Ver los maillots de campeonas polaca o francesa llama mucho la atención comparado con las españolas del Movistar.
El otro día medio respiramos aliviados por la victoria de Gorka Izagirre. “Ha salvado el maillot” dijimos.
Al menos no volvió a las huestes del Movistar, y no es porque no queramos que no gane un “celeste“, más que nada porque al menos sabemos que el campeón nacional quedará mejor identificado.
Porque en el fondo es curioso cómo sigue tratando el equipo de bandera la bandera de su país de origen…
Esto no va de banderas
Y no, no lo toméis por ahí.
Porque esto no va de banderas, ciertamente, cosas que por otro lado nos da grima, va de colorido, de exhibir un éxito, de mostrarlo con orgullo.
Va de eso y por eso nos apena ver que Cofidis trató mejor la enseña de Jesús Herrada que el único equipo español en el World Tour.
Esa sensación mil veces descrita.
Cuando hablas con Purito y lo orgulloso que llevó su aún, diez años después, emblemático maillot rojigualda te das cuenta que el campeonato nacional es posiblemente la carrera más singular del calendario.
Esa junto al mundial.
Puesto que hubo un momento que el ciclismo corrió bajo colores nacionales, de hecho volver a ellos es recuperar esas raíces.
Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor
Demasiados vascos y navarros que le hacen guiños a todos sabemos quien para curarse en salud si necesitan algo en el futuro. Ese es el motivo de llevar la bandera española tan pequeña. Esta de moda en España ser un pueblerino y sucedáneo de nacionalista que solo se identifica con lo que alcanza a ver desde el campanario de la torre de la iglesia de su pueblo.
Entre el saber y la opinión lo vuestro, Mosén Diógenes, es lo segundo.