Sven Nys, el Caníbal de Baal, cerró su concurso en el último mundial de su vida deportiva con una extraordinaria cuarta posición. Entre lágrimas –tal y como reflejábamos en aquella crónica– aseguraba que, perdido el oro cuando vio que no podía seguir el ritmo de Van Aert, le daba igual el resultado. Por eso no le vimos pelear el bronce a Kevin Pauwels. Pero el mejor corredor de la historia del ciclocross para muchos es un animal competitivo de tal nivel que tras celebrar junto a centenares de aficionados una gran fiesta en Baal, su rutina apenas cambió. Se levantó temprano. Se vistió de corto. Y salió a entrenar. Y fue entonces, en ese entrenamiento, cuando le reconoció a uno de sus acompañantes que no había dormido bien aquella noche. Que estaba ‘jodido’ porque no se tendría que haber conformado con el cuarto puesto. Que tendría que haber peleado por el bronce. Hay cosas que no cambian. O quizás, aunque apenas nos demos cuenta, cambian mucho.
Le quedan algunas semanas todavía como corredor, pero el inminente estreno de la película-documental sobre su último año le mantiene con una frenética actividad mediática. “La condición que puse al productor es que debían de mostrar mi vida tal y como era”. Un Nys que se está despidiendo de todos y de todo reconoció que sus lágrimas en el set de Sporza el pasado domingo correspondían a que “el año pasado, en el mundial, las cosas salieron muy mal. En ese momento siempre te preguntas si serás capaz de regresar. Trabajas todo un año para conseguirlo y cuando las cosas salen tal y como deben… ¡eso es algo que te toca! En Zolder tuve la sensación de que todavía lo llevo dentro, pero que ahora necesito que todo se alinee para mi: mi condición física, el circuito, el tiempo, la táctica… Estoy muy contento con cómo ha salido todo”.
También dice el Caníbal de Baal que hace ahora una semana se acordó de su triunfo en Koksijde, escenario de su –hasta ahora– último gran triunfo. Él mismo aseguró que fue “el momento más importante de mi carrera deportiva”. Ahora, reconoce que “fue una cita para la que me preparé de manera específica y muy a conciencia. Fue todo tal y como lo había imaginado. Soñaba con conseguir ganar una de las grandes en mi última temporada y lo conseguí. Ahora es una lucha constante contra ti mismo. Empiezas a pensar que todavía eres capaz de ganar”.
Pero todo eso no impide que con el paso de las semanas, el final se acerque inexorablemente para él. El estreno de su película y todo lo relativo a su nuevo rol como máximo responsable del Telenet-Fidea comienzan a marcar su agenda de manera mucho más invasiva de lo que corresponde para un corredor en activo. “Estoy ocupado con muchísimas cosas. La película, entrevistas, lo del equipo. Eso consume muchísima energía. Pero cuando llega el fin de semana y estoy en la salida, siempre quiero ganar. Pero no es fácil. Sólo se puede hacer cuando uno está perfecto. Cuando ha comido como debe. Entrenado como debe. Dormido como debe. Entonces, llego a la meta y estoy un poco fastidiado. Siempre pienso, ‘¡maldita sea! ¿no podría haber sacado algo más de tiempo para hacer esas cosas?’”.
Por todo ello, Sven Nys reconoce que se siente, de alguna manera, casi un ex corredor. Ahora, asegura que en relación a su nuevo rol como mánager del Telenet-Fidea “hay que empezar por el principio y no pensar que vas a tener el mismo éxito como mánager que como deportista a las primeras de cambio. Necesito y quiero aprender muchas cosas y por eso me he rodeado de personas que tienen mucha experiencia y entienden mucho de todo esto. Estoy preparado para cometer errores, porque de eso se aprende. En este momento, ya tengo la cabeza mucho más ocupada con otras cosas que con las carreras que me quedan por disputar”.