Tadej Pogacar y el 2024: un matrimonio para la eternidad

Pogacar celebra su sexta etapa © Giro Italia

Israel Molina / Ciclo 21

Hay años que quedan recordados por unos u otros motivos. Así, cuando uno piensa en 1992 asocia esa imagen con los Juegos de Barcelona. Del mismo modo que a la hora de evocar el 2010 todos viajamos a Sudáfrica y a ese inolvidable Mundial de fútbol que conquistó España. Lo mismo ocurrirá en el futuro cuando alguien eche la vista atrás y piense en el 2024 porque lo que ha hecho Tadej Pogacar encima de la bicicleta los últimos 12 meses es algo que jamás olvidaremos. El nombre del ciclista esloveno siempre estará unido a un año que se nos escapa de las manos tras muchas historias contadas.

Cuesta resumir el 2024 ciclista sin hacer un monólogo sobre Pogacar, quien ha escrito la mejor temporada de la historia logrando títulos de caza mayor como el Tour de Francia, el Giro de Italia, el Mundial de fondo en carretera, otros de renombre como Lieja-Bastoña-Lieja o Lombardía y varios de menos postín como la Volta a Catalunya, el Gran Premio de Montréal o la Strade Bianche.

Ha estado ganando de marzo a octubre, ha triunfado en dos grandes vueltas, en un histórico campeonato del mundo en el que arrancó a cien kilómetros de meta, en grandes clásicas, en etapas sueltas… No hay terreno que no se le adecúe y ha insuflado en sus rivales y en los espectadores la sensación de que no solamente va a ganar, sino que la única pregunta posible es desde qué kilómetro lo vamos a ver ya rodando en solitario.

Tadej Pogacar, ni más ni menos © UCI

Pogacar: contra rivales y contra la historia

Desde 1998 no veíamos un doblete Giro y Tour -lo hizo Marco Pantani-, pero es que él lo ha adornado con seis victorias de etapa en cada una de las dos carreras, demostrándose invencible en ambas, siendo especialmente importante lo que hizo en las carreteras francesas, donde ha logrado su tercera corona después de que en las dos últimas ediciones se viera superado por Vingegaard y el equipo Visma. Pogacar ha entrado en su madurez y parece tan dominador que solo cabe pensar dónde estará su nombre en cinco o diez años.

Compite contra rivales, compite contra sí mismo y compite contra la historia. Lo hace mirando de refilón a Evenepoel, Van der Poel, Roglic o Vingegaard, pero retando y desafiando las andanzas y aventuras de Eddy Merckx, Bernard Hinault o Fausto Coppi, esos que escribieron las mayores gestas de nuestro deporte y que va emulando día a día el campeón esloveno, quien no ha cumplido todavía los 27 años.

La única gran derrota de su temporada la volvió a vivir en San Remo, una clásica cuya dimensión se agiganta por el empecinamiento de Pogacar en querer ganar una de esas carreras que le son esquiva debido a sus condiciones, sin embargo, no desiste en ella y cada año que pasa parece más cerca de poder lograrlo. En esta ocasión se llevó la victoria el velocista belga Jasper Philipsen, merced a un impagable trabajo de su compañero de equipo Mathieu Van der Poel, quien cazó a Pogacar y lanzó a su amigo hacia la victoria.

Van der Poel y Evenepoel, secundarios de lujo

Precisamente Van der Poel es otro de los ciclistas que escribieron una gran hazaña en 2024, ensombrecida por todo lo anteriormente comentado de Pogacar. El neerlandés logró el ansiado doblete que conforman la Vuelta a Flandes y la París-Roubaix, aprovechando un dominio total sobre los adoquines y la ausencia de su gran rival, Wout Van Aert, que se fue al suelo en A Través de Flandes y no pudo estar en las grandes clásicas del norte, donde sacó el mazo a pasear un ciclista neerlandés al que le costó brillar más allá de ahí. No pudo hacerlo en el Tour, ni en los Juegos ni tampoco inquietó a Pogacar ni en Lieja ni en el Mundial.

