Cuando el pasado día 18 de mayo Stig Broeckx fue atropellado en la Vuelta a Bélgica, el pelotón todavía no se había recuperado de la muerte en carrera de Antoine Demoitié, que se dejaba la vida en una cuneta –también– belga durante la disputa de la Gante-Wevelgem. Ambos fueron víctimas de un tema que, como ya se podía prever en este ciclismo de polémicas fugaces, ha desaparecido del propio pelotón como es el del exceso de vehículos motorizados en carrera y los atropellos que estos mismos ocasionan.
Broeckx, que todavía no ha podido salir del estado de coma vegetativo en el que se encuentra desde aquel día de primavera, ha sido dado de alta del hospital en el que se encontraba ingresado y ha sido trasladado a un centro de rehabilitación, tal y como ha informado en su perfil de Facebook el club de fans del corredor.
“Tras un largo periodo luchando por su vida, Stig ha comenzado ahora la rehabilitación”, explican en su comunicado. Añaden que “Stig se encuentra en el centro de rehabilitación de Overpelt, donde se encuentra en las buenas manos de un gran equipo que le está ayudando en su recuperación. Cada día se trabaja de manera muy intensa con él (…) y en todo caso estamos ante un proceso muy largo con la esperanza de poder darle una vida digna”.
En ese mismo comunicado, se ha querido “agradecer” en nombre de la familia del corredor “las muchas muestras y mensajes de apoyo recibidos en estos tiempos tan difíciles para sus padres y amigos”.