Raúl García Pierna: «La valentía es mi carácter»

Raúl García Pierna con su bronce © RFEC

TrackPiste / Ciclo 21

Aunque la lluvia caída el domingo sobre Fiorenzuola d’Arda ha perjudicado a la gran mayoría de los ciclistas presentes en el Europeo, algunos afortunados se han beneficiado, ya que con el cambio de programa han terminado antes de tiempo e incluso han podido regresar ya a sus casas. Es el caso, por ejemplo, de Raúl García que tras ver adelantada a ayer sábado su última prueba, la puntuación, ha podido adelantar el vuelo y ya se encuentra en Tres Cantos.

-En primer lugar, ¿cuál es tu balance de este Europeo, independientemente de esa medalla de bronce en eliminación y la notable actuación de la persecución?

-Muy positivo. Ser mi primer año como sub-23 y estar así, pudiendo disputar las carreras, para mí es increíble.

-Sin embargo, si hay algo que puede resumir esta temporada es tu rapidísima adaptación a la categoría, tanto en carretera como en pista…

-Creo que sí, que si tengo que hacer un resumen es que me he visto muy solvente. Que en las carreras en que no estoy bien las salvo y no pierdo una minutada. Y en las que estoy bien, pues me veo con nivel para estar adelante, para disputarlas. Sea una carrera normal o un Campeonato de Europa.

-Volviendo a Fiorenzuola, el primer día, medalla en la eliminación. Una carrera en la que en los primeros compases salvaste un par de veces ‘in extremis’ el quedarte fuera, pero que luego dominaste bastante bien. ¿Cómo la viviste desde dentro?

-Estaba viendo ahora el vídeo ahora y la verdad es que se ve distinto desde dentro que desde fuera. Allí no vi peligro, pero es cierto que me llevé un par de sustos. Parece que vas bien, pero te pasan por todos los lados. Y es que es imposible estar siempre adelante. Es una prueba en la que al principio me cuesta moverme, con gente que ya ha corrido mucho y tiene más experiencia. Pero cuando se limpia un poco y la gente va más justa, es cuando yo voy mejor. ¿La medalla? Sinceramente no la vi hasta que quedábamos cuatro. Los dos que quedaron primeros -el belga Hesters y el portugués Leitao- iban superfuerte, por lo que sabía que el rival era el israelí -Tene-. Por eso arranqué, porque vi que era imposible que nos superase a los tres. Paré, pero vi que volvía y tuve que apretar otra vez.

“Coger un grupo que caminase”

-¿Y la puntuación?

-Había visto la carrera femenina antes y la idea que saqué es que era difícil coger vuelta. Pero que cualquier grupo que caminase podía adelantarse media vuelta de diferencia y comenzar a llevarse todos los sprints. Comencé tranquilo, porque, por mis características, no puedo meterme al principio en esos sprints. Pero luego comencé a intentarlo. El italiano -Donega- estaba todo el rato a mi rueda y la sensación que tenía es que la gente se movía conmigo, pero no tenían gas para pasar. No colaboraban, no andaban. Me hubiera gustado coger un grupo que caminase, pero no pudo ser.

-Al final, en las últimas vueltas fuiste, con diferencia, el más activo. Dos sprints ganados, uno segundo… y algo más de una vuelta que te faltó para ganar la puntuación final, doble, que podría haberte llevado hasta el bronce, o haberte dejado a las puertas. ¿Te hubiera dado más rabia haberte quedado, por ejemplo, cuarto?

-Tengo que jugar a arrancar, a esperar a que la gente vaya más cascada. Como te decía, no me puedo meter a sprints porque no soy rápido y más con esta gente. No me queda otra opción que atacar, como hice el año pasado en el Mundial o ayer en el Europeo.

-Por cierto, ¿cómo fue la sensación de correr en un velódromo tan atípico como el de Fiorenzuola?

-Me gustó, pero prefiero uno de madera de 250 metros. Por ejemplo, la carrera de ayer hubiera tenido más vidilla. Coger medio velódromo en Fiorenzuola es como coger vuelta en uno normal y con ello habría habido más alternativas. Por otro lado, es más como correr en ruta y creo que la gente iba más justa, más castigada. Por lo menos era lo que me decía Raúl -Mena el seleccionador-, que atacase porque veía a todo el mundo muy cascado.