El tercer eslabón de la cadena lo formó Remco Evenepoel, quien escribió la gloria olímpica de la mejor manera posible, con un doblete casi imposible. Ganó la contrarreloj apenas una semana después de subir al podio del Tour y logró el más difícil todavía llevándose también la prueba de fondo, al pie de la Torre Eiffel, regalando una de las imágenes del año y después de aprovechar el marcaje de Van Aert y Pedersen sobre Van der Poel.

Remco Evenepoel en París 2024 © Gettysport

Evenepoel, además, volvió a proclamarse campeón del mundo de contrarreloj, y todo eso después de haber sido protagonista de esa gravísima caída que vivimos con el corazón encogido en las carreteras del País Vasco. Ciclistas como Jonas Vingegaard, Roglic, Evenepoel, Cras o Jay Vine se fueron al suelo y todos ellos vieron marcado su 2024 por la misma.

La Vuelta, el coto de caza de Roglic

Aunque entre el tercero marcado por Van der Poel, Pogacar y Evenepoel dejaron poco más que las migajas, el esloveno Primoz Roglic encontró en la Vuelta a España, su coto de caza particular, el momento idóneo para pescar en río revuelto. Llegó con dudas tras haber tenido que abandonar en el Tour de Francia, pero lo hizo a tiempo. Supo gestionar a las mil maravillas la ronda española y la conquistó por cuarta vez ante un valeroso Ben O’Connor y Enric Mas, que volvió a encontrarse con su mejor versión en las carreteras nacionales.

Ese fue el punto más alto para el ciclista del conjunto telefónico en otro año difícil para los nuestros. Juan Ayuso y Carlos Rodríguez han estado a buen nivel, pero siguen lejos de los mejores del Tour de Francia, aunque vivieron su gran momento en la Vuelta al País Vasco. Los dos se han instalado en la élite internacional del ciclismo, queda por ver si son dos ciclistas capaces de desafiar a Pogacar y compañía en las carreras de tres semanas. El valenciano es el mejor ciclista español del año y el andaluz el sub-26 venciendo así el trofeo TOP Ciclo 21 que distingue nuestro medio.

Kopecky, la mejor entre las féminas

En cuanto al ciclismo femenino, el gran duelo volvió a ser entre dos compañeras de equipo: Lotte Kopecky y Demi Vollering, que fueron las mejores del mundo, aunque parte de la gloria de la temporada se les escapó por unos u otros motivos. El destino fue especialmente cruel con la neerlandesa, que deja SD Worx y nunca podrá olvidar lo sucedido en el Tour de Francia. Una caída le privó de ganar con holgura y eso que acarició la remontada en las duras rampas de Alpe d’Huez, en las que acabó resistiendo la polaca Kasia Niewiadoma, esa ciclista que tantas veces ha estado en los segundos y terceros puestos y a la que le llegó la gloria eterna en la carrera más grande del mundo.

Katarzyna Niewiadoma celebra su primer triunfo en el Tour de Francia © ASO

En París 2024 triunfaron Grace Brown en la contrarreloj y en el año de su retirada y la sorprendente Kristen Faulkner, que no iba a estar disputando la carrera de fondo en carretera y la lesión de Taylor Knibb le abrió las puertas a participar y sus piernas le permitieron lograr una inesperada medalla de oro ante las dos grandes favoritas: Lotte Kopecky y Marianne Vos.

En los Mundiales de Zúrich repitió Brown en la contrarreloj y defendió con éxito su arco iris la mencionada Kopecky, quien también añade a su colección la París-Roubaix en otra temporada para el recuerdo. Un triunfo que no pudo lograr en Flandes, donde esta vez ganó la italiana Elisa Longo Borghini, que ya puede presumir de tener también las dos grandes clásicas de los adoquines. La propia ciclista transalpina se llevó la gloria en su casa, en el Giro de Italia, de tal forma que el único trofeo de caza mayor que alcanzó Vollering fue la Vuelta a España, siendo derrotada, por unos u otros motivos, en el resto de grandes objetivos del curso.

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