Jaime Rosón (1993, Caja Rural-Seguros RGA) ha debutado con nota en profesionales. El ciclista de Zamora se estrenó en el Tour de Turquía y disputó con éxito la Vuelta a España. Él sabe que esto solo debe ser el principio y que tiene que seguir una progresión para alcanzar objetivos más ambiciosos. Para empezar, confía en volver a alzar los brazos el próximo año, en concreto apunta a una vuelta, y estar más cerca de los mejores en las pruebas del WorldTour. Es 50º en el TOP Ciclo 21 absoluto y 9º en el sub-26.
-Una victoria, en Turquía, y debutar, y acabar, la Vuelta en su primer año profesional. Entiendo que satisfecho con su temporada.
-Sí, la verdad es que ha sido un gran año para mí. La victoria en Turquía fue importante y disputar la Vuelta, hacerla bien, acabarla, y quedar con buen sabor de boca, es para estar contento. ¿Con qué me quedo? La victoria siempre es importante porque te libera de la presión de ganar, aunque debutar en una grande también lo es. La gente dice que es importante, pero yo lo tomo con naturalidad, tengo que hacer mi trabajo, seguir mi camino, hacerlo lo mejor que pueda, y espero seguir así los próximos años.
-En la Vuelta, ¿disfrutó o sufrió más?
-Yo creo que he disfrutado muchos días, solo creo que pasé mal uno o dos días, sobre todo el día de Francia cuando me quedé a 90 de meta. No sé qué me paso. Los demás, disfrute muchísimo y la gente me animó mucho. Me escapé dos días y uno estuve luchando hasta el final por la victoria. El balance es bueno y esperemos que pueda volver a correrla y dejar más detalles.
-¿Qué se la pasa a uno por la cabeza cuando se descuelga a 90 kilómetros de meta?
-Sobre todo, intentar llegar a meta como sea. Yo preguntaba a todo el mundo cuánto nos sacaban porque yo en esas situaciones por suerte nunca estoy. La verdad es que lo pasé mal porque pensaba ‘igual me voy a casa’. El grupo era de 20-25, venía un coche del Dimension Data y nos decía los tiempos y que estuviéramos tranquilos. Al final no pasó nada.
-Cuando llegó a Madrid, ¿qué sensaciones tuvo?
-La llegada a Madrid fue espectacular, con 300.000 personas, según los periódicos. Al entrar en la Castellana se me pusieron los pelos de punta porque era un sueño cumplido desde pequeño. Y hablando con más veteranos me decían que estuviera tranquilo, que las cosas me van a ir bien, y así lo espero. Mi futuro, creo, estará en las vueltas, o en ser un escalador. El tiempo lo dirá. Soy joven, tengo que mejorar, coger más experiencia. Ya veremos qué pasa.
-Con los pies en el suelo, ¿se ve de aquí a cinco años en el podio de la Vuelta?
- No sé. Con 26-27 años quiero ir planteándome esas cosas porque yo creo que lo puedo conseguir. Hay que ver cómo evoluciona mi cuerpo. La adaptación ha sido rápida y creo que entre 3-5 años sí podré estar delante, no sé hasta qué punto. Todo los que están arriba ahora han pasado como yo de amateur a profesional. Es un sueño. Ese es el camino que hay que seguir. Todo el mundo lo ha seguido.
-¿Cómo ha sido la transición de amateur a profesional?
-Es dura. Sobre todo sicológicamente. Porque en el País Vasco pasas de correr 100-120 kilómetros a más de 200 en Tirreno, por ejemplo. Es duro, pero si entrenas y tienes ilusión yo creo que se puede conseguir.
-¿Esperaba progresar tan rápido?
-Al principio del año me marcaba objetivos ambiciosos. Yo le dije a Eugenio (Goikoetxea, director deportivo) que me llevara por favor a Turquía que lo iba a hacer bien y así fue. Cuando me focalizo en algo, normalmente no suelo fallar. Cuando me marco una equis como objetivo siempre voy a por ello y suelo cumplir.
-¿Y qué equis tiene puesta entonces el próximo año?
-Hay que ver el calendario. Ahora es provisional. En enero lo sabré con más claridad. Estar delante en una WorldTour y ganar una carrera. Me gustaría hacer un calendario similar al año pasado, Mallorca, Comunidad Valenciana, Murcia, Almería y Andalucía. Y después, Tirreno, para coger ritmo, y Catalunya, para intentar estar en cabeza. Correr carreras WorldTour te da un ritmo increíble, como he notado este año, porque desde Tirreno mis piernas iban de otra manera.
-¿Qué le pide entonces a la próxima temporada?
-Sobre todo, salud, no tener ninguna lesión ni ninguna enfermedad, que le resto ya lo pongo yo con el trabajo y el sacrificio. Me gustaría estar delante en las carreras WorldTour. Y sería importante, conseguir alguna victoria más, una vuelta como Castilla y León, Turquía, Asturias o Madrid. (Este 2016, fue quinto en Castilla y León, noveno en Turquía y 14º en Burgos).
-No es poco para su segundo año. Es ambicioso.
-Hay que tener ambición. Pienso que puedo tener fuerza y calidad suficiente para estar delante. Ganar es muy difícil, pero sí creo que si estoy bien y estoy en el momento clave creo que puedo disputar alguna carrera.
-Y en su agenda estará de nuevo la Vuelta a España.
-Sí, claro. Espero que sigan confiando en mí el equipo. Yo creo que lo haré mucho mejor porque tendré más experiencia, sé cómo responde mi cuerpo y sobre todo dos años casi acumulados de pro que se nota mucho en las piernas. Si me llevan, pienso que lo podré hacer mucho mejor que este año.
-Si repite una buena temporada, las puertas del WorldTour se pueden abrir…
-No sé. Yo estoy tranquilo. Esas cosas las lleva mi representante. Yo solo doy pedales. Quiero hacerlo lo mejor posible para el equipo. Y si me tengo que quedar muchos años aquí, estaría encantado porque estoy muy a gusto. Estoy como en casa. Pero la vida sigue, son cambios de ciclo. No sé qué pasara. Ojalá esté en el WorldTour el año que viene, aunque ya digo que estoy muy contento como estoy. Ya veremos qué pasa.
-Después de su debut, ¿se ve definitivamente como un escalador?
-Sí. Yo creo que es donde he destacado. Pero más que escalador, me veo como un corredor de vueltas. Tengo mucha resistencia, eso he demostrado, y creo que por ahí seguirá mi camino, o eso espero. Por suerte, no acabé reventado o fundido la Vuelta, como tenía miedo de acabar porque siendo el primer año, tres semanas son muchas. Sin embargo, no he acabado muerto, sino bien de cabeza, con fuerzas y con muchas ganas de seguir más.
-¿Qué supone tener un veterano como David Arroyo a su lado en el Caja Rural-RGA?
-Por ejemplo en Castilla y León casi gano la última etapa. Me cogieron en la última curva, a 300-400 metros, y yo estaba medio llorando. Él vino y me dijo que no llorara porque lo que había hecho era muy grande, estar con los mejores, con Valverde. Que poder estar ahí el primer año era muy importante, y que no me preocupara y que todo llegaría. Una semana después ganaba en Turquía.
-Pese a lo que se dice, surgen nuevos talentos en el ciclismo español.
-Sí que hay relevo. Mira Rubén Fernández este año en la Vuelta. O Soler. Como Contador o Valverde es muy difícil, quizá no lo hay ni en el extranjero. No será fácil igualarlo, pero nunca se sabe.