La aportación del sector deportivo en 2019 fue de un 1,44% del PIB español. El deporte federado lo practican alrededor de cuatro millones de personas y la paralización de las competiciones y eventos masivos ‘sine die’ ha dejado al sector de organizadores en KO técnico. «No existe ninguna previsión, ni calendario, ni hoja de ruta ni nada a lo que atenerse. A mí el Gobierno me ha suspendido mi actividad este año de repente», señala Domingo Agudo, gerente de la firma cántabra Sportpublic, la empresa organizadora de eventos deportivos con mayor infraestructura de España.
Agudo -como tantos- se encuentra maniatado y asegura que ha pasado de «facturar 750.000 euros a 70.000 u 80.0000 este año, con suerte». Su infraestructura se dedica a organizar eventos en Madrid, Valencia, País Vasco, Argentina y Cantabria, de ciclismo, atletismo, triatlón, duatlón… Además ofrece cobertura televisiva a muchas de las pruebas con sus propios medios. Con todo firmado y preparado, se ha quedado paralizado. «Estamos olvidados por los que mandan. Así como sí se han acordado de los conciertos, de los cines, de los actos culturales… ¿Del deporte?», señala extrañado. «Nadie nos ha dicho pues mira: ‘A partir de septiembre las pruebas tienen que ser así o así; con 200 participantes, en contrarreloj o de esta manera. Así podríamos hacer una previsión, pero nada de nada».