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Samuel Sánchez con su maillot 17 © Ciclo 21
Fernando Ferrari / Ciclo 21. Dénia (Alicante). Enviado especial
Samuel Sánchez (Oviedo, Asturias, 5 de febrero de 1978) suma y sigue y así hasta su decimoctava campaña profesional que estrenará el 1 de enero próximo. Un año después de entrevistarlo en el mismo lugar de concentración del segundo equipo de su carrera, el BMC estadounidense, pocas cosas han cambiado en su vida personal y, sobre todo, la deportiva, pero mantiene esa pasión que le mueve. Un año más experto, más centrado, con un calendario más selectivo y a la vez exigente después de un notable 2016 con etapa en País Vasco, 4º en Lieja, 6º en La Flecha Valona, la ronda vasca y California y abandono en la Vuelta a España en la contrarreloj de Calpe cuando aspiraba a los cinco primeros. Un saldo que le deja décimo en el TOP Ciclo 21 tras Jesús Herrada y por delante de Mikel Landa. Cifras claras. Y una de las sensibles diferencias es que ya no es el único español ni el único campeón olímpico de una plantilla a la que ha llegado Fran Ventoso y en la que sigue Greg Van Avermaet. La Vuelta a España volverá a ser su caramelo preferido. El del Tour ya lo tiene más que degustado.
Y de momento, como hace doce meses, sigue sin hablar de fecha de caducidad. «Sigo yendo año a año. Con 39 años que cumplo en mes y medio no lo puedo ver de otra forma. A los que llevamos muchos años se nos oye decir lo mismo. No es que nos copiemos, es que es la realidad. Cuando ya no tengamos ilusión en ponerte un dorsal hay que dejar la bicicleta. Un ejemplo muy claro fue el de este año con Campbell Flakemore, campeón del mundo sub-23 en Ponferrada, y que abandonó el BMC porque no se sentía motivado y la dejó. Cuando vea que no tengo el nivel que quiero la dejaré y no esperaré ni a final de año. Sigo con más ilusión porque me veo mejor. Cuando me concentro en un objetivo sigo estando entre los mejores del mundo o muy cerca de ellos».
Joaquim «Purito» Rodríguez es el primero de los grandes de la última generación del ciclismo español en irse y así asume la reciente noticia. «Ya lo creo que da vértigo. Con Purito hemos compartido muchas carreras desde aficionados, carreras paralelas y ahora ves que ya no estará. Lo bueno es que ya le podré preguntar qué se hace el primer año después de dejarlo [risas]. ¿Si me asusta esa situación? Me da respeto más bien. Siempre oyes hablar de por qué vuelven los grandes campeones a su deporte y es por los micrófonos y los focos».
Una campaña diferente porque ya tiene con quien hablar español tras la marcha de Darwin Atapuma al de momento fracasado proyecto del TJ Sports. «Con Ventoso estamos haciendo habitación. Cuando me preguntó el mánager Jim Ochowicz por él solo le pude dar referencias positivas y tanto yo como el medio español que tenemos, el italiano Manuel Quinziato, casado con una española, hicimos mucha fuerza para que viniera. Es un gran hombre de equipo, de mucha experiencia, sabe lo que es ganar y ayudar a hombres importantes como Valverde y Quintana. Creo que para ayudar a Greg [Van Avermaet] va a ser una pieza básica igual que en las grandes vueltas en las que participe. Se halaga mucho a los portentos físicos, pero también hay que hacerlo con los que acumulan experiencia. El pelotón de estos años no es el de antes. Se corre más, hay más estrategia, más oficio y solo se consigue con el paso del tiempo y hay que ponerlo en valor.
Su etapa en País Vasco © EITB
Preguntado sobre sus objetivos, lo tiene claro y prácticamente repetirá su programa 2016. «Espero hacer un calendario muy parecido y que me dejen elegir como este año. Si le piden a un veterano dónde quiere ir saben que lo va a hacer bien. Pedí ir al País Vasco, a las clásicas, California y la Vuelta a España y en todas lo hice bien. Y luego está lo de los puntos UCI que se valoran. Fui el tercer ciclista del equipo con más puntos y a ellos les interesa que esté cómodo en esas pruebas donde puedo recolectar muchos de cara al año siguiente. La diferencia es que correremos menos en España y hasta Almería, Murcia y Andalucía no estaremos por aquí. Con las carreras de Oriente Medio está todo revolucionado, pero imagino que empezaré en Dubai y Abu Dhabi. ¿Qué me falta? Una etapa en el Giro y Lombardía, en la que tengo cuatro podios. Puede haber opciones aún».
