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La Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses (SNCF, por sus siglas en francés), el equivalente a la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) española, ha emitido un comunicado de prensa mostrando su enfado por el incidente ocurrido ayer durante la disputa de la París-Roubaix en el que un grupo de corredores decidió saltarse un paso a nivel cerrado.
Ni la normativa interna de las carreras ni, más importante, el código de circulación, dejan lugar a dudas sobre las acciones a tomar ante un paso a nivel. La única opción posible es parar. Nada más. Y no parar cuando las barreras se hayan bajado. Se debe de parar en el mismo momento en el que las señales luminosas y acústicas del paso a nivel comienzan a ser visibles y a sonar, esto es, momentos antes de que la barrera comience su movimiento de bajada.
En un escueto, pero durísimo y contundente comunicado, la SNCF se ha quejado por el incidente y, además, anuncia medidas legales contra personas por el momento desconocidas, lo que podría significar que en un futuro el administrador ferroviario francés intente sentar en el banquillo a los corredores que decidieron hacer caso omiso a la barrera.
“Durante la carrera ciclista París-Roubaix que se disputó ayer, varios ciclistas cruzaron deliberadamente y en contra de toda norma de seguridad un paso a nivel cerrado en la región de Wallers (59)” comienza ese comunicado de SNCF que, además, se lamenta de que “millones de espectadores pudieron ver este delito extremadamente grave e irresponsable que podría haber tenido un desenlace trágico. De hecho, sólo unos segundos más tarde un TGV que pasaba por esa vía podría haber golpeado al pelotón”.
Por todo ello, en su comunicado SNCF alerta de que ha “decidido presentar una denuncia contra X, dejando en manos de la investigación determinar la naturaleza de las responsabilidades que esta acción conlleva así como los autores y lamenta que tal imprudencia haya podido tener lugar”.
SNCF añade que “estos actos son, como mínimo, sancionables con una infracción penal” y anuncia que la empresa y su personal van a “invertir de manera decidida en actividades educativas hacia el público en general y los jóvenes en particular” para concienciar sobre este tipo de delitos que, según sus datos, causaron la muerte de 29 personas en Francia durante 2014.
El administrador francés, además, añade que ha invertido “más de 30 millones de euros para hacer más seguros los pasos a nivel, algo que ha permitido dividir por dos el número de muertos en 10 años”.
Este comunicado llega sólo horas después de que la acción de los ciclistas escandalizara a medio mundo y comenzaran a surgir las reacciones. Pese a que el director de la carrera, Thierry Gouvenou, aseguró que “neutralizando la carrera a la espera de aquellos que se detuvieron hemos respetado el espíritu del reglamento”, parece que son pocos los que comparten tal opinión. El administrador ferroviario belga (Infrabel), donde la carrera es seguida de manera masiva por televisión, reaccionó también en boca de su portavoz, Thomas Baeken, que aseguró que “si estos hechos hubiesen ocurrido en nuestra red, habríamos reaccionado porque es necesario hacerlo. El año pasado murieron 47 personas [en Bélgica, N.d.A.] por causas parecidas”.
La UCI, además, ha hecho público un comunicado en el que se hace eco de esta polémica y la causada por los bolardos de la primera etapa de la Vuelta al País Vasco. En relación a ambos incidentes, la UCI «quiere recordar que la seguridad debería de ser siempre la prioridad número uno para todos aquellos involucrados en una carrera«. Además, el máximo organismo mundial ha anunciado que ha «solicitado que se remita lo antes posible un completo informe» sobre ambos incidentes para «estudiar las potenciales acciones» a llevar a cabo.
El comunicado íntegro de SNCF:
Comunicado de SNCF
