Superprestigio CX: Mathieu ya es el mejor Van der Poel

Van der Poel sigue invicto esta temporada / © Belga

Nicolás Van Looy / Ciclo21

La gira americana de los mejores crossers del pelotón internacional se saldó con la constatación de que, al menos en estos primeros momentos de la temporada invernal, es Mathieu van der Poel (Beobank-Corendon) el hombre a batir. El holandés, que se llevó el triunfo en las dos primeras citas de la Copa del Mundo, se mostró tan insultantemente superior en tierras yankees que todavía no habíamos podido asistir a un duelo cara a cara con ninguno de sus rivales y, por lo tanto, con un Wout Van Aert (Crelan-Charles) al que el holandés pasó literalmente por encima en América.

Pero hoy, en Gieten, en el regreso del ciclocross a Europa y del holandés a su país, las cosas iban a ser muy distintas. En un día seco, pero muy lejos de ese calor asfixiante que vivimos en Iowa y en Waterloo y, sobre todo, en un circuito más clásico de la especialidad invernal, en el que todavía se notaba, y de qué manera, los restos de la muchísima lluvia caída en los últimos días, Van der Poel, aunque lo intentó, no pudo abrir hueco en el primer giro y se vio, por primera vez en esta campaña, confrontado con unos rivales que parecían haberse conjurado de forma solidaria contra él.

El holandés, como hemos dicho, intentó marcharse en el primer giro. Salió fortísimo y se aprovechó de un pequeño resbalón de Van Aert en el momento de entrar al circuito. El belga perdió unos pocos metros que fueron suficientes para que su gran rival comenzara lo que parecía que iba a ser otro aburrido y deprimente monólogo en términos de emoción.

Pero nada más lejos de la realidad. Mientras que Van der Poel apenas conseguía abrir diez segundos de renta, Van Aert encontraba la ayuda y colaboración de Toon Aerts (Telenet-Fidea Lions) y Kevin Pauwels (Marlux-Napoleon Games), que poco después del segundo paso por la línea de meta se echaron encima del holandés que, claro, decidió tomarse las cosas con más calma y dejar que fuesen sus nuevos compañeros los que tomaran la iniciativa.

Sin Van der Poel ni Van Aert imprimiendo el ritmo de la carrera, las cosas se igualan mucho y eso permitió que se formara un numerosísimo grupo de diez unidades en cabeza en el que rodaba, entre otros, un voluntarioso Laurens Sweeck (Era-Circus). El ganador ayer en Neerpelt no dudó en colocarse en cabeza y estirar ese grupo cabecero del que, pese a todo, no se despegaba nadie evidenciando, como decíamos, que a día de hoy sólo Van der Poel y Van Aert son capaces de imprimir ese punto de velocidad que nadie más puede seguir.

Fue precisamente el campeón del mundo el que, en la cuarta vuelta al circuito neerlandés, tomó el relevo de Sweeck y aceleró en cabeza. Van der Poel, muy atento, se colocó inmediatamente a su rueda y Sweeck, sufriendo lo indecible, hizo lo propio con el líder de la Copa del Mundo.

Van der Haar, de nuevo con los mejores

El movimiento de Van Aert sirvió para reducir ese grupo de favoritos a poco más de cinco unidades, pero no para abrir el hueco suficiente como para dejar atrás a sus rivales. Fue, valentísimo, Laurens Sweeck, el que en la quinta vuelta volvería a pisar el acelerador llevándose con él únicamente a Van der Poel, Van Aert y Lars van der Haar (Telenet-Fidea Lions), que parece estar alcanzando, poco a poco, ese estado de forma que todos andaban esperando desde que el pasado año sólo una lesión le dejara sin opciones de demostrar, como muchos creen, que él y sólo él puede poner en problemas al dúo de virtuosos que lleva años dominando la especialidad invernal.

Cuando en el séptimo de los diez giros a los que se fue la carrera Van der Poel volvió a tomar las riendas de la situación, Sweeck y Van der Haar se dieron de bruces contra el muro que, hoy por hoy, sigue siendo la realidad del ciclocross. Van Aert, por su parte, seguía al holandés a una distancia de apenas tres segundos. Una vez más, llegamos a ese punto en el que las carreras se deciden, cuando quedan reducidas al cara a cara entre los dos dominadores del ciclocross, por los pequeños detalles. Esta vez, realmente, daba la sensación de que las piernas de ambos corredores eran capaces de imprimir la misma cantidad de vatios a sus pedales, pero Van der Poel se estaba mostrando ligeramente superior en el plano del manejo de la bicicleta. El holandés, como la pasada semana al otro lado del Atlántico, bailaba sobre su montura mientras que el belga parecía pelearse con la suya.

Era, precisamente, en las zonas más técnicas donde Van der Poel conseguía aumentar más su pequeñísima ventaja. Tan pequeña era que cualquier error, por mínimo que fuese, podía suponer la recuperación del campeón del mundo. Un leve roce con una valla en la zona más baja del trazado disparó las alarmas de un Van der Poel que en el octavo giro aceleró intentando dejar KO a su gran rival.

Por su parte, el portador del maillot arcoíris, se retorcía intentando mantener al holandés dentro de una distancia razonable, pero su estado de forma, aunque mucho mejor que el mostrado durante las dos primeras grandes carreras del año, está todavía lejos de su mejor versión. El de Crelan-Charles inició el último giro con diez segundos de desventaja. Un suspiro, sí, pero un abismo a la vista de lo que en ese momento estaban demostrando los dos corredores.