“No son mejores”

-La tercera prueba que afrontaste fue la persecución por equipos. Una disciplina completamente distinta y en donde cuenta menos la carrera en sí que la preparación. Y en el caso vuestro fue muy corta…

-Hicimos dos concentraciones de una semana y en concreto solo en la última hemos trabajado específicamente los cuatro. Es cierto que mejoras una burrada con unos pocos días de trabajo, pero con ello no basta. Pienso que no hicimos mal tiempo, y que en un velódromo de 250 metros habría sido mejor. Pero estamos a años luz d ellos mejores. Y para ello, hay que trabajar mucho tiempo. Personalmente pienso que no hay tanta diferencia entre ellos y nosotros. Lo veo en la gente de sus cuartetas que luego corre los puntos, por ejemplo, que no son mejores. Pero que trabajan más.

-Decíamos antes que la rápida adaptación a la categoría ha sido la característica que mejor lo resume, pero todo el mundo que ha corrido contra ti en este año menciona la valentía como lo que define tu carácter. ¿Estás de acuerdo?

-Si claro. Es mi carácter y mi forma de correr. Y estoy muy orgulloso de ello. Prefiero hacer lo que hice ayer, aunque no consiga nada, que terminar cuarto a rueda. Y hablo de cuarto, no de tercero o de ganar, porque es algo imposible si vas a rueda. Yo intento ganar como sea, y en cuanto tengo un gramo de fuerza lo tengo que intentar. Por mucho que te veas mal, los demás también lo van a estar. Y como decía antes, no creo que los rivales sean mejores. Son buenos, los mejores de cada país. Pero no hay que tener nunca complejos.

-La falta de velocidad, ¿es lo que más te preocupa?

-La gente que compite a estos niveles es super rápida. Soy consciente de que en estas peleas no me puedo meter, sobre todo en los primeros sprints. Pero es algo que puedo compensar. Hacer una carrera inteligente al principio y luego tener gas para atacar. No puedes estar a todo.

-También te has definido claramente en estos últimos años como un enamorado de la pista. Algo curioso ya que ni tu padre -el exprofesional Félix García Casas- ni tu hermano -Carlos, amateur en Caja Rural- han practicado esta disciplina. ¿de dónde proviene esta afición?

-Desde pequeño me gustaba mucho verla. Y cuando era cadete le dije a mi padre que quería probar. Y ya como juvenil comencé a correr. Es una disciplina que me encanta y que voy a seguir haciendo siempre que pueda. Por cierto, a mi padre también le gusta y mi hermano me dice que algún día va a probar, a dar unas vueltas en el velódromo. Pero por su perfil de corredor, le metes a competir y te lo cargas.

“Cada vez más demostrado que la pista es buena”

-¿Qué le dirías a aquellos corredores y técnicos que siguen diciendo que la pista no es buena para la carretera?

-Cada vez está más demostrado que la pista es buena. Aunque solo sea para cambiar, para despejarte, para entrenar los días de lluvia… Luego aprendes muchas cosas, de colocación, de moverte en un pelotón. Y desde luego para coger ritmo. Hacer pista en invierno te permite llegar mejor a las primeras competiciones del año, porque no te genera fatiga. En mi caso, son muchos los beneficios que le veo.

-En tu caso, has podido compatibilizar bastante bien carretera y pista en Lizarte. El año que viene, ya profesional con Kern Pharma, ¿cómo lo ves?

-En Lizarte me lo han respetado y me han dado todas las facilidades. Y espero que en Kern también. Soy consciente de que ahora eres profesional, te están pagando y te debes al calendario del equipo. Pero sí que me gustaría poder compatibilizar ese calendario de carretera con pruebas de pista, y ver que se puede hacer. Pero es algo que tampoco hemos hablado.

-Porque está claro que el seleccionador cuenta contigo para metas mayores. ¿Incluso para el Europeo absoluto?

-No me ha dicho nada sobre pruebas concretas, pero me haría mucha ilusión. Raúl me trata genial, me da todas las facilidades. Y eso te da confianza.

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