RAK Pirineos, «el país de las maravillas» ciclistas

en Cicloturismo, Navarra 10/10/2017 1 Comentario

Ciclo 21 descubriendo in situ la Selva de Irati © Andoni Epelde / Ziklo

Fernando Ferrari / Ciclo 21 / Auritz-Burguete (Navarra)

La tendencia -quizás propulsada por el lógico tirón del Tour de Francia y/o la Vuelta a España– del cicloturista es acudir a las cimas y valles del Pirineo francés, catalán, andorrano y aragonés. Pero la cordillera fronteriza y abierta continúa con su encanto hacia el mar Cantábrico. Y ahí el mapa se topa con Navarra y su parte francesa -perteneciente al País Vasco galo- encadenados por rampas y ascensiones de enjundia, paisajes infinitos, bosques animados como la excepcional Selva de Irati y rutas de bicicleta de montaña casi inexploradas y a veces compartidas con los siempre cordiales peregrinos del Camino de Santiago.

Otro «país de las maravillas» o «el territorio más malditamente salvaje de los Pirineos» –Ernest Hemingway dixit- bautizado como Ruta de los Akelarres (RAK) Pirineos en relación con la tradición de la brujería en la zona con centro de operaciones en la localidad de Auritz/Burguete, a menos de una hora en coche de Pamplona y casi pegado con Roncesvalles, el inicio de la aventura española hasta la casa gallega del apóstol. Un entorno que bien conocen muchos profesionales que acuden a sus rampas para concentraciones y entrenamientos puntuales de cara a sus citas con orografía cargada.

Y una vez allí hay que acudir con hambre, tanto el deportivo como el digestivo para disfrutar también después de la siempre atractiva y casera gastronomía local, el apéndice hostelero y turístico imprescindible para que la estancia sea redonda. Un aspecto que tratan de cuidar y potenciar las instituciones locales y las empresas privadas involucradas en el proyecto para dinamizar y enriquecer la comarca. Su enemigo, como el de todo la cordillera, es el crudo invierno por lo que centrarán sus servicios al público desde mayo hasta octubre.

El entorno de Arnostegi © A. Epelde

A pesar de que uno explore los puertos y las rutas y su dificultad, tampoco cabe el susto o la renuncia. Ciclistas de carretera, de montaña y mixtos con las monturas de gravel cada vez más extendidas y polivalentes, se complementan con uno de los mercados con más futuro en el mundo de las dos ruedas, el de las biclcletas eléctricas. Y el grupo de periodistas e invitados -entre los que se encontraban los exprofesionales Juanjo Oroz y Xabi Zandio, técnicos en Lizarte y Sky, respectivamente- lo pudimos comprobar in situ sobre el escarpado y, en ocasiones, complicado terreno. Con la bicicleta eléctrica, cualquier persona, grupo de amigos o familias pueden disfrutar de todas las rutas específicas ofrecidas y aplicar el grado de potencia que corresponda a su forma física y grado de comodidad. Los más entrenados pueden ponerse más fuertes con sus máquinas o las que alquilará Ziklo para sus futuros clientes a los que ofrece todo tipo de servicios y apoyo (coches, guía, avituallamiento o autoguiada con track) para que el usuario solo se dedique a pedalear y gozar del espacio que tiene ante sí.

La Ruta de los Akelarres nace en Auritz/Burguete, pero es una puerta libre, ya que desde allí se abre el abanico de opciones como los Valles de Aezkoa, Erro, Arce, Salazar, Roncal; pueblos como Valcarlos/Luzaide o Espinal/Aurizberri; valles vasco-franceses como Cize o Aldudes, que también integran el programa del RAK. Rutas cortas o de más fondo por circuitos y recorridos que hablan de mitología, leyendas, brujería, akelarres, pero también de contrabando de ganado un secreto a voces que permitió subsistir a muchas de las familias de la zona en otros tiempos.

Subida a Ortzanzurieta con e-bike © A. Epelde

Dentro de las propuestas que presentan en BTT/MTB, sus rectores destacan un plan itinerante de 3 días que denominan Basajaun. Con unas rutas para disfrutar, basadas en senderos, praderas, pista y algunos tramos más técnicos. Igualmente se puede encontrar rutas de 1 día de diferente dificultad con salida y llegada en Auritz/Burguete.

En carretera es una de las zonas que más juego da todos los Pirineos con un listado casi inacabable. Subidas con una personalidad muy marcada, en la que su encrucijada de carreteras diseña un mapa de puertos inigualable. Carreteras estrechas y sumamente tranquilas sin apenas tráfico, elevados porcentajes, pero siempre edulcorados por un entorno espectacular digno de la parada, el reposo y el relax de la paz acústica. Oxígeno gourmet para los procedentes de los grandes núcleos urbanos.

Código QR © Ciclo 21

Otra opción es la Ruta Wellington, que propone una experiencia cultural y deportiva en la montaña. Diferentes rutas a pie o en BTT conducen a una serie de reductos y trincheras situados en las cumbres del entorno. Todos ellos son importantes vestigios de algunas batallas que fueron claves en la conformación de la actual Europa. Se puede recorrer las sendas descargables en la web y en los puntos marcados en el mapa, hay postes con códigos QR donde se puede acceder a los contenidos de la visita virtual que conforma esta alternativa.

Además también organizan la Ruta de los Akelarres, una marcha cicloturista de carretera que nació con el objetivo de dar a conocer algunas de las rutas de la zona. «No es una marcha al uso, se ha buscado una personalidad propia y está más cerca de una concentración de aficionados unidos por su afición a la bicicleta y a la naturaleza» apuntan desde Ziklo. Eso sí, se trata de un trazado exigente, toda una etapa de alta montaña en la que el objetivo es finalizarla pero con un mínimo de preparación física. Tiene 3 puertos suaves (Sorogain, Orion, Lapizea), 3 colosos (Lindux, Arnostegi por Ondarolle y Artaburu), 7 km de «sterrato» para atravesar el bosque de Irati y hasta un pequeño río que atravesar. Se realiza el segundo sábado de junio y durante toda esa semana tienen lugar salidas y actividades relacionadas con la bicicleta.

El equivalente para la bicicleta de montaña es la Marcha Iribarren Xtrem que nace en el año 2102 y que desde 2017 se realiza la primera quincena de mayo. Su recorrido combina pistas, senderos, caminos de tierra y algún tramo de carretera. Nabala, Txangoa, Lepoeder, Lindus y Menditxipi son los “puntos calientes” del recorrido. Esta marcha sí que se disputa como prueba cronometrada y durante todo el fin de semana de la misma se llevan a cabo diferentes actividades para dar a conocer la zona y sus posibilidades para disfrutar del BTT. La primavera abrirá las maravillas desheladas.

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