nibali y el portugués, invitaba a pensar en un desenlace mucho más halagüeña (baste referir que, en aquel momento, la plata de Purito y el bronce de Valverde supieron a muy poco y que, en muchos medios, se discutía sobre una presunta rivalidad entre compatriotas que ellos, siempre, se han encargado de negar).
En la línea de salida, el abanico de favoritos era nutrido, descollando Contador, Nairo, los ya mentados Purito y Valverde, el recién coronado campeón del mundo, Rui Costa, y el siempre combativo Nibali, quien se vio obligado a abandonar fruto de una caída.
La carrera estuvo controlada, excepción hecha de algunas fugas que jamás obtuvieron diferencia suficiente para consolidarse, hasta la subida a Sormano, a poco más de 80 kilómetros de la meta, en la que Nairo lo probó con un exigente ataque. La opción de Movistar se convirtió en más peligrosa cuando, por detrás, Valverde aprovechaba el descenso para enlazar con Quintana. Ello obligó a que, en el pelotón principal, se pusieran a tirar los equipos de los gallos para reintegrar a los fugados.
Tras desbaratar la aventura, el francés Voeckler se erigió en protagonista, lanzando un demarraje que le mantuvo por delante y llegando a cifrar su ventaja en tres minutos. Katusha continuaba trabajando y a falta de doce kilómetros, el galo era absorbido por el grupo en el que ya faltaban algunos favoritos como Contador, que había cedido ante el alto ritmo impuesto.
Fue entonces, en un repecho duro, cuando Rodríguez asestó un ataque durísimo frente al que nadie pudo responder. Coronó en solitario y, protegiéndose en el descenso, se presentó solo en la meta. Aventajaría en 17 segundos al murciano Valverde y en 23 al polaco Majka.
Con la victoria, además, Purito conseguía alzarse con el número 1 en la clasificación UCI ProTour, desplazando del liderato al británico Froome (que había ganado el Tour de Francia ese año).
Purito es, hasta la fecha, el único español que se ha encaramado a lo más alto del cajón en Il Lombardía. Un lujo al alcance de corredores muy elegidos y cuyo elenco evoca épocas de gran altura en este deporte (Gilbert, Cunego, Binda, Bettini, Bartoli, Merckx, de Roo, Coppi, Bartali, Brunero o Girardengo).
Vamos a extrañar el arranque y la valentía de Purito si se marcha del pelotón un ciclista pasional y entregado que ha deparado grandísimas tardes.