El sevillano Ramón Díaz, actual campeón de España júnior y presente en el Mundial de Bergen el pasado mes de septiembre (acabó en el puesto 74.º), se estrenará en 2018 en la categoría sub-23 con el maillot del equipo vizcaíno Eiser-Hirumet, con el que ha firmado por una temporada.
«Se pusieron en contacto conmigo incluso antes del Campeonato de España y después de ganar el título ya tuvimos un primer encuentro en Durango», cuenta el joven andaluz de 17 años (cumplirá 18 el próximo 11 de diciembre), que entonces pudo hablar con Josu Atxotegi, presidente de una escuadra que nació el pasado año fruto de la unión de los clubes SC Duranguesa y SC Punta Galea (Getxo), este último soporte del equipo Seguros Bilbao.
El espigado corredor (1,93 metros) rubricó su contrato con el conjunto vasco a la vuelta de Noruega y a principios de octubre ya pudo conocer a sus nuevos compañeros y al director, el exprofesional (con Euskaltel y Orbea) Unai Uribarri. “El equipo tendrá 19 corredores y ya estuvimos juntos para conocernos todos salvo Adrián Fernández”, burgalés que compartió con el sevillano el maillot de Castilla y León (Díaz corrió con licencia de esa comunidad los dos últimos años, ya que militaba en el equipo de la abulense Fundación Víctor Sastre), “y cuatro ingleses que va a tener el equipo, uno de los cuales viene de la escuadra de Bradley Wiggins”, ganador del Tour de 2012, revela Díaz en alusión a Ashley Dennis.
“Por lo que me han contado –explica el sevillano– tendremos un equipo equilibrado, con varios de primer año, otros cuantos de segundo y cuatro ciclistas elite”. Díaz se ha decantado por Eiser-Hirumet “porque se trata de un equipo sin figuras, peleón, que tendrá que mostrarse activo y dejarse ver, lo que me viene genial para ir cogiendo experiencia, ya que el cambio de categoría suele ser brusco”. Y un segundo motivo es “la comodidad, ya que me pilla muy cerca“, dado que el hispalense se mudó recientemente a Bilbao desde Ávila para iniciar sus estudios universitarios de Marketing en Inglés.
El sevillano confía en no acusar el salto de categoría y en sacar rendimiento a sus cualidades: «Me gustan los puertos largos y tendidos y el recorrido rompepiernas», que domina porque «peso poco». Eso sí, «los puertos con rampas más exigentes ya no me vienen tan bien».
Unas virtudes que le han permitido, en su periplo como júnior, anotarse cuatro victorias en su aún incipiente palmarés. En 2016 ganó una carrera en Palencia e hizo puesto de top ten en la Ruta de los Castillos y Batallas de Jaén (también fue tercero en una etapa) y en la Vuelta Costa Cálida. Este año, amén del título nacional, ha ganado en el Paseo de la Castellana, en una prueba programada para júniors en el cierre de la Vuelta a Madrid de profesionales, y una crono por equipos del Trofeo Federación con Castilla y León, en Valladolid. Además, ha sido 2.º en el Circuito Cántabro, 7.º en la Vuelta al Besaya y 8.º en la Copa de España, y acabó en la segunda plaza del ranking de la Real Federación Española de Ciclismo.