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Mora, por fin de turquesa © UTCL/SWPix
Hace algo más de tres años, nos hacíamos eco de la situación de Albert Torres, sin equipo de carretera, algo que definíamos como una imperiosa necesidad, de cara a la progresión del menorquín de cara a sus objetivos en carretera. Y nos fijábamos en dos firmas que mantenían una excelente relación como patrocinadores federativos, como Movistar y Cofidis, como posible destino… algo que llegaría meses después, aunque no por las gestiones de la Española, sino por el buen hacer del ‘defenestrado’ Juan Martínez Oliver.
Y el tiempo ha terminado dando la razón a esa contratación, no por lo beneficioso que haya podido sido para su preparación en pista, sino por la consolidación de Torres como uno de los hombres clave en la plantilla del Movistar, como demostró al ser elegido en el equipo del Tour.
Pero hoy no vamos a hablar de Torres, sino de su ‘alter ego’, Sebastián Mora, que tras haber crecido en el Caja Rural y en el Movistar, incomprensiblemente no tuvo continuidad en ninguno de estos proyectos, y que ahora mismo se encuentra en una situación similar a la del menorquín en 2019, y con el mismo titular siendo perfectamente válido: Mora necesita un equipo pro y sabemos quién puede ayudarle.
Pero en este caso la formación que le iría como anillo al dedo -y sería algo recíproco- es el Eolo-. Sinceramente ignoro si entre las muchas puertas que ha tocado está la de los hermanos Contador, pero el beneficio sería mutuo.
El conjunto hispano-italiano-húngaro posibilitaría que Mora tuviera un calendario de calidad, algo más necesario que nunca porque es la principal baza española para los Juegos Olímpicos de París. Pero el equipo de la Fundación Contador tendría en sus filas a un ciclista que le podría hacer una excelente publicidad gracias a su desempeño en los velódromos, como hemos visto en la recientemente celebrada ‘Champions League’, pero también con sus éxitos en el Europeo o en la Copa de las Naciones; que aportaría muchísima experiencia en carretera a un grupo fundamentalmente joven y se convertirá en la seña de identidad necesaria para un equipo de origen español, pero en el que los corredores nacionales son minoría y tampoco excesivamente conocidos. Y sobre todo que tiene un carisma que cada vez se valora más en la faceta comunicativa de los equipos.
Insisto es que no sé si es una opción que ya se ha estudiado, pero hay pocas veces que se pueda pensar en algo mejor para las dos partes, e incluso para alguna tercera. Y aún hay tiempo para que se materialice.
