Aunque ya hace varias semanas desde que Femke Van den Driessche, la corredora belga a la que por primera vez en la historia de este deporte le fue hallado un motor en su bicicleta, anunciara su retirada definitiva del ciclismo y renunciara a su derecho a defenderse de las acusaciones que pesaban contra ella desde aquel infausto día 30 de enero en el que saltó el escándalo durante la disputa del mundial de ciclocross de Zolder, la Comisión Disciplinaria de la UCI ha seguido el proceso abierto contra ella y el máximo organismo mundial ha hecho público esta misma mañana su decisión definitiva: Femke Van den Driessche ha sido castigada con seis años de suspensión y al pago de una multa de 20.00 francos suizos (algo más de 18.000 euros). Según ese mismo comunicado, la corredora belga, que no quiso saber nada de un proceso que sabía que tenía perdido de antemano, ha sido condenada a pagar las costas del proceso, una cantidad que la UCI no ha hecho pública y será comunicada a la ex corredora en el futuro.
Pese a todo, la UCI sigue sin hacer pública imagen alguna del dispositivo encontrado en la bicicleta de Van den Driessche, pero asegura que durante 2016 se han efectuado un gran número de tests en busca de este tipo de artilugios. El máximo organismo mundial, en este sentido, ha destacado los realizados durante el mundial de pista de Londres o los Monumentos como Vuelta a Flandes, París-Roubaix y Lieja-Bastoña-Lieja.
El presidente de la UCI y candidato a la reelección en el cargo, Brian Cookson, aseguró que “hemos invertido una gran cantidad de recursos para desarrollar esta nueva y extremadamente efectiva tecnología de escaneo y en endurecer las sanciones a todo aquel que pueda ser encontrado haciendo trampas en este sentido. Este caso es una gran victoria para la UCI y todos aquellos aficionados, corredores y equipos que quieran estar seguros de que se mantiene este tipo de trampas fuera del deporte”.