Sergio Pardilla pasará las próximas tres semanas concentrado en Navacerrada, su lugar predilecto durante los parones de la temporada. A las virtudes de entrenar y vivir en altura se suma el hecho de que en la estación madrileña existen pocas distracciones, lo que alimenta la rutina monacal del ciclista.
“La vida del ciclista consiste en entrenar y descansar. Cuando mejor se entrene y más se descanse, más posibilidades se tienen de hacerlo bien en carrera”, recuerda el escalador manchego del MTN-Qhubeka, quien considera que Navacerrada reúne las condiciones idóneas.
“Conozco bien la zona porque llevo muchos años viniendo aquí. Aquí hay muchos puertos para entrenar, hay variedad, y además está el llano que va a Cotos, en donde se pueden hacer muchas horas en altura. También está cerca del aeropuerto y no existe ninguna distracción alrededor. En casa siempre tienes algo que hacer o alguien a quien ver y por eso no se descansa todo lo que se debería. Aquí en cambio no hay nada que hacer así que se descansa. Sinceramente es aburrido, aunque se intenta combatir este aburrimiento con la tele, libros y música. Además, no soy el único que está aquí. También está mi compañero de equipo Ignatas Konovalovas y otros profesionales”, dice.
El único corredor español de la formación sudafricana tiene como gran objetivo del año la Vuelta a España, aunque su equipo afrontará en junio otra prueba de gran importancia, la Vuelta a Suiza, en la que espera recuperar las buenas sensaciones una vez superadas las secuelas de su caída en la Tirreno-Adriático. “En el Tour de Azerbaiyán (su equipo se impuso en dos etapas por medio del argelino Youcef Reguigui (segundo en la general) y el alemán Linus Gerdemann) me he encontrado bien. Ya no se me hincha la muñeca ni me molesta, como me pasó en la parte final de la Lieja-Bastoña-Lieja. Ya estoy recuperado, así que ahora quiero prepararme lo mejor posible para hacer una buena Vuelta a Suiza”.
Pablo Ramírez /Prensa A&A Sport