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El suizo Seb Reichenbach ha decidido llevar a Gianni Moscon ante la justicia / © FDJ
Fractura de codo que acabó necesitando un paso por el quirófano. Ese fue el desenlace de la caída que el pasado día 3 de octubre sufrió el suizo Sebastien Reichenbach (FDJ) en el transcurso de los Tres Valles Varesinos. Nada del otro mundo. Una caída más en una carrera más de la temporada. Un corredor más que debe pasar por el quirófano y afrontar un periodo de baja y recuperación antes de volver a ponerse un dorsal. Una noticia a pie de página. O no… Porque ese día, en esa caída, estuvo implicado otro corredor. Un ciclista que, a base de insultos racistas y trampas, se ha ganado la fama del corredor más odiado del pelotón internacional. Por ello, no resulta tan extraño que Reichenbach haya decidido dar el paso de denunciar a Gianni Moscon (Sky) ante la justicia ordinaria al considerarle causante de esa caída y, por lo tanto, de las lesiones que le han mantenido alejado de la bicicleta, su trabajo, desde entonces.
El italiano de Sky, tan genial como polémico, negó con rotundidad tener nada que ver con esa caída, pero el suizo no cree esa versión y es categórico: “Moscon me tiró a propósito y debe pagar por ello”. Según la versión del helvético, todo ocurrió cuando en un descenso, “a más de 60 kilómetros por hora, recibí un empujón por parte de Moscon. Sencillamente, se abalanzó sobre mí”.
Ante dos versiones completamente opuestas y sin imágenes de televisión que puedan arrojar luz sobre lo sucedido, la mala fama de Moscon dentro del pelotón puede ser fundamental para la resolución del caso ya que el hombre de FDJ ha explicado que “hay corredores que vieron lo que sucedió y están dispuestos a testificar en el juicio porque esto no se puede pasar por alto. Mi equipo me ha instado a presentar esta denuncia”, añadía.
Ante, como ya hemos dicho, la ausencia de imágenes de televisión del momento del accidente, Reichenbach hace un llamamiento a la afición: “espero que alguien lo haya grabado en su teléfono móvil, porque no deja de ser mi palabra contra la suya”.
Johnny Maeschalck, abogado de Reichenbach en este caso, concede que “es poco frecuente, pero si un corredor considera que se le han producido lesiones, tiene derecho a acudir a la justicia. Las normas de la justicia civil también son de aplicación en el ámbito deportivo. La justicia no se termina a las puertas de un estadio”. El letrado concede que “tendrá que ser capaz de aportar pruebas de lo que dice. Lo mejor sería que aparecieran imágenes de vídeo, pero también servirán fotos o testigos”.
El único caso similar que se recuerda es el que protagonizaron el belga Claude Criquielion y el canadiense Steve Bauer, cuando el primero demandó al segundo por, a su juicio, haberle derribado en la disputa del sprint del Mundial de Ronse en 1988. El resultado final de aquella demanda fue que el juez no le dio la razón a Criquielion y que tuvo que indemnizar a Bauer por una suma equivalente a 12.400 euros en concepto de costas.
