Lideró la Corsa Rosa durante trece días, pero a sólo dos etapas para llegar a Roma vivió el que podría ser calificado como el gran cataclismo de la temporada ciclista. Simon Yates atravesó un auténtico calvario para terminar en 22ª posición un Giro que todo el mundo le daba por ganado. Se rehizo, es verdad, para ganar en septiembre la Vuelta a España, un triunfo que le sirvió, él mismo lo reconoció, para convencerse de que lo sucedido en Italia no fue más que un mal día. Una jornada nefasta que dio al traste con meses de preparación, pero nada de lo que no se pudiera recuperar.
Hoy, un día después de que dos de sus rivales en la pasada edición del Giro como fueron Tom Dumoulin y Miguel Ángel López se marcaran la prueba transalpina como el gran reto de 2019, ha sido Simon Yates el que también deja de lado, al menos de inicio, el Tour de Francia para centrarse en asaltar la maglia rosa.
«Tengo muchas ganas de volver al Giro de Italia el próximo año», asegura el corredor británico en la nota en la que su equipo oficializa esta decisión. “Es una carrera que tengo buenos recuerdos de este año, pero también me dejó un sabor amargo en la boca, así que quiero volver para intentar terminar el trabajo”.
En cuanto a su preparación para este nuevo asalto, Yates explica que “estoy trabajando duro para llegar en plena forma y no puedo esperar a que comience la temporada”. En cuanto al recorrido, el líder de Mitchelto-Scott reconoce que “el Giro siempre es una carrera extremadamente difícil y el año que viene, con tres contrarreloj, quizás no sea lo más adecuado para mí, pero aún así lo intentaremos y veremos qué podemos lograr”.
Matt White, director deportivo del conjunto australiano, explica que “tuve la corazonada de que Simon querría volver al Giro de Italia. El de este año fue su primer Giro será uno que nunca olvidará. Le gustó la manera de correr. Le gustó su experiencia en el Giro, tuvo el mayor éxito que había tenido en cualquier carrera hasta ese momento y la mayor decepción que ha tenido. La experiencia sí importa. Regresará con la seguridad de haber estado allí, sabe qué esperar de esa manera diferente de correr y él y el equipo saben que pueden ganar”.
En cuanto al recorrido, White lo califica como “decente para Simon. Hay tres etapas contra el crono, pero todas tienen algo de subida, por lo que no son para especialistas puros. Hemos mejorado mucho sus habilidades contrarreloj aún vemos que hay más margen de mejora, pero en todo caso, se está convirtiendo en una fortaleza para Simon”.
“Hay muy poca escalada en los primeros diez días, pero sigue siendo el Giro más difícil que he visto en la última década”, analiza el responsable del equipo australiano. “Independientemente de quién esté en la línea de salida, Simon entrará como uno de los favoritos y nos sentimos cómodos con eso. Volveremos con un equipo fuerte en la montaña que incluirá a Mikel Nieve. Muy similar a 2018”.