El campeón del mundo, Peter Sagan, llegó en la mañana de ayer a Bélgica procedente desde España, donde ha estado realizando una concentración en Sierra Nevada, para comenzar su participación en las clásicas de primavera con el Circuito Het Nieuwsblad y la Kuurne-Bruselas-Kuurne, una época en la que, una vez más, espera conseguir, por fin, esa primera victoria en un Monumento que tanto se le está resistiendo.
Antes de comenzar su periplo clásico, la web italiana Tuttobici ha hablado con el eslovaco en un interesante repaso a lo que dio de sí la pasada campaña y, por supuesto, a sus esperanzas de cara al nuevo curso en el que portará el maillot arcoíris.
Peter Sagan es conocido, entre otras cosas, por ser un hombre con un gran sentido del humor, algo que sale a relucir cuando Giulia De Maio, le pregunta si está dispuesto a volver a la Vuelta a España tras lo sucedido en la etapa de Murcia. A ello, Sagan responde entre risas que “volveré a la Vuelta a España si han cambiado al motorista. Bromas aparte, aquello fue un error y ya es parte del pasado y será un buen ejemplo para recordar a todos los que forman parte de una carrera que hay que estar muy atentos a los ciclistas. No siempre se puede ir a cien por hora cuando se adelanta al pelotón. Es un episodio que no puede repetirse”.
Pero, claro está, el momento de mayor éxito de Sagan el pasado año fue su triunfo en el mundial de Richmond, una carrera que asegura que “no he repasado mentalmente muchas veces porque en la vida siempre hay que mirar hacia delante. Hay mucha gente que me sigue felicitando y me recuerda esa victoria. Sin duda, ha sido el triunfo más importante que he conseguido hasta ahora en mi carrera y, por lo tanto, es un momento que recordaré toda la vida”.
Pese a ello, asegura que el haberse convertido en campeón del mundo, “no me ha cambiado mucho. Desde que pasé a profesionales cada año ha aumentado la atención mediática y la presión a mi alrededor. Evidentemente, ahora soy el centro de atención más que nunca antes, pero lo puedo llevar bien gracias a mi equipo, mi entrenador, a las personas que cuidan de mi imagen…”.
Sagan, además, niega que, como se ha rumoreado, haya estado entrenando usando una equipación negra evitar ser reconocido. Él dice que siempre ha usado el maillot arcoíris ya que “es un honor poder llevarlo y lo quiero llevar todo el tiempo que pueda. La gente ya me conoce de sobra, aunque en Montecarlo eso no es un problema”.
De nuevo sale a relucir su buen humor cuando a preguntas de De Maio sobre dónde le gustaría levantar los brazos este año, responde entre risas que “en el mundial para poder llevar el arcoíris otro año… bromas aparte, ¡en cualquier lugar! Ya he conseguido cumplir un sueño, así que ahora sigo corriendo por pasión. Mi calendario va a ser, para bien o para mal, una fotocopia del del año pasado. Eso es algo que no va a cambiar hasta que no gane una gran clásica. Yo creo en el destino y si tengo que ganar, tarde o temprano llegará ese triunfo. Dicho esto, añadiré que no soy supersticioso y sé que para conseguir una victoria hay que trabajar muy duro”.
Pese a que lleva muchos años ya siendo uno de los corredores más mediáticos del pelotón, hay que recordar que estamos ante un campeón del mundo de sólo 26 años que ha sufrido una enorme presión desde que llegó al campo profesional. Por ello, cuando la periodista le pregunta si se sigue divirtiendo con el ciclismo, no sorprende que la respuesta sea que “unos días sí y otros no. Si estoy bien y obtengo buenos resultados, es algo fantástico. Depende de cómo vayan las cosas, pero sé que soy un privilegiado. ¿Quién está mejor que yo? Vivo de lo que me apasiona, hago el trabajo que amo, soy bueno en ello, no lo paso mal en absoluto. Por ello, quiero honrar al máximo este maillot. Presentarlo por todo el mundo. En mi cabeza sólo hay un objetivo: hacerlo siempre lo mejor posible”.
En cuanto a sus grandes objetivos, reconoce que “quiero hacerlo bien en la Milán-San Remo, la Vuelta a Flandes y la París-Roubaix, pero debido a mis características, necesito tener un día súper en cualquiera de las tres carreras [para conseguir el triunfo, N.d.A.]. Además, ahora estaré más controlado y me resultará más difícil todavía ganarlas. Los rivales volverán a ser los de siempre, teniendo como grandes referencias a Fabian Cancellara y a Tom Boonen”. En cuanto a la carrera que mejor se puede adaptar a él, Peter Sagan asegura que “la Vuelta a Flandes es una prueba muy adecuada para mí que quiero ganar. Todos los años, los periódicos hablan de mi triunfo como algo que se da por hecho, pero todavía no lo he conseguido”.
Una vez cerrada su participación en las clásicas de primavera, el calendario de Peter Sagan pasa por el Tour de Francia, donde “intentaré conseguir un nuevo maillot verde. Pensando en el resto de los grandes objetivos, el mundial llega tarde y es demasiado llano, pero el Europeo es bastante duro y los Juegos Olímpicos muy exigentes. No son circuitos que se me adapten bien, pero intentaré jugar mis cartas como hago siempre”. Pese a todo ello, Sagan insiste en que “yo soy un clasicómano y todavía no he ganado ningún Monumento. Eso es algo que quiero cambiar”.
Lo que no le preocupa en absoluto, a pesar de que Oleg Tinkov haya anunciado que abandonará el ciclismo a final de este año –Peter Sagan tiene contrato con el equipo hasta el final de la campaña 2017– ya que “al haberlo anunciado a principios de año, tiene todo el tiempo del mundo para encontrar una solución para mí y para el resto del equipo”.