La presentación oficial de los 22 equipos y 176 corredores ayer en Roche-sur-Yon propició uno de los momentos más tensos vividos en el ciclismo en los últimos años. La mayor parte de los miles de aficionados que se congregaron alrededor del escenario por el que fueron desfilando los protagonistas del Tour que mañana arranca abuchearon a Chris Froome cuando este hizo acto de presencia, junto a sus siete lugartenientes, en la puesta de largo de la carrera. Una imagen muy poco edificante y nada habitual en un deporte que siempre se ha caracterizado por el exquisito respeto que el aficionado profesa a todos los corredores; pero que parece haberse desvanecido tras la abrupta resolución del caso Froome.
Como no podía ser de otra manera, esos abucheos han sido también protagonistas hoy en la rueda de prensa que los líderes de Movistar han ofrecido antes del inicio de la carrera. Mientras que Valverde y Landa, excompañero este último de Froome durante dos temporadas, mostraban su malestar con la reacción de los aficionados, Quintana, teórico gran rival de Froome durante las próximas semanas, lanzaba un mensaje directo al británico”.
“Gusto no da. Es una pena que le abucheen y le piten. Creo que ellos ya eran conscientes de que esto podría ocurrir. Espero que mañana, una vez que empiece la carrera, se comience a hablar de lo deportivo y no de este tipo de cosas”, decía un Valverde que sabe muy bien lo que es competir con parte de la opinión pública en contra. Por su parte, Landa, coincidía con el murciano y sentenciaba que “como dice Alejandro, es triste. A mí no me gustaría que me piten. Cada vez hay más rivalidad y se llegan a estos extremos. En esta era de las redes sociales, la gente cada vez te quiere más y te pita más”.
Pero la bomba llegó cuando Nairo Quintana, ídolo de una de las aficiones más numerosas y entusiastas que año a año se da cita en las carreteras francesas, lanzó un duro mensaje a su máximo rival. El de Boyacá reconoció que “no es nada agradable; para nuestro deporte no es bueno”, pero antes de zanjar el tema sentenciaba: “de todas maneras, de lo que siembras, recoges”.
En cuanto al aspecto deportivo, el manager del equipo, Eusebio Unzue, reconocía que las ambiciones para este 2018 son muy elevadas. “Siempre se viene con ambiciones, pero este año sí que parece el señalado para decir que toca, más que nunca, aspirar a la victoria con estos tres líderes. Normalmente cada año siempre venimos con esa voluntad. Afortunadamente, este año con tres líderes tenemos si cabe un poco más de ambición. Es innegable que la mejoría deportiva del equipo es real y, además, todos llegan en perfectas condiciones y dispuestos a lograr el objetivo de terminar de amarillo en París”.
Ese liderato compartido entre tres jefes de filas fue una de las cuestiones a la que se refirió Alejandro Valverde, que juagaba a quitarse presión de encima. “Mikel está muy bien, Nairo está muy bien y yo también, pero yo he venido muchas veces cómo líder y mi oportunidad puede que se haya pasado. Nuestra idea es ganar el Tour para Movistar, pero ellos tienen más opciones que yo. Venimos a hacer un buen trabajo y a ganar este Tour. No será fácil, pero tenemos un gran equipo”.
El teórico primer jefe de filas es, por lo demostrado en los últimos años, Nairo Quintana, que aseguraba que “las sensaciones son buenas. Hemos trabajado bien para llegar a este punto. Tenemos compañeros muy fuertes y venimos con tranquilidad gracias al gran equipo que tenemos. A la afición colombiana solo le pediría que tengan tranquilidad, y que sepan que les daremos buen espectáculo para que disfruten”.
Mikel Landa, que ha venido alimentando el morbo de la pelea interna en Movistar desde su llegada al conjunto telefónico optó por rebajar el nivel de tensión y aseguró que “es bonito poder compartir esos galones con Nairo y Alejandro. Por su palmarés y experiencia tienen más confianza y por ello deberé aprender de ellos, estar cerca y aprovechar mis oportunidades en carrera”.