Ha tenido que pasar, exactamente, un año y diez días para volver a ver a Sven Nys, el Caníbal de Baal, levantar los brazos. El GP de Niel del pasado año, celebrado el día 11 de noviembre de 2014, fue la última vez que le habíamos visto ganar una carrera. Desde entonces, las cosas no le habían saldo bien y el gran dominador de la especialidad invernal del ciclismo había encadenado la sequía más prolongada que jamás ha vivido. Hasta hoy. Hasta el GP de Hasselt de 2015. Hasta que ha llegado el frío invernal a Bélgica.
Es cierto, nadie lo niega, que en Hasselt, una prueba que no está encuadrada en ninguna de las tres grandes challenges de la temporada, no estaba presente Wout Van Aert, gran dominador de la temporada ni Mathieu van der Poel, que volverá a los circuitos tras su lesión mañana en Koksijde, pero eso no debe de quitarle ni un ápice de importancia a lo conseguido por Nys que, ahora sí, ya puede decir que a sus 39 años habrá conseguido, al menos, un triunfo en su temporada de despedida o, dicho de otra manera, cerrará su etapa como corredor sin sumar ni una sola temporada en blanco.
Nys dominó la carrera desde el inicio. Después de que durante la noche y parte de la mañana la lluvia se encargara de hacer el circuito mucho más técnico que rápido, las cosas se habían puesto muy de cara para el Caníbal de Baal. Nunca le ha ido bien el “calor”, pero a sus 39 años un circuito seco y caluroso le viene peor que nunca. Ya no tiene la potencia de antaño y las pruebas rápidas se le atragantan. Para él, ahora, lo ideal son los circuitos donde puede hacer valer su experiencia y sus inigualables cualidades técnicas.
Hizo una gran salida y sólo Kevin Pauwels y Tom Meeusen puedieron seguirle. En ningún momento el mejor crossista de la historia tuvo la más mínima duda de cómo debía de afrontar la carrera. Se colocó en cabeza, como en sus mejores años, e impuso el ritmo que debían de seguir aquellos que quisiesen jugarse con él la victoria. Atacaba cada vez que se ascendía la única rampa del circuito. Estudiaba a sus rivales. Buscaba sus puntos débiles. Sólo a dos vueltas para el final dejó que Meeusen tomara un poco el mando del grupo, momento en el que el ritmo bajó un poco y Diether Sweeck consiguió enlazar con el trío cabecero.
Pero el esfuerzo de ese cuarto corredor fue baldío porque justo cuando su rueda delantera alcanzó a la trasera de Pauwels, que fue el que menos responsabilidades asumió durante la carrera, fue cuando Nys quiso dar el golpe de gracia. Aceleró y sólo Meeusen pudo seguirle… durante un tiempo. Un nuevo acelerón, a falta de unos 400 metros para la meta, dejó claro lo que iba a pasar: Sven Nys iba a ganar de nuevo.
El público enloqueció. Las redes sociales explotaron de júbilo. Incluso sus propios rivales se alegraron por el merecido triunfo de Nys que con la voz entrecortada, algo casi increíble en un tipo que lo ha ganado todo, decía estar “increíblemente contento. El año pasado empecé a notar aquí que las cosas iban para abajo. Fue en esta carrera donde el deterioro se hizo más evidente y ya no puede volver a recuperar la forma en el resto de la temporada. Hoy, por fortuna, las sensaciones han sido todo lo contrario. He trabajado muy duro todo un año para volver a llevarme el ramo de flores y por fin de lo he conseguido”.
En cuanto al desarrollo de la carrera, Nys ha acertado a comentar que “ha sido un día muy duro contra unos rivales que no me han regalado nada. Me he sentido muy fuerte desde el principio y mi táctica ha funcionado. Me he centrado en no cometer errores y aprovecharme de mi buena técnica… ¡estoy increíblemente contento!”
Como ya hemos dicho, había pasado más de un año desde su última victoria, aunque Nys asegura que “no estaba obsesionado con esa fecha de Niel del año pasado, pero no me olvidaba de ella. Llevo semanas teniendo muy buenas sensaciones y sabía que la victoria tenía que llegar. He demostrado que a los 39 años se puede seguir ganando. Sé que el de hoy no es un cross perteneciente a las grandes challenges, pero aún así ha sido muy importante y bonito para mí. Esto es lo que me encanta hacer y sigo disfrutando del ciclocross igual que un chico de 20 o 21 años”. Todavía con una sonrisa en la cara, ha avisado a todos sus rivales: “Ya hace frío, hay barro, todo patina… esto es Sven Nys en su mejor versión”