Van der Poel se dedicó en esa última vuelta a administrar esa renta para conseguir un triunfo histórico ya que con él suma su decimocuarta victoria en pruebas del Superprestigio rompiendo el empate que, desde que levantara los brazos el pasado año en Middelkerke, tenía en este respecto con su padre, Adrie van der Poel (muy lejos de los 64 que contempla el palmarés de Sven Nys, el recordman de esta challenge) y se mantiene invicto en lo que va de temporada. Van Aert se conformó, finalmente, con la segunda plaza mientras que el bronce fue a parar a manos de Laurens Sweeck, que en la recta final tuvo la fuerza suficiente como para dejar atrás a Van der Haar.

Maud Kaptheijns rompe la racha de Sanne Cant

Maud Kaptheijns celebró el triunfo en Gieten / © Belga

“El circuito está mucho más técnico de lo que parece. Se ha secado un poco, pero sigue siendo complicado después de toda la lluvia que ha caído estos días”, decía Sanne Cant (Beobank-Corendon) poco antes de tomar la salida en el circuito donde ha ganado los últimos cuatro años y en el que partía como gran favorita para completar su lustro mágico.

Pese a esa advertencia de la portadora del maillot arcoíris, Maud Kaptheijns (Crelan-Charles) decidió que la mejor manera de mantener a raya a la belga, a la que, al menos sobre el papel, le venía a la perfección el circuito, era poner tierra de por medio desde el primer momento y confiar, además de en las propias fuerzas, en las dudas que ese movimiento temprano pudiera traer por detrás.

Efectivamente, cuando Kaptheijns se marchó ya en la primera vuelta, fue sólo Sanne Cant la que trataba de dar caza a la holandesa mientras que Sophie De Boer (Parkhotel Valkenburg-Destil) se limitaba a seguir a la rueda de la campeona del mundo. Esa falta de colaboración hizo que Kaptheijns pudiera correr la práctica totalidad de la carrera con una ventaja bastante cómoda –siempre muy cercana o superior al medio minuto– y, además, que a ese grupo perseguidor se unieran Annemarie Worst, Elle Anderson y Nikki Brammeier (Boel Dolmans).

Eso, claro, hasta que Cant, viendo que el triunfo era imposible, se hartó. La belga dejó de tirar y fue entonces cuando De Boer, más fresca, capitaneó un movimiento para tratar de eliminar a Cant, que transitó por meta en el antepenúltimo giro con una desventaja de cinco segundos respecto a ese grupo en el que, de repente, se produjo un más que llamativo entendimiento.

Por delante, mientras, la carrera no tenía historia. Kaptheijns rodaba cómoda y sin contratiempos hacia un triunfo más que seguro, Cant veía la luz en la rueda trasera de Anderson, que también perdía terreno y que, de repente, se convertía en el puente que necesitaba para intentar salvar su carrera.

Por detrás se producía, en ese penúltimo giro, la gran sorpresa del día cuando veíamos a Ellen Van Loy (Telenet-Fidea Lions) bajarse de la bicicleta. La belga, a la que muy pocas veces hemos visto tirar la toalla, aseguraba que no sabía qué es lo que le podía haber pasado. Sencillamente, “no podía ir rápido ni imprimir fuerza a los pedales. He mantenido una pelea mental conmigo misma y he perdido”, resumía lamentándose, además, de haber perdido cualquier opción al triunfo final en el Superprestigio en esta primera manga.

Pero los sobresaltos no habían terminado. Ya en la última vuelta, Cant y Worst sufrían un enganchón que acababa con ambas por los suelos. La belga y la holandesa sufrían pequeñas averías en sus bicicletas que tardaron una eternidad en arreglar quedando fuera de cualquier opción a pelear por el podio.

Así, fue la británica Nikki Brammeier la que aceleró ya en el último tercio del circuito, cuando Kaptheijns ya había entrado en meta con los brazos en alto, para separarse del resto del grupo y llevarse la segunda plaza por delante de una Sophie De Boer que no pudo más que conformarse con el bronce.

Jens Dekker, explosión en Sub23

Jens Dekker dio la gran sorpresa entre los jóvenes / © Belga

Después de dominar el panorama júnior hace dos temporadas, cuando se llevó la general final de la Copa del Mundo y del Superprestigio así como el nacional neerlandés, el europeo y el mundial hasta sumar un total de 17 triunfos, Jens Dekker, sobrino del que fuera profesional Erik Dekker, se impuso hoy con absoluta claridad y rotundidad en Gieten desatando la locura del público que veía como este joven chaval, que disputa su segunda campaña en la categoría de plata, irrumpía con fuerza en el panorama crossista neerlandés que, con él, suma otro joven talento con el que intentar dar definitivamente la vuelta a la situación de dominio que desde hace mucho tiempo, cuando Richard Groenendaal ponía en aprietos a Nys, De Clercq y compañía, viven sus vecinos belgas.

Dekker, que se marchó en solitario mediada la carrera, tomó el relevo al frente de la prueba de Yannick Peeters, que no pudo mantener su apuesta de poner tierra de por medio desde el pistoletazo de salida. Por detrás, pese a los esfuerzos de unos y otros, nadie fue capaz de igualar el ritmo del neerlandés, que estuvo acompañado en el podio por el checo Adam Toupalik y el propio Peeters, que tuvo las fuerzas suficientes para defender ese bronce.

CLASIFICACIÓN ELITE MASCULINA

CLASIFICACIÓN ELITE FEMENINA

CLASIFICACIÓN SUB23

CLASIFICACIÓN JUNIOR