Tras un aciago 2017 Rubén Fernández volvía a ponerse un dorsal en el Tour Down Under, el pasado mes de enero. Pero desde ese momento, no había vuelto a vestirse de corto. Por ello era obligado hablar con ‘Escayolas’ para saber realmente sobre su estado físico y, sobre todo, si esa lesión que tantas formas tomó la temporada pasada se le había reproducido de alguna forma u otra.
-Efectivamente, he estado lesionado, con una fractura por estrés en el pie derecho, por exceso de presión en la zona. Todo el invierno había entrenado sin problemas, pero en Australia me volvieron las molestias. Fui a Pamplona, a la mutua del equipo y descubrieron enseguida el problema, que se resolvió con reposo y tratamiento de fisioterapia, para acortar la recuperación. Ya estoy entrenando con normalidad, sin molestias y confiamos en volver a competir en Amorebieta (en la Klasika Primavera, el 8 de abril), si todo va bien.
-¿Después de esos problemas, no temía volver a caer en el mismo círculo vicioso?
-Un poco al principio, pero enseguida pusieron nombre al problema. Sobre todo, te lo tomas con más tranquilidad, no le das vueltas a la cabeza en cuanto sabes lo que es y cómo recuperarlo.
Como decíamos, atrás quedaba un ‘annus horribilis’. Una fractura de mandíbula en la pretemporada sirvió para descubrirle un problema de caries, que le obligó a la extracción de dos muelas y que le generó sucesivamente problemas en las rodillas o en el pie. “Decidí parar tras retirarme de la Vuelta, porque cuanto más quería competir, más me daba cuenta de que no llegaba a mi nivel”.
-Tras ese 2016 de fábula, en el que se vistió con el ‘maillot rojo’ en la Vuelta a España, 2017 se presentaba como el año de la confirmación, pero por estos problemas no se concretó esa evolución. Ahora en 2018, ¿el paso es obligado por la marcha de corredores como Izagirre, Herrada o Castroviejo?
-La carrera nos pondrá a cada uno en su sitio, pero lo importante es que tenemos tres líderes con plenas garantías. Trabajaremos para los líderes, como siempre se ha hecho, para que ellos rematen.
-De momento, entre ellos se destaca su paisano Alejandro Valverde. ¿qué le ha dicho en estos meses difíciles?
-Es un fuera de serie, como corredor y como persona. De él he aprendido mucho y especialmente estos meses, cuando me daba consejo y tranquilidad. Me decía que queda mucho año y que ya saldrán las cosas. Y viendo lo que esta haciendo en la Volta -que si no sucede nada raro la ganará el domingo- es para quedarse admirado.
-Una Volta en la que está brillando también Marc Soler, ganador de la París Niza hace dos semanas y del Tour del Porvenir en 2015, carrera que usted había ganado dos años antes. ¿Qué siente cuando hablan tanto de Marc y se olvida su éxito?
-No me preocupa. Ahora pienso en el presente y no en el futuro ni en el pasado. De momento vamos a hacerlo lo mejor posible y sinceramente espero que mi cuerpo vuelva a estar a su nivel. Entonces ya hablaremos de carreras y objetivos, aunque si es cierto que me gustaría ganar alguna etapa de una carrera importante.
-La lesión, ¿le ha trastocado su programa de carreras del 2018?
-Un poco, pero sólo en lo referido a las carreras de principio de año. No estaba claro, ni aún lo está, si iba correr Tour o no. A mi me gusta mucho la Vuelta, y más tras ese gran recuerdo de hace dos años. Pero sabemos que es lo que diga el equipo. Si me dicen el Tour, al Tour voy.
-Eso sí, correr la Vuelta podría abrirla las puertas del Mundial, ¿no?
-Es una carrera que me gusta mucho por su perfil, con un desnivel de 5.000 metros, Me gustaría que Mínguez confiase en mí, pero quedan muchos meses. Y como decía antes, lo importante es arropar a Alejandro para que gane esa carrera que le falta en su palmarés.
Para cuando la suspension de frome y los demas alergicos de sky un equipo de drogados