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Sven Nys dirá adiós hoy en Oostmalle
Oostmalle. 21 de febrero de 2016. Sluitingsprijs, traducido: Gran Premio de Cierre. Alrededor de las 16:00 horas. Todo está preparado para vivir uno de los momentos más históricos del ciclismo. El adiós definitivo de uno de sus más grandes exponentes. El final de la carrera profesional de una leyenda. Las últimas pedaladas de un hombre que llevó el ciclocross a otro nivel. La retirada del último gran campeón del ciclismo. Sven Nys, el Caníbal de Baal, colgará hoy la bicicleta. Ya nunca más le volveremos a ver pelear por los circuitos de la especialidad invernal del ciclismo. Hace tiempo, es cierto, que dejó de ser ese monstruo dominador y dominante que no dejaba nada para los demás, pero en él se unen muchas más cosas que un palmarés irrepetible. Para ser deportista de elite es necesaria una dedicación enfermiza, pero lo suyo, lo que le ha llevado a ser el mejor durante tantos años –y para muchos, el mejor de todos los tiempos– ha sido algo más. Ha sido obsesión. Ha sido una forma de vida. Ha sido un pensamiento único. Ha sido, en resumen, una forma de vivir y entender el ciclocross que ha contagiado, por su abnegación, a todos. Nunca antes –y ahora habrá que ver si ese éxito puede sobrevivirle– los circuitos habían recibido a tanto público carrera tras carrera.
Lo veremos una vez más los días 5 y 6 de marzo en el Palacio de los deportes de Amberes con motivo de esa fiesta homenaje que se ha regalado bajo el nombre de ‘Merci Sven’. Allí estarán, además del héroe de Baal, Lars van der Haar, Tom Meeusen, Toon Aerts, Michael Vanthourenthout, Ditier Vanthourenthout, Vincent Baestaens, Philipp Walsleben, Sven Vanthourenthout y Eli Iserbyt.
Esos serán los diez corredores –difícil creer que no habrá sorpresas añadidas a esta nómina oficial– que se enfrentarán con El Caníbal en Amberes en una competición de tres pruebas en las que habrá un critérium, un concurso de saltos y una contrarreloj.
Pero para eso todavía quedan algunas semanas y, en realidad, no dejará de ser un epílogo a un libro, el de la historia del ciclocross durante los últimos 20 años, que ya está escrito. Un libro que hoy, en Oostmalle, esa ciudad que una noche de verano de 1967 vio destruida su iglesia y más de la mitad de sus 900 casas por un tornado, añadirá un último párrafo. Una última batalla.
Mientras, el que más y el que menos, no acaba de creerse que el momento haya llegado. Es difícil de creer. Por eso, inconscientemente, muchos medios –incluido Ciclo 21–, siguen dejando guardado en el cajón la pieza con la semblanza sobre su carrera y sus logros. Sobre ese hombre que le pegó la vuelta al ciclocross. Y hasta que iluminado por los potentes focos del Palacio de los deportes de Amberes Sven Nys no cuelgue, literalmente, la bicicleta, seguiremos aferrándonos a un cambio de idea imposible. Mientras, el Oostmalle, en el corazón de la provincia de Amberes, los buenos aficionados al ciclocross diremos hoy adiós a una parte de nuestra propia historia.
Carta abierta de Guy Verbist (masajista de Sven Nys)
Guy Verbist, masajista durante todos estos años de Sven Nys y, por lo tanto, una de las personas que mejor le conoce, ha escrito en su perfil de Facebook una emotiva carta abierta que reproducimos íntegramente a continuación:
Querido Sven,
Mañana es el último cross. Mañana prepararé tu mochila por última vez. Abajo del todo, las zapatillas de deporte con los cordones sueltos. Dentro de las zapatillas, un par de calcetines secos. Después, una toalla, una camiseta interior, otra toalla, una toallita para las manos. Encima de todo eso, una gorra para el podio y unos guantes. Bidones llenos de agua y de bebidas energéticas. Dirás que no es nada especial. ‘Esa mochila’. ¡Pero sí lo es para mí! En esa mochila tengo acumulados más recuerdos de los que puedo contar. Voy a sacar un par de ellos…
Aquella vez en 2003 cuando me llamaste para que te tratara la espalda. En 2005, cuando partimos en martes hacia el mundial de Sankt-Wendel… ¡Campeón del Mundo! Aquella vez en el Circuito Montañés cuando cantamos junto a Vaya con Dios smooth operator y nos reímos con Danilo Hondo porque cantábamos algo distinto a lo que él entendía. Las concentraciones en Mallorca. El Mundial de Louisville. Y por último, pero no menos importante, tu triunfo de esta temporada el día de mi 50 cumpleaños.
Mañana será la última vez que te espere en la llegada con esa mochila azul en al que confías. Será un día emocionante. Yo, al igual que miles de personas, estaré allí con lágrimas en los ojos. ¡Todos por ti! Pero ha sido bonito. La mochila y tú os merecéis la jubilación.
¡Qué orgulloso estoy de haber sido tu masajista durante todos estos años! Sabes que siempre podrás confiar en mí, aunque sea con otra mochila. La roja se quedará cerrada con nuestros recuerdos.
