No. Ya no se puede hablar de un mal fin de semana. De una mala actuación. De un despiste en la salida. A sus 38 años, cada vez es más evidente que la hegemonía de Sven Nys en el ciclocross mundial ha comenzado su fin. Quizá, tal y como demostró hace apenas 15 días, todavía sea capaz de estar con los mejores y de llevarse el triunfo en alguna de las challenges (sigue liderando el BPost Bank y sólo tres puntos le separan de Pauwels en el Superprestigio), pero parece claro que sus días de salida-ataque fulminante-cabalgada en solitario-victoria se han terminado. Si hasta no hace mucho era noticia que Nys tuviera un mal día, poco a poco parece que eso será algo más normal.
Cierto es que su fin de semana negro de Spa Francorchamps y Koksijde estuvo marcado por una infección en las vías respiratorias (anunciado ya el miércoles anterior) y que el propio corredor reconoció que no debería de haber competido. Pero también lo es que su gran baza, la regularidad, le ha abandonado. No consigue el de Baal encadenar varias carreras siendo el indiscutible número uno y eso, a alguien acostumbrado a ello, le tiene que estar pasando factura psicológica.
Tras ese mal fin de semana, Nys ha pasado por la consulta del médico para evaluar su estado. Por el momento, su calendario no va a variar y, por lo tanto, estará en Milton Keynes para disputar la tercera puntuable de la Copa del Mundo y en el Flandriencross, tercera cita del BPost Bank, “pero sus aspiraciones serán muy distintas a las habituales, algo más modestas”, como dice su entrenador Paul Van den Bosch.
Van den Bosch razona diciendo que “en la Copa del Mundo ya no tiene nada que hacer en la general, lo que le debería de permitir competir [en Milton Keynes] sin tanta presión, buscando las buenas sensaciones. En Hamme, como líder de la clasificación [del BPost Bank] sí tiene que preocuparse de defender su puesto, pero por fortuna esta challenge no se decide por la posición [puntos en cada carrera] sino por tiempo [el acumulado en cada cita, como una prueba por etapas de la ruta] y por lo tanto hay que centrarse en defender la ventaja más que en luchar por el triunfo”.
Durante esta semana, Van den Bosch ha revelado que “no ha habido demasiado en su agenda. Ha entrenado, sí, pero sin mucha intensidad. Simplemente, para soltar un poco las piernas. Sobre todo hemos buscado despejar la cabeza. Disfrutar con la bicicleta”.
El plan es simple. Hasta final de mes, Nys no tendrá objetivo ninguno. Correrá sin ambiciones específicas. “Lo que Sven [Nys] necesita ahora es un descanso físico y mental”, apostilla Van den Bosch. Diegem, donde el pasado año maravilló, será un examen. Hasta entonces, tendremos la oportunidad de disfrutar con la pelea de los sucesores.