Y sobre el Tour de Francia no muestra excesiva euforia, así que le harán un favor si respetan sus preferencias en un corredor con más que galones en la nómina de Ochowicz. «Ahora mi carrera es la Vuelta a España. En el Tour ya lo he hecho todo ya, podio, etapa, una crono por equipos, la montaña… Si Van Garderen va a al Giro y Porte al Tour necesitan a alguien en la Vuelta que les garantice un «top ten» y ahí puedo estar yo».
El ovetense analiza las diferencias entre su etapa en el Euskaltel y ahora en el BMC. «Te queda la pregunta de si hubiera cambiado antes a una estructura más grande como BMC, con todos los medios, y haber ampliado más mi palmarés… Pero Euskaltel era el equipo de mi casa y me sentía muy emocionalmente ligado a ellos especialmente a Igor y Miguel. Su traumática desaparición fue por obligación y me tocó buscarme equipo. Fue una decisión empresarial y no se puede hacer nada. Llegué aquí y no hay mal que por bien no venga. He hecho una nueva familia, he encontrado mi sitio y la acogida fue fantástica. Por eso sigo año tras año y posponiendo mi retirada. Ha aprendido inglés, nuevas formas de ver el ciclismo, la vida y eso enriquece como persona con todas las experiencias acumuladas».
BMC cuenta con dos oros olímpicos / © Ciclo 21
Ahora con su colega belga se produce la primera reunión histórica de dos oros profesionales en el mismo equipo tras Richard (1996), Ullrich (2000), Bettini (2004) y Vinokourov (2012), que jamás coincidieron. Sánchez (2008) y Van Avermaet (2016) son los primeros que compartirán maillot con cuellos y ribetes dorados. «Muy especial. Lo hablamos mucho porque nos llevamos muy bien. Le digo que no es consciente de lo que ha logrado. Da igual que ganes la París-Roubaix. Lo que has hecho supera todo y con el tiempo se dará cuenta. En Bélgica se le conocerá por haber ganado ese oro no por que ganes cuatro veces Roubaix por ejemplo. Y ahora estamos con el hecho curioso de estar juntos dos campeones olímpicos que será difícil que se repita. Ya le digo que se haga el tatuaje, pero no quiere. No vi la carrera pero la escuchaba por la radio y muy contento. Greg es tan buena persona que cuando se cayó en Flandes nos llevamos una enorme decepción pero le dije que tranquilo que no hay mal que por bien no venga y luego gana en Río cuando nadie apostaba por él. Se lo merecía porque estuvo ahí. Es muy bueno».
La reciente guerra UCI-organizadores, las decisiones de seguridad y el papel que protagonizan los ciclistas fue otra de las preguntas. «Sobre el guion se debería contar más con nosotros, pero es difícil porque no es una liga cerrada en un país como la NBA y el ciclismo se compite en todo el mundo con equipos y ciclistas de todo el mundo por lo que es más difícil ponerse de acuerdo, y se debería mejorar, pero cada vez tenemos más pesos en temas de seguridad y respeto al ciclista. El dinero es siempre el que manda».
Y así sigue un Samuel Sánchez «muy tranquilo y contento. Con la llegada de Tag Heuer el equipo adquiere una dimensión más internacional y espero que haga de imán para otras firmas. Si ha llegado al ciclismo después de estar en el fútbol y en la Fórmula 1 dice mucho. La llegada de Assos a un equipo después de veinticinco años sin hacerlo es muy importante. A ver si en España se anima una empresa más».
Y si no dentro de otro año repetirá -repetiremos- nueva cita en Dénia con el resto de su nueva familia. Por delante otro año para seguir escribiendo más fascículos.
