Doblar Giro y Tour, tal y como ya ha reconocido el propio equipo y como ha demostrado la tozuda realidad francesa, no ha sido buena idea. Cierto es que las cosas comenzaron a torcerse para Movistar mucho antes de que Nairo Quintana se mostrara incapaz de mantener el ritmo de los mejores en las montañas a causa de la fatiga acumulada. Las cosas se pusieron muy feas para los telefónicos el pasado día uno de julio cuando Alejandro Valverde, que días después reconocería que lo primero que pensó tras su caída fue que allí había terminado su carrera deportiva, se estampó contra las vallas metálicas del circuito de Düsseldorf.
Allí, en las calles de la ciudad alemana que acogió el Grand Départ, a Movistar le sobrevino un problema mucho mayor que el del abandono inmediato de un Valverde que, quién sabe, quizás podría haber enmendado un poco la plana en este Tour, pero que, sobre todo, tenía entre ceja y ceja la Vuelta a España, una carrera que le quiere y que él quiere y en la que iba a centrar la segunda parte de la temporada.
El lío es ahora morrocotudo ya que, con Valverde en el hospital y Quintana pidiendo la hora, Movistar tendrá que ingeniárselas para encontrar un líder solvente y de ciertas garantías de cara a la Vuelta a España porque sería impensable, además de sintomático del drama que vive el ciclismo español, que el único equipo World Tour del país acudiera a su mayor evento ciclista sin opciones de ningún tipo.
Rubén Fernández (Murcia, 1 de marzo de 1991) podría ser uno de esos corredores llamados a dar un precipitado paso adelante. Precipitado para los usos y costumbres de chez Unzue, donde siempre han hecho de la paciencia virtud, aunque esa teoría saltó también por los aires tras las desafortunadas declaraciones de Luis Quintana, padre de Nairo Quintana. El escalador de Churra ya sabe lo que es vestir el rojo de líder de la ronda española. Lo consiguió en la preciosa cima de Ézaro, uno de esos muros que tanto gustan a Javier Guillén, director de la Vuelta a España, y que ya son la más representativa marca de la casa de la prueba. Y eso, que no es poco, puede situarle un punto por encima de Marc Soler, el otro jovencísimo valor de Movistar que suena como posible hombre fuerte, aunque en el caso del catalán, el hecho de que este vaya a ser su debut en una grande juega en su contra.
Ahora, un año después, la ausencia de Valverde coloca a su paisano en el disparadero para liderar, ya sin red, a Movistar en toda una Vuelta a España. El de Churra que, no en balde, compartió con Valverde el trofeo Top Ciclo 21, en su caso en la categoría sub26, como mejor corredor español de 2016. A él, que cuenta con un Giro (62º en 2015) y una Vuelta (33º en 2016) como únicas experiencias en las tres semanas. A él, que se había planteado dar un paso de calidad este año que, por el momento, no termina de llegar. A él, sobre cuyas espaldas descansa parte del peso –y del sambenito– de ser considerado heredero de la generación de oro. No es fácil. No es justo. Pero la realidad, la misma que ha llevado a Quintana más allá de su límite y a Valverde a partirse la rodilla en dos en Alemania, es así. Tozuda. Malvada. Insensible.
Rubén Fernández está concentrado en Sierra Nevada (Granada) preparando conciencudamente la Vuelta a España aunque “si te digo la verdad, todavía no sé si la correré. Está previsto y en mi calendario, pero todavía no nos han dicho nada sobre el equipo que irá”, reconoce, aunque él sea, seguramente, de los hombres que menos dudas pueda tener al respecto.
A principios de este año dijo que su gran objetivo iba a ser ganar alguna victoria de etapa y alguna general en una vuelta de una semana, pero no ha estado cerca de conseguirlo. ¿Cómo evalúa su temporada hasta ahora?
Es cierto que ese era el objetivo del año: llegar a conseguir una victoria de etapa o bien la general de alguna vuelta de una semana, pero después de la caída de principios de año, que cortó mi preparación, he ido un poco a contrapié porque cuando yo empecé a coger la forma la gente iba ya muy rápido. Ya estaban ultimando la preparación para el Giro. A eso hubo que sumarle que me vino la época de las alergias y siempre iba a contrapié. Ahora, por fortuna, ya estamos en la época de calor y se acabó el tema de las alergias y ya voy respondiendo muchísimo mejor. Esperemos que podamos estar en la Vuelta.
Lleva desde el nacional sin ponerse el dorsal. ¿Qué ha estado haciendo este tiempo?
Sí, estuve descansando un poco en casa y ahora llevo desde el lunes [10 de julio, N.d.A.] en Sierra Nevada preparando la segunda parte de la temporada. Me quedaré hasta el próximo domingo. ¿Mi calendario? Probablemente haga San Sebastián y Burgos.
Parece, a priori, poca competición. ¿Cómo cree que es mejor llegar a la Vuelta a España habida cuenta del recorrido que tiene este año?
Hay que llegar bien porque si llegas un poco corto vas a contrapié. Mi intención es llegar fresco, pero en buen estado de forma para poder estar delante desde el principio.
Ya ha explicado que las cosas no le han ido del todo bien en lo que llevamos de año, pero también reconoció en pretemporada que una de sus ilusiones era ir al Tour ¿Cómo le ha sentado no haberse visto en el ‘9’ de Movistar para el Tour de Francia?
Al Tour al que llevar al mejor equipo. Un equipo que pueda estar siempre al cien por cien con Nairo. Yo no estaba plenamente bien de forma y el equipo decidió llevar a los nueve que eligió que, evidentemente, eran los mejores para estar acompañando a Alejandro y a Nairo.
Con Valverde fuera de juego por su lesión y con Quintana dando muestras de estar muy al límite de sus fuerzas… ¿sería muy aventurado decir que es usted uno de los grandes candidatos a ser el jefe de filas de Movistar en la Vuelta a España?
Todavía no sabemos nada. Yo no sé qué corredores vamos a la Vuelta. Habrá que esperar a ver qué dice Eusebio.
Pero usted si tiene claro que va a la Vuelta.
No. Todavía no se sabe.
Pero en su planificación inicial sí aparece.
Sí, estamos para ir, pero de momento no se sabe.
Demos por hecho que todo sigue su curso normal y lógico, ¿le haría ilusión ser el jefe de filas de Movistar en la Vuelta a España? ¿Se siente preparado para ello?
La verdad es que sí que me haría ilusión. También es una responsabilidad muy muy grande. Yo estoy trabajando para que en caso de que vaya a la Vuelta pueda estar al cien por cien y dar la cara.
Por primera vez en mucho tiempo Movistar va a la Vuelta a España sin un claro referente. ¿Cómo están digiriendo en el equipo la situación que se les viene encima?
Al final son carreras muy imporantes y las tienes que preparar como siempre. Lo haces lo mejor posible. ¡Hombre!, sí que es verdad que lo de Alejandro es una desgracia muy grande. Que nos deje sin un líder tan claro como él sí es verdad que hace que las cosas sean diferentes, pero la Vuelta, como cualquier vuelta de tres semanas, hay que prepararla al cien por cien.
¿Qué le parece el recorrido de esta Vuelta a España?
Es muy bonito a la vez que exigente. Es súper dura. La Vuelta siempre ha tenido recorridos muy duros, pero este año lo veo bastante duro.
Como escalador, ¿qué tipo de etapas le gustan más? ¿Las que plantea la Vuelta a España o las del Tour?
Para el espectador lo mejor es cuando se ve que la gente se da guerra desde el principio y están todos moviéndose. Eso, en una etapa de 200 kilómetros, no sucede porque no llegaría nadie. En la Vuelta a España, teniendo etapas mucho más cortas, la gente se decide a atacar antes y siempre está garantizado que haya más guerra y eso engancha más al espectador. A mí, personalmente, me gusta mucho ese planteamiento de etapa. Es verdad que no he hecho el Tour, pero me atrae el tipo de carrera que plantea la Vuelta.
A día de hoy, ¿quién ve como principales rivales en la Vuelta a España?
Viendo como estuvo el año pasado Chris Froome, es un corredor que siempre hay que tener presente. Además, estarán Tom Dumoulin [ganador este año del Giro de Italia, N.d.A.], Vincenzo Nibali. La verdad es que hay bastantes corredores que pueden estar ahí.
Su Vuelta a España del pasado año le sirvió para catapultarse a ese grupo de corredores llamados a tomar el relevo de los Contador, Valverde, Samu… ¿se ve preparado para ello y, en su caso, especialmente para ocupar el hueco de Valverde?
(Ríe) ¡Hombre! El hueco de Valverde son palabras mayores. Eso es complicado. Muy complicado. Creo que a día de hoy no hay ningún corredor que pueda llegar a la altura de Alejandro. Es un fuera de serie. Sí es cierto que se ven corredores jóvenes que están pisando muy fuerte y tienen buenas cualidades. Marc Soler, Lluis Mas… hay gente que se está formando muy bien.
A nivel individual, ¿qué consideraría que sería una buena Vuelta a España para usted?
Sería muy buena Vuelta a España si hubiésemos conseguido un triunfo de etapa o si hubiésemos estado delante en la general.
El padre de Nairo Quintana se ha quejado recientemente [el mismo día de la entrevista con Rubén Fernández] de que, a su juicio, Movistar exige y presiona demasiado a su hijo. Usted, como corredor joven de Movistar, ¿se ha sentido alguna vez presionado u obligado a hacer un calendario que no deseaba?
No he oído ni leído nada sobre esos comentarios, pero no, yo nunca me he sentido presionado. Hasta el momento nunca me han presionado.