Hace casi dos años que Tania Calvo dejó su exitoso pasado de velocista por un incierto futuro, pero lleno de ilusión como fondista. Aprovechando sus últimas actuaciones en las pruebas de la Copa de las Naciones, hemos hablado con la alavesa.
- ¿Cuál es el balance que haces después de estos dos años?
Ya sabía que iba a ser un cambio muy grande, y sobre todo largo, porque conseguir una base aeróbica no es algo que logres en dos días. Y de hecho sigo amoldándome poco a poco, y cada entrenamiento que hago me voy superando. De hecho, ahora me desenvuelvo mejor en pruebas más largas, como puede ser una puntuación
- ¿Qué destacarías como más positivo en este proceso?
No podría decir algo especifico. Voy mejorando poco a poco y todavía me veo margen de mejora. Además, he conseguido mantener el nivel de sprint que tenía antes. No es lo mismo porque tras una competición larga varía, pero me noto con buenos números y noto que no lo he perdido.
- ¿Y lo que aún te falta?
Mejorar en carretera. La subida sigue siendo mi talón de Aquiles, tanto en carreras que tienen puertos duros como largos. Ojalá hubiera carreras más llanas, pero en la zona en la que vivo… Por ello, intento meter algún que otro puerto en mis salidas en carretera. Eso sí, me gustaría correr alguna carrera más llana a ver cómo me desenvuelvo.
- Pero en los velódromos no hay puertos…
(Se ríe). Si, en pista es distinto. Es a nivel técnico y táctico donde tengo que mejorar. En la velocidad ya eran muchos años de experiencia. Pero en el fondo sigo escuchando muchos consejos y voy cambiando, sobre todo cuando cometes algún fallo.
- Vamos a ir analizando distintas pruebas. En persecución has conseguido muy buenos tiempos…
Sí, y es algo que nos ha sorprendido mucho tanto a Javi (Sola), mi preparador, como a mí misma, porque no es una prueba que haya entrenado mucho. Sólo de una forma un poco especial cuando supe que iba a correrla en el Mundial. Pero tampoco hice una gran marca internacional y no es mi objetivo ahora mismo; solamente por lo que me puede valer para trabajar la persecución por equipos, que es una prueba que me atrae más.
- Esa persecución por equipos, que es un objetivo importante, ¿cómo la ves ahora mismo?
Es una prueba muy importante, como dices, en la que hay que meter mucho trabajo para mejorar, pero al mismo tiempo es muy agradecida. Es necesario seguir trabajando juntas, para conocernos, para saber lo que podemos hacer. ¿Importante yo? No soy quien decide si soy importante o no en la cuarteta, pero si vamos a seguir trabajando.
- Otra de las pruebas clave es el ómnium. Primero campeona de España y ahora dos participaciones muy diferentes en las dos Copas de las Naciones. ¿Cómo lo analizas?
Al Campeonato de España llegue muy bien, porque había estado corriendo en Anadia en diciembre y enero, experimentando un poco. Y aprendiendo. Pero todavía me falta ser más combativa, tener más coraje en carrera. Por el rendimiento contenta, y sobre todo por la recuperación. De hecho, la velocidad, con todo el día metida en el kilómetro me resultaba más dura. Esta es una fatiga diferente.
- Pasando a la Copa de las Naciones, ¿qué pasó en Glasgow?
Pequé de confianza, pensé que con los dos puntos me clasificaba. Pero la checa se metió al final, sumó un punto y me quedé fuera. Fue un palo muy gordo. Pero como te decía, se trata de ir cogiendo experiencia. Y de los errores se aprende más.
- ¿Y en Milton?
Físicamente muy bien, pero me notaba a veces como un poco pulpo en un garaje. Me falta leer la carrera mejor, porque todo da muchas vueltas y hay que estar pendiente de estos cambios. Por eso agradezco que me informen. Allí estaban Miquel Alzamora y Gema Pascual dándome esos detalles que me faltan por pulir, aunque ahora no es fácil oír a los técnicos desde que los sacaron de la pista.
- Terminamos con las madison, muy diferentes entre sí…
Glasgow fue literalmente una locura, y bastante hicimos con aguantar ahí, porque además era la primera vez que corríamos Laura y yo juntas. Pero la experiencia nos vino muy bien para Milton, donde competimos ya con un poco más de soltura.
- Y sobre todo un momento clave cuando a falta de pocas vueltas cambiáis el ‘chip’ y os metéis a disputar varios sprints.
Las dos nos veíamos bien, lo hablamos con Alzamora y decidimos meternos. La pena es que en el último no nos saliese porque íbamos a ganar. Pero lo mejor es cómo lo hicimos, cómo loa cuadramos para llegar con opciones para ese sprint. Lástima que nos valiera para poco.
- Y para terminar, el mismo reto que te planteaste cuando cambiaste de disciplina, volver a unos Juegos Olímpicos. ¿Cómo lo ves a día de hoy?
No lo sé. El nivel es altísimo, pero siempre hay que luchar. Y voy a hacerlo. En este sentido estoy tranquila, porque mi carrera ha sido lo que ha sido y esto sería un añadido. Por eso iremos poco a poco, sobre la marcha y teniendo en cuenta que el proceso de clasificación aún no ha empezado. Además, no depende sólo de mí. Somos varias las corredoras que estamos con este mismo objetivo.