En su ser, Miguel Ángel López siempre ha concebido la competencia como un espectáculo. Desde sus inicios en categorías formativas de la mano Rafael Acevedo, López, nacido en Pesca e hijo de una emprendedora familia campesina, siempre mostró las cualidades de un chico distinto por carácter, arrojo y capacidad para afrontar cualquier vicisitud en carrera o fuera de ella.
En su vida ciclística, la resiliencia ha sido un valor preponderante. Si la desdicha se ha hecho presente en algunas etapas de su carrera, con templanza y vigor, ha logrado que los reveses se conviertan en la catarsis para mostrarse ante el mundo como un campeón de estirpe.
De sus caídas se ha levantado con triunfos, y con su atrevimiento y valentía ha plasmado momentos para la historia. Como en el Tour de L’Avenir batiendo al entonces favorito Robert Power en la etapa reina para sentenciar su primer título internacional con la selección Colombia. O como su inolvidable alianza con Contador en la Vuelta a España para triunfar solitario en Sierra Nevada.
Su primer título World Tour no llegó por un ataque en la montaña, sino con una demostración de jerarquía y personalidad en la Vuelta a Suiza superando en la contrarreloj, por dos segundos, al otrora campeón olímpico de la especialidad, Fabián Cancellara.
Con el mismo temple sobre la cabra se regaló un podio de calidad en la reciente Volta Ao Algarve, finalizando en el Top-5 a solo 38 segundos de Remco Evenepoel y a 28 de Rohan Dennis, actual monarca de la especialidad. “Gané una etapa muy bonita y al final logré entrar en el podio. No pensé que llegaría a estar ahí porque era muy complicado. Sabía que habíamos cinco corredores prácticamente con el mismo tiempo, y que ellos, en teoría, eran más especialistas en la contrarreloj. Pero al fin y al cabo salí motivado a disputarla. Haber ganado la etapa nos dio una motivación extra. La verdad quería hacer un buen test teniendo la oportunidad de competir con el campeón y subcampeón del mundo”, dijo Miguel Ángel, el potente escalador que siempre ha mostrado cualidades contra el cronómetro, en una entrevista publicada por la web de la Federación Colombiana de Ciclismo.
En 2014, cuando se convirtió en el primer ciclista colombiano en ganar Vuelta de la Juventud y Tour de L’Avenir en el mismo año, terminó segundo en el prólogo de la carrera sub-23 colombiana y en el puesto 11 del prólogo del Tour Sub-23, tras superar una fuerte virosis a dos días del inicio de la competencia.
En el campeonato mundial de Ponferrada (España) representó al país en la CRI sub-23, y aunque sufrió una caída en la primera curva en medio de un fuerte diluvio, se levantó, y con varias laceraciones, terminó la prueba a 2:37 del australiano Campbell Flakemore. En ese mismo mundial se enfrentó a los alemanes Maximilian Schachmann y Nils Politt, y al suizo Stefan Küng, especialistas a los que también se midió en la reciente definición de Algarve. Küng fue el único capaz de superarlo por solo 19 segundos. Con Schachmann hubo empate técnico y a Politt lo rebasó por nueve segundos. Con Dennis, bicampeón del mundo, cedió 28 segundos y con Remco, ganador de la crono y la general, 38.
“Hice un excelente tiempo y muchos lo pudieron haber analizado, este año me estoy sintiendo bastante bien, el cambio de bicicleta nos ha venido súper bien. Nos hemos acoplado excelente y eso es de bastante ayuda. Fue un test bastante importante para darnos cuenta que podemos estar ahí, cerca de los mejores”, aseguró el boyacense, subcampeón nacional élite CRI en 2019.
Esta temporada no estuvo presente en su Pesca natal para disputar el tricolor frente a Egan, Nairo y Dani Martínez. Astana cambió sus planes de preparación y por primera vez, desde que es profesional, abrió su temporada sin hacer escala preparativa en Colombia.
“Extrañamos no empezar la temporada en Colombia como el año pasado que fue muy bonito, y más ganando el Tour Colombia. Este año extrañé no estar ahí, pero no fue por decisión mía sino del equipo que es el que manda. Sin embargo, nos vinimos para Europa con la intención de hacer las cosas diferentes este año. Vinimos a la concentración para estar más tiempo junto al equipo y estar en la altura del Teide, y así lo hemos hecho”, cuenta ‘Supermán’, que estrenó su palmarés del año con victoria en Malhao, y un podio en la antesala a París Niza y a la defensa del título en la Vuelta a Cataluña.
“Este año voy a pasar mucho tiempo en Europa. Extraño no estar en Colombia y más por mi esposa y mi hijo que están allí esperándome siempre. Va a ser complicado estar lejos de ellos, pero es decisión del equipo, mi trabajo está aquí y mi familia me comprende. Tengo su apoyo que es lo que me da fuerza para seguir adelante”, reflexiona el astro colombiano, líder designado por Astana para afrontar el Tour de Francia.
Será su debut en la ‘Grand Bouclé’, más no la primera vez que el equipo lo alinea en la nómina. En 2017, el mánager Aleksandr Vinokourov había decidido incorporarlo junto al danés Jakob Fulgsang para compartir el liderato. En aquel momento, Miguel Ángel se recuperaba de una grave lesión en la tibia, pero mantenía la ilusión de ser uno de los nueve integrantes del equipo. Todo iba por el camino correcto. Superó con acierto siete meses de inactividad y volvió para defender el título en Suiza, donde una fuerte caída lo privó definitivamente de estar en la carrera por etapas más importante del mundo.
Una vez más, el destino le había puesto una dura prueba, de la que luego se levantó con un sonoro Top-10, dos etapas y título de mejor joven en la Vuelta a España. “En el pelotón se corre mucho riesgo, hay muchas caídas e infortunios que a veces uno no puede evitar, estamos expuestos a los riesgos y es difícil evitarlo. Yo creo que todos los días, tanto en entrenamientos como en carrera, estamos muy expuestos a altos riesgos, eso es inevitable”, afirmó el corredor desde territorio europeo, donde sigue concentrado pensado en París Niza (8 al 15 de marzo).
“Los que verdaderamente saben de ciclismo entenderán que hay que tener suerte y hay que estar con Dios para que todo marche bien. Esto es una parte fundamental del éxito. La otra parte esencial es estar bien, en condiciones, en forma y tener salud en todas las carreras. Si estás enfermo o con mal estado de ánimo es imposible hacer algo bueno”, afirma el escalador que cumple su sexta temporada con Astana.
“Si supiéramos o pudiéramos predecir las caídas sería algo maravilloso, porque nuestros pensamientos serían diferentes y nos jugaríamos otras cartas, pero en el ciclismo nada es predecible, aquí todo es parte del juego y esperamos tener la suerte, la salud y las ganas, que es lo que siempre me sobra”, concluyó.