Río 2016: La cumbre olímpica de Van Avermaet

El nuevo oro olímpico © Sky

Fernando Ferrari / Ciclo 21

Cuando uno no figura en la primera línea de los favoritos a la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Río -la segunda del prolijo programa- el premio final eleva su valor. Y eso es lo que ha debido sentir en la meta de la mediática playa de Copacabana el belga Greg Van Avermaet, uno de los mejores corredores del mundo, que ahora adquiere más pedigrí después de su relativamente inesperada victoria. Un éxito labrado en la constancia, en la superación de los numerosos acontecimientos acaecidos en una espectacular y preciosa carrera con un diseño que ha deparado un festival deportivo de primer orden mundial. El danés Jakob Fuglsang y, sobre todo, el polaco Rafal Majka fueron los otros dos magnos luchadores, los que más fuerzas tuvieron y los que supieron evitar los peligros del descenso.

La selección española tuvo que contentarse con un notable diploma olímpico  de Purito Rodríguez -en su adiós como profesional- al ser quinto y segundo del grupo perseguidor batido por el francés Julian Alaphilippe, que una vez más calculó mal los esfuerzos cuando quizás fue el más fuerte de todos en el tramo final. Alejandro Valverde, uno de los grandes favoritos, no pudo pasar del trigésimo lugar después de un error táctico -combinado por la caída de Porte– que condenó sus aspiraciones cuando Italia sorprendió a todos y especialmente al grupo de Mínguez que conserva un sabor agridulce en su paladar.

El podio brasileño quizás no hubiera sido el que saldrá en todos los medios, pero el ciclismo -ya se sabe- es cruel y extremadamente duro en ocasiones. Y lo probaron en sus ya agotados huesos -fallan los reflejos tras más de 200 kilómetros- el italiano Vincenzo Nibali -quizás el más sólido con fractura de clavícula– y el colombiano Sergio Henao en el descenso final hacia la meta cuando figuraban en cabeza de carrera junto a Majka, perseguidos a escasa distancia por el grupo de Purito Rodríguez y Van Avermaet. Majka se libró del caos y se encontró solo, pero sus piernas acalambradas no pudieron en el paseo marítimo.

El polaco tuvo sus opciones porque sus perseguidores empezaron a vigilarse una vez alcanzado el llano. Aru -que hizo un enorme trabajo para Nibali-, Fuglsang, Meintjes, Purito, Van Avermaet, Zeits y Alaphilippe iniciaron ese carrusel que en ocasiones no conduce nada y sí a a la pugna por la medalla de plata. Pero no. El sueño olímpico pasa una vez cada cuatro años y Fuglsang no quiso perdérselo, pero se llevó detrás la peor rueda posible, la de un van Avermaet que supo antes colarse en la fuga intermedia para adelantar el camino y estar donde al final era el lugar exacto. Belga y danés sí se entendieron y poco llegaron a la rueda del exhausto Majka a menos de 2 kilómetros para el final. Y entre ellos la lógica fue aplastante. Van Avermaet imprimió los vatios justos para rendir a un Majka que no disputó y para donlegar a un Fuglsang que quizás tampoco soñaba ver Río con una plata colgada.

El podio © Río 2016

El balance español no puede ser positivo a pesar del diploma de Joaquim Rodríguez. En el momento cumbre -en el descenso del primer paso por Vista Chinesa- les pilló en fuera de juego la ofensiva de Nibali y Aru tras un notable trabajo de Jonathan Casstroviejo en la ascensión cuando quizás era el momento de un Ion Izagirre que ni tuvo su día y desapareció de la escena. Con el dúo italiano por delante, Valverde tuvo que coger la responsabilidad y tirar del grupo perseguidor en el que encontraron la colaboración de Suiza con Fabian Cancellara, otro ilustre que vivió su última cita olímpica. Pero ya fue una táctica a contracorriente mientras las medallas empezaban a forjarse por delante.

La situación significó el sacrificio de un Valverde desfondado -favorito número uno en las apuestas mundiales- y el lanzamiento de Purito desde atrás junto a Meintjes que lograron llegar a la cabeza. Un esfuerzo que pagaron cuando Henao seleccionó la carrera junto con Nibali y Majka. La desgracia del italiano y el colombiano aún dio aire a Purito, pero cuando atacaron Fuglsang y van Avermaet tampoco acertó y después vio como Alaphilippe le birlaba el chocolate. Un diploma final mucho más honroso después de una carrera suturando heridas y taponando huecos. Y así es mucho más complicado.

España en la salida © RFEC

DECLARACIONES

“Sabíamos que iba a ser difícil -comentaba Purito-, pero no con una carrera tan complicada, con subidas, bajadas, pavés, calor, humedad… Y ha sido una pena porque tenía piernas para medallas. Pero cuando das al máximo, no se puede pedir más. Y creo que no sólo yo, sino todo el equipo. Alejandro me ha dicho en la penúltima vuelta, que no iba y me ha echado un capote después de que nos quedáramos cortados por la caída de Porte”. Sobre la retirada, ‘Purito’ no se pronunció específicamente, pero manifestaba claramente que “ya dije que me gustaría retirarme aquí”, a la vez que no ocultaba su satisfacción “no por el diploma, sino por toda la experiencia olímpica”.

Valverde entraba en el puesto 30, a 9:38. “Es una pena que se haya quedado tan cerca. Nos hemos quedado cortados en una bajada, por una caída delante y nos hemos tenido que emplear para cazar, y como no iba le he dado todo por él. La carrera muy exigente, con bastante más calor del que esperábamos”.

Los otros tres españoles no terminaban la prueba. Imanol Erviti manifestaba que “una pena que no hayamos podido rematar”; Jonathan Castroviejo comentaba que “ha sido una carrera más dura de lo que esperábamos, porque el primer circuito ha pasado factura”, mientras que Ion Izagirre se manifestaba “jodido, porque me he visto sin fuerzas en la primera subida y no he podido seguir al grupo. Espero que en la crono vaya mejor” en declaraciones a la RFEC.

CLASIFICACIÓN COMPLETA

Previa

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Ni maillot arcoíris. Ni los cinco anillos. Ni una marca en el cuello y mangas del maillot. Nada. Absolutamente nada. Sólo algunos detalles dorados en el casco, las zapatillas o la bicicleta. Un guiño. Una licencia que los propios corredores han inventado y se han permitido para distinguir al campeón olímpico en un deporte que tiene como una de sus señas principales el vestir al campeón, al líder, al mejor de todos; con una prenda distintiva. Un maillot amarillo, rojo, rosa, azul… Una moda, la del dorado, que puso en marcha Paolo Bettini tras su triunfo en la cuna del olimpismo antiguo y moderno en aquellos Juegos de 2004 ya tan lejanos y que darían paso, cuatro años más tarde, a un lejano sueño oriental cuando Samuel Sánchez pedaleó hasta el triunfo en Pekín 2008 convirtiéndose, por el momento, en el único campeón olímpico de fondo en carretera español.

Un título que cuatro años después de que Alexander Vinokourov, único corredor en la historia con dos medallas en la prueba de fondo en carretera, se lo venciera de una manera muy extraña al colombiano Rigoberto Urán, aspira a conseguir un Alejandro Valverde que parte como el gran jefe de filas del equipo español en una de las carreras, por su propio formato, más abiertas y complicadas de este deporte.

Las impresiones previas de Valverde y Purito

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Circuito de la prueba de fondo en carretera masculina/ © UCI